CRIATURAS DEL SUBCONSCIENTE (Diálogo interior)

A primera vista era de día, solo que con el cielo blanco en vez de azul. Luego empecé a fijarme en unos puntos negros más allá de la estratósfera y en una negra luna que yacía oculta tras aquellas enormes nubes hippies. No encontré nunca el horizonte ni miré jamás sobre qué suelo estaba pisando. Me preparé para encontrarme con cualquier cosa, pues la psicología dice que en el subconsciente se desarrolla un universo repleto de paradojas y criaturas interiores.

Cuando me topé con las primeras de estas criaturas no sabía exactamente que estaba ante algo vivo. Eran cúmulos de pequeñas burbujas que viajaban con el viento y al detenerse llegaban a adoptar una forma antropomorfa. Era un espectáculo realmente curioso, sobre todo gracias al efecto arcoíris que adornaba a aquellos cuerpos. Me explicaron que eran sueños o deseos, y empezaron a hablarme sin parar de sus planes para el futuro. Las nubes burbujas eran muy agradables, pero terriblemente parlanchinas y superficiales. Pronto empezaron a intercambiaron sus teléfonos móviles conmigo y a preguntarme sobre la ropa que uso, que a veces ni yo mismo sé.

Pedí que me disculparan un momento, que andaba buscando al resto de las criaturas. Una nube burbuja muy amable me guió hasta un inmenso árbol negro que crecía con serias intenciones de topar el cielo. Le pedí que me ayudaran a subir, ya que podían flotar, a lo que respondieron que no podían, puesto que como burbujas al fin explotarían en el intento. No fue muy difícil darme cuenta que las nubes burbujas eran buenas guías, pero no ayudaban en absolutamente más nada.

Llegué finalmente a la parte en la que el tronco principal se ramificaba en otros tres secundarios. Allí había alguna clase de recepción abandonada y un inmenso juego de naipes. Cuando me creí obligado a seguir escalando, muy adecuadamente las cartas hicieron una escalera que se desintegraba a medida que la subía.

El escalofrío me recorrió el espinazo como una larva de salamandra. Toda una red de telarañas se tejía entre las esqueléticas ramas. Las colosales arañas convivían entre sí moviéndose asquerosamente sobre sus hilos y atrapando moscas. Una de ellas se me acercó. Un cuerpo humano colgaba de lo que vendría a ser su boca. Las cabezas de ambos se fusionaban, aunque la criatura parecía dominar, mediante sus colmillos, lo que decía el hombre. Sus lánguidas patas hacían chillidos metálicos que congelaban mis sentidos.
- No pareces una mosca. En caso de que lo fueras sería muy trágico que llegaras del suelo nadamás que para ser devorado.

Las arañas eran sin dudas las criaturas interiores más escalofriantes. Eran los demonios, que muy lógicamente se encargaban de causar pesadillas y atormentarme mientras aún estaba despierto. Aún desde donde yo estaba no fue difícil distinguir a algunos. Un grupo de arañas permanecían inmóviles en una red muy alta, y en el medio de la misma estaba el demonio del estatus. El demonio del deseo horrorizaba a las pequeñas parejas de arañas. El demonio de la culpa perseguía a otras arañas hasta volverlas locas.
- ¿Quién eres entonces?
- Soy un humano, y soy el dueño de este universo. Todos ustedes están en mi cabeza.
- ¿Y para qué has bajado hasta aquí?
- Porque últimamente he notado que tengo terribles problemas conmigo mismo, y no creo poder resolverlos de otra forma que entendiéndolos a ustedes.

La araña con sus colmillos hizo que el humano en ella soltara una estruendosa carcajada. Me tomó con sus patas y me colocó en su peludo lomo. Caminó con calculados movimientos de sus extremidades sobre aquellos hilos pegajosos para adentrarme más y más en el laberinto. Me llevó hasta su casa, donde hasta las paredes y muebles eran de telaraña. Allí conocí a su agradable esposa que preparaba una misteriosa cena.

Nos sentamos en la mesa, donde estaban dos pequeñas hijas mellizas. Finalmente la mamá araña trajo el plato principal. Era una pequeña araña envuelta en sus propias telas y con sus patas encogidas. Aún vivía.
- Su padre no ha podido cazar ninguna mosca hoy, así que despídanse de su hermana Claudia.
- Adiós, Claudia -dijeron a coro.
- ¿Y por qué me van a comer específicamente a mí?
- Porque eres la más pequeña y tu carne es más tierna.

Pasé la tarde allí. Me comí finalmente una pata de araña, pues reflexioné que aquello no era real y solamente devoraba uno de mis propios miedos y angustias. Cuando la familia comenzó a ver televisión, me escabullí por la puerta. Realmente pasé mucho trabajo caminando entre los hilos pegajosos. Me las arreglé agarrándome de una mosca que de casualidad iba a bajar del árbol. La mosca era básicamente una cabeza con alas, lo que ciertamente sin cerebro.

[FONT=Calibri]Atardecía, por así decirlo. El cielo se tornaba oscuro y salía un sol de fuego plateado sobre un negro absoluto. Me adentré en un bosque emblanquecido por el astro, buscando si quedaba otra criatura por conocer. Los árboles, en vez de hojas, tenían pedazos de fotos en sepia, que al caer daban un tono otoñal al pálido ambiente.
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[COLOR=#000000][FONT=Calibri]Quizás aquel era el bosque de las ideas, que se materializaban en las fotos. Quizás algunas pequeñas ideas morirían a la sombra de las más grandes. Las mayores tenían troncos tan colosales y se alzaban tan alto que era casi imposible derribarlas, seguramente esas constituían los prejuicios.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]Sentí un ruido a lo lejos. Efectivamente algo se movía a gran velocidad esquivando los troncos de árboles. Era una nube burbuja. Corrí hacia ella, que sorprendentemente terminó escondiéndose tras de mí. Apareció entonces otro tipo de criatura, un fantasma. Estaba formado por trozos de fotos y también llegaba a tomar una forma humana en determinado momento. Tenía un aspecto de nube nostálgica.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- ¿Por qué le temes?[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- Él se entretiene explotando mis burbujas. Ya estoy cansada.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]La nube de fotos perdió su forma y huyó. Aquello me pareció bastante curioso y hubiera dado lo que fuera por saber más de los fantasmas, pero preguntarle a la nube burbuja me hubiera llevado a otro diálogo interminable. Tuve una idea. Seguí cuidadosamente a la nube de fotos. Durante todo ese tiempo se dedicó nadamás que a llorar y a quejarse. Llegó por fin a medianoche a un bohío de telaraña escondido en el bosque. La nube entró y cerró la puerta verificando que nadie la miraba.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]Me escabullí por la ventana para presenciar una reveladora reunión. De entre la sombras salió una araña pálida y carcomida. A la luz de un candil noté una decoración de interiores constituida exclusivamente por relojes de todo tipo, así que supuse que ese era el demonio del tiempo. Había además tres o cuatro nubes de fotos más.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- Hemos venido hasta tu casa exclusivamente para que nos digas cómo destruir al dueño de este universo. [/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- ¿Por qué motivo quieres hacer tal cosa?[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- A medida que avanza su vida, los fantasmas, que estamos hechos de recuerdos, vamos muriendo. Debemos detener el olvido.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- Para ello necesitan detener su memorización, y de esa forma la desesperanza actuará por sí sola. No es muy difícil, es algo que algunos de ustedes hacen por aburrimiento: explotar los sueños.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]En ese momento siento que me levantan y me arrojan al interior de la sala. Una nube de fotos estaba de guardia y yo no me había dado cuenta.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- ¿Van a matarme?[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- No. Así solamente vas a despertar. Realmente no hay mucho que puedas hacer ahora.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- No voy a olvidar mi pasado, no lo he olvidado, no pueden arruinar mi vida.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- Déjame mostrarte.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]Las nubes se mezclaron y comenzaron a formar una gran imagen con los trozos de fotos. La misma era en el bosque. Ardían lentamente los fantasmas, que se retorcían por la hojarasca en un estertor horrible.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]Luego formaron tres figuras humanas. La primera era un niño cachetón, sucio y sonriente, que mi mente situó jugando en las ruinas de una fábrica durante los años 70. La segunda era un muchacho veinteañero de piel tersa y pelo rebelde. La tercera hizo al cuarentón que soy, idéntico, casi podía verme jugando dominó un domingo tratando de olvidar que el lunes tenía trabajo. La cuarta fue la más traumática. Era un anciano delgado y enfermo en una silla de ruedas, en aquello que remotamente parecía mi casa.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]La araña puso sus patas en mi cara, que no podía ocultar el pavor. Los cuatro fantasmas se desmoronaron en trozos de papel y empezaron a darme vueltas. Pude divisar aquel candil, lo tomé tan rápido como pude y lo rompí sobre una pared de telaraña. El fuego se propagó por toda la casa y los fantasmas huyeron tratando de quitarse el fuego de encima.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- Para ser un demonio tan viejo creo que eres bastante tonto. Si deja de pasar el tiempo en la vida real, si muero, tú mueres también. Piénsalo antes de ayudar a los fantasmas.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]- Yo no te voy a matar. Tú solo te destruirás.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]Desperté. Mis ojos se abrieron bruscamente dejando entrar una luz cegadora a mi retina. Me levanté de la cama, en la que aún dormía Susana, y fui torpemente hasta el espejo del baño. Me miré. Allí estaban mis nacientes patas de gallina, las dos pequeñas entradas en mi pelo y algo de cataratas, que se encargaban de quitar el brillo juvenil a mis ojos. Algunas canas se me asomaban con una sonrisa macabra. Entonces suena el despertador. Aquel reloj me hizo sentir algo de miedo que se me fue pasando durante el transcurso del día.
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[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]Pensé en volverme a dormir rápidamente, para advertir a las nubes burbuja el peligro que corrían, pero recordé que eran demasiado tontas para comprenderlo.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri]
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