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CrÓnica de una angustia

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por Katia N. Barillas, 22 de Octubre de 2011. Respuestas: 2 | Visitas: 1052

  1. Katia N. Barillas

    Katia N. Barillas Radio Cultural-Literario*Escritor*Poeta*Declamador

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    CRÓNICA DE UNA ANGUSTIA
    (Sucesos que nunca se deben de olvidar)
    En ocasión de las elecciones presidenciales de Nicaragua,
    en Noviembre del 2011
    -------------------------------------------------------------------------------
    Voy caminando sin rumbo por las aceras vacías. Las calles están lúgubres, sólo se deja sentir el eco sonoro de la lluvia. El miedo me hace presa… pues se me pasó la hora de recogerme a obscuras tras las paredes de adobe de la casa que rentaba mi padre en la ciudad de Granada. Eran las cinco y cincuenta y un minutos de la tarde. No preciso con exactitud la fecha. Sólo sé que era un martes de Junio del año mil novecientos setenta y nueve y que pronto sonaría la sirena del Cuartel de los Bomberos anunciando a todos que a las seis de la tarde -como era ya costumbre-, teníamos que cumplir “”con el tal toque de queda””.
    Ese día no se por qué, me hacía falta saber el destino de mis abuelos maternos. Me fui caminando rápido a eso del medio día hasta su casa ubicada al final de la calle Morazán. Estuve platicando abierta y largamente con “”mi papi””, Don Héctor Vado Fernández –que en paz descanse-, quien sin olvidar sus convicciones trataba de explicarme -con palabras sencillas-, el por qué estaba pasando esa nube cenicienta de incalculables errores y se había detenido ahí, justo sobre nuestras cabezas.
    Cuando nos dimos cuenta, eran las cinco y treinta. Mi abuela, “”la mimi””, Doña Juana Martínez de Vado, no quería que me aventurara en el corto viaje de ocho cuadras de distancia desde la Calle Morazán hasta mi casa… y le decía a mi abuelo: “”Es mejor dejarla aquí. Déjame llamar por teléfono a Norma (su hija y mi mamá) para decirle que no se preocupe, que hoy se queda con nosotros a dormir””. Pero mi mamá, siguiendo órdenes de mi papá, a esa hora desconectaba el teléfono… exactamente media hora antes del “”estado de sitio””. A las seis, por nuestra seguridad, solamente debíamos de escuchar el zumbido de los zancudos y el canto de los grillos, en nuestro espacio reducido.
    Pensando en que mi mamá estaría preocupada, decidí emprender el viaje de regreso, siguiendo al pie de la letra las instrucciones de mi abuelo. Nuestra casa estaba ubicada a la vuelta de la esquina de la propiedad que en ese momento rentaba Don Alfredo Valle. Me arpillé de espaldas. Mis brazos y mis manos acariciaban la pared bordeando la esquina mencionada, la que años después se diera a conocer que es la que vio nacer a la beata nicaragüense, Sor María Romero.
    En ese momento salía de ahí Ana Margarita Cortez Martínez –pareja de Don Alfredo-, quien como amiga de mi madre, me auxilió a llegar hasta el garaje de mi casa. Golpeamos las puertas lo más quedito posible, pero mi madre nos abrió casi inmediatamente… yo que esperaba un regaño, simplemente fui merecedora de un abrazo de amor entre lágrimas (ha sido la única vez que me sentí amada por mi madre) y Ana Margarita recibió las muestras de agradecimiento infinitas de la coautora de mis días.
    Una vez adentro, agachadas y guiándonos bajo la tenue luz de un pequeño foco de baterías, nos dirigimos a nuestro escondite, el recoveco más seguro de la casa… el baño del cuarto del servicio. A eso de las cinco y cincuenta y algunos minutos más (todavía no eran las seis), logramos escuchar los gritos y lamentos de varias madres vecinas, gritando adoloridas porque la Guardia de Somoza les había arrebatado a sus hijos adolescentes acusándolos de infidentes y de colaborar con la guerrilla.
    No se los llevaron para engrosar sus filas. Dicen unos que los retuvieron en el cuartel de La Pólvora. Dicen otros que, a algunos los trasladaron al Fortín y a los demás, simplemente, los condenaron a morir, sin poderles comprobar que eran parte de la guerra de guerrillas; sin poder asegurar que luchaban por los sin tierra.
    Esas pobres mujeres angustiadas, simplemente presentían la partida definitiva de sus hijos, quizás hacia un mundo mejor… Y, entre paréntesis, ellos quizás irían a formar parte de la tierra prometida, donde no existe un ejército genocida, donde no hay más sublevación que la de la voz de los ángeles alabando en coro al Señor de los señores, ese mismo amo que habita el universo y que es uno sólo en la Trilogía de la Santidad… Dios, quien tiene la facultad de dispersarse como polen en el aire, hacia cada uno de nuestros buenos o malos momentos.
    Volviendo al recorrido del laberinto que se había formado en ese momento en mi mente, mi madre, mi hermana y yo, podíamos escuchar desde nuestro refugio, las carreras de varios hombres apresurados, asustados, hacia donde lo que los granadinos conocemos como la Zona del Canal y la Rotonda de La Hoyada. El miedo ahí latente de nosotros se apoderaba. Y mi mamá nos decía “”shshshsh”” completamente afligida. Podía ver su inquietud y el temor que le asustaba reflejados en sus pupilas negras dilatadas. Ella presionaba los dedos índice contra los labios de su boca, mientras sus brazos rodeaban nuestro cuello y, además, recuerdo como hundía nuestras cabezas (en señal de protección) debajo de sus axilas. Por un instante sentí venir un futuro incierto y perseguido desde ya por una jauría de lobos hambrientos de poder y de gloria; animales feroces vestidos con piel de cordero, engañando con sus fauces y traicionando con su labia a quienes en esos momentos aguardaban por la paz y la libertad que habían perdido. Me refiero al pueblo.
    Las horas desde las seis de la tarde para arriba, simplemente pasaban con lentitud inmensurable… Claramente escuchábamos los tiros y los sonidos de metralla de las armas que ocupaban los grupos en conflicto. Sabíamos que “”los muchachos”” usaban “”AK”” y la “”guardia”” dicen que eran unos tales rifles “”GERANG”” (no estoy segura si la marca se escribe así, lo que puedo asegurar es que el temor y el miedo de todo lo que creíamos estaba sucediendo en la calle, era más tenebroso que el zumbido de las balas).
    Sabíamos que en nuestro vecindario habían francotiradores apostados (en la casa de alto y con piscina a 20 varas sobre la acera que daba a nuestra casa) apuntando su vista telescópica directamente al boquete que da a la esquina de la casa de las “”avileses””. Mi hermana Patricia y yo, estábamos únicamente al recaudo de mi madre. Mi padre –después de quince días en casa-, había tenido que salir en su escarabajo blanco a recoger su salario a la ciudad Managua; las provisiones en casa ya eran galletas simples y café negro que nos estaba fiando la pulpería de Doña Lucita López. Mi papá –dijo mi madre- ya nos había llamado por teléfono tres horas antes que tocara la sirena, para avisarnos que era imposible volver temprano a Granada, que habían muchos retenes de la guardia nacional dispersados en cada kilómetro de la carretera, que lo más seguro era que nos vería “”mañana””.
    Es la década de finales de los setenta… Es el inicio de la década de los ochenta, aquí en esta mi tierra de lagos, de montañas, de islas, de isletas, de volcanes… Yo, a mis escasos doce años trataba de comprender la explicación de mi abuelo Héctor, más no lograba ver muy claro ¿qué pasaba en Nicaragua?. ¿Por qué de su padecer?.
    La Guardia Nacional del General Anastasio Somoza Debayle, con 45 años de empoderamiento y dictadura... Los guerrilleros respaldados en la leyenda de Sandino. Estos eran los bandos en conflicto. Unos por su lado defendiendo al dictador, los otros por el suyo, decían que peleaban por una patria mejor.
    ¡Fue una guerra indecente, llena de horror y crueldad!. En sus últimos días de mando, Somoza desesperado mandó a bombardear varias ciudades del país (casi toda Nicaragua). Menos mal que Granada no corrió la misma suerte, dicen los viejitos que por ser la protegida de la “”Inmaculada Concepción””, Patrona de la ciudad.
    Antes de huir en su jet privado, Somoza, entregó el mando a un tal Señor Urcuyo…y, los nicaragüenses, tan sólo por unas horas, estrenamos Presidente.
    Muchos fueron engañados en la búsqueda banal de la ansiada la libertad.
    Afuera se escuchaba el bullicio de las voces de la multitud. Eran los jóvenes combatientes sandinistas que levantaban sus fusiles en señal de victoria y gritaban consignas revolucionarias en aras de la paz. Fue hasta entonces que nos atrevimos a dar una vuelta rápida por la ciudad. Las imágenes que vi de los cadáveres hinchados a punto de explotar (un poco antes de llegar al Parque Colón, conocido como Parque Central), aun siguen sin borrarse de mi memoria. Habían banderas rojinegras, hombres y mujeres vestidos de verde olivo, fumando cigarrillos y con sus pesados fusiles al hombro, cantando canciones de protesta y celebrando el fin de una dictadura de casi medio siglo. La bandera rojinegra sustituyó el azul y blanco de la sábana patriótica, porque los soldados de Sandino derrocaron a Somoza. El “”adelante marchemos compañeros…”” (del himno de la revolución), sustituyó el “”salve a ti Nicaragua en tu suelo…”” de nuestro himno nacional; así como las canciones a Carlos Fonseca Amador y a la chinita Arlen Siu –por nombrar algunas-.
    … Y el pueblo fue una vez más vejado y engañado. Nicaragua se convirtió en el país de los parlanchines que no hablan, porque tenían su lengua y boca, pero habían perdido la voz. Los “”muchachos mandamases”” como una vez llamaran a los guerrilleros abanderados como “”sandinistas”” deseaban con locura obtener a la brevedad fama, poder, popularidad, gloria y fortuna. Se encargaron de erradicar el poco amor entre hermanos y echaron a pelear dentro de un mismo costal a todas las clases sociales (sin distinción y por igual); despojaron a los más pudientes apodándoles de “”burgueses””, y los bienes confiscados repartieron como suyos a obreros y campesinos para ganar simpatías. Los que comulgaban con las políticas de Somoza, no podían expresarse, se les había impuesto la “”ley del bozal”” y además sufrieron cárcel, persecución y en casos extremos, la muerte por “”ajusticiamiento”” en la plaza principal de la ciudad, frente a la Iglesia Catedral, como si hubieran tenido la alternativa de escoger para quien trabajar; la escasa inteligencia, acompañada de su inmensa ignorancia, no les dejaba comprender que no se trataba de gusto, sino más bien de falta de alternativas, pues quien diga que en los cuarenta y cinco años de somocismo trabajó para alguien más, con seguridad, en un 90% miente.
    No se hicieron esperar y salieron de su guarida los camaleones y las veletas oportunistas. Se veía venir la burla que muy pronto le harían al pueblo, una ironía peor que la que nuestros indígenas hicieran con la danza del güegüense a los colonizadores españoles.
    Hago hincapié en que la idiosincrasia del “”nica”” es la de vivir en armonía y trabajar decentemente para ganarse el pan en paz.
    Siguiendo la narrativa, cuando nos dimos cuenta, ya era muy tarde para derrotar a los nuevos dictadores; sin percatarnos habíamos sido comprometidos a vitorear consignas comunistas y a entregar a los hijos varones para pelear en el frente de guerra por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, desde las filas obligatorias del Servicio Militar que impusieron para “”resguardar la soberanía Nacional””, de los “”gringos””, de la “”cia”” y del “”ejército imperial””.
    Como dije, éramos un pueblo sin voz, atado de pies y manos y sin deseos de luchar. Bajo tal presión … no quedaba más que unirse a ellos y gritar “” las vivas a Sandino y a los nueve comandantes que mangoneaban la mal llamada Revolución Popular Sandinista””; fuimos obligados a asistir “”s픔 o “”s픔” a las manifestaciones para mantener asegurado el bajo ingreso familiar, porque de lo contrario seríamos tildados inescrupulosamente de “”traidores””, de “”vende patria”” o peor aún, alevosamente señalados de “”espías”” de la Central de Inteligencia Americana, conocida como “”C.I.A.””.
    Y los nuevos genocidas, en su mismo ser y estar. Atacando a la iglesia sin piedad. Cambiaron el “”Gloria, gloria, aleluya””, por la “”Misa Campesina”” de Carlos Mejía Godoy y Los de Palacagüina; cada día era un amanecer diferente para los nicaragüenses. Amenazas y persecuciones no se hicieron esperar. A los que no comulgaban con sus ideas absurdas, ni con venerar el nombre sacrosanto de Augusto César Sandino, les mandaban a las “”turbas divinas”” a gritar frente a sus casas: “”a los traidores y vende patria…paredón, paredón””. Y el pueblo, “”con la bota en el pescuezo”” –como decimos en buen nica-, de lo contrario, nos podía ir muy mal.
    Se pudiera pensar que estoy sangrando por la herida… pues es algo así. Todo lo que huele a comunismo o socialismo, simplemente “”huele mal””. Mi abuelo Héctor era “”somocista”” y nunca lo negó. Sufrió persecución, confiscaciones, encarcelamiento, tortura psicológica, hambre y pobreza. Recuerdo que lo apresaron el 17 de Julio de 1979, en su casa de habitación y tengo presentes los nombres de quiénes lo hicieron y creo irrelevante ensuciar mi boca con nombrarlos, pues cada uno de ellos ya obtuvo su medio vuelto; aunque algunos de estos fulanos ahora gozan de las “”maravillas del imperialismo norteamericano””, diz que porque no tuvieron otra alternativa más que venirse a rodar por unos cuántos dolaritos a la tierra prometida del querido tío Sam, porque déjenme decirles que “”quien habla de las peras, comérselas quiere””.
    Retomando la narrativa, todos los que estuvimos dentro del país en esa década de infortunios, sabemos que también la empresa privada fue amonestada. Sin embargo, hacían sus protestas pacíficas –a través de ruedas de prensa- desde las instalaciones de la organización que los agrupaba, desde las oficinas del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP). Ellos fueron la esperanza de muchos ganaderos, arroceros, comerciantes, etc. Ellos gritaban a los cuatro vientos las injusticias y las arbitrariedades que los nuevos dictadores hacían en el día a día para acallar las voces del pueblo. Por este gesto de valentía fueron castigados con la muerte de Don Jorge Salazar… pero ellos, siguieron su proclama y nombraron como Presidente de la organización a otro valiente, Don Enrique Bolaños Geyer, que hoy en día figura en la historia como uno de los Presidentes de la República de Nicaragua. Ellos no estuvieron exentos de sufrimiento, persecuciones, cárcel, tortura y amenazas de muerte.
    Queridos lectores: “”el terror y el horror se había apoderado con más saña de Nicaragua””.
    Solamente están leyendo parte de mi historia, pero les aseguro que, como esta, hay muchas más escondidas en algún rincón, las que no salen a la luz por temor a recordar o a ser victimizados apareciendo “”suicidados”” por algún otro lugar.
    Y las zanganadas continuaron… Censuraban todo tipo de prensa. Los nicas apodaron los lunes de cada semana como “”negros”” porque el “”córdoba”” se devaluaba cada semana indiscriminadamente. En algún momento de la historia fuimos millonarios, llegamos a almacenar dinero papel en la bolsa hasta para tirar hacia arriba, más sin embargo, en el comercio no habían productos básicos para cubrir cada necesidad personal, tan sólo eslóganes en las tiendas rezando: “”hay que consumir lo que el país produce””, lo cual era muy poco, o sea que simplemente había que conformarse con el paquete de arroz, frijoles y azúcar conocido como AFA el que distribuían mensualmente los jefes de los sindicatos.
    Los “”nueve comanches”” repartieron tarjetas de alimentación a cada familia para controlar los alimentos; instalaron los tales Comité de Defensa Sandinista, en donde los “”cedesistas”” no eran más que lame botas, ojos, pestañas y cejas de los grandes Sandino-comunistas. Eso sí, quiénes teníamos familiares fuera del país, principalmente en el norte, pues éramos más afortunados, pues con $20.00 dólares, podíamos ingresar a cualquier “”diplo-tienda”” (tienda diplomática) y comprar los productos que no encontrábamos en el mercado y, pueden imaginarse quiénes eran los dueños.
    Y así pasaron los años entre miserias y racionamientos. Contar con los servicios básicos de agua, energía y teléfono… era lujo en ese tiempo. Estos señores proletarios eran más burgueses que los Lacayo, los Chamorro, los Benard o los mismos Pellas. Hicieron de Nicaragua la digna tierra de nadie y por lo visto desean quedarse para siempre a gobernar; la diferencia hoy día es que, aunque se cuentan con los dedos de las manos, hay unos cuantos sensatos que hacen oposición y los sandinistas se han dividido en el “”Movimiento Revolucionario Sandinista”” o MRS (que aglomera a los sandinistas que no son “”danielistas””) y el “”Frente Sandinista de Liberación Nacional””, plagado de seguidores del actual Presidente de la República Sr. Daniel Ortega Saavedra y aquí está el pegón, pues “”gallina que come huevos ni que le quemen el pico””.
    Entre los opositores, no hay muchas opciones para poder elegir, pues tenemos al Sr. Arnoldo Alemán Lacayo que todos saben que ha estado en prisión por fraude y robo a las arcas públicas y Don Fabio Gadea Mantilla, dueño de una de las más famosas radios del país… La Corporación, el único defecto de Don Fabio es que además de estar ya entradito en años, es consuegro del funesto de Alemán.
    Yo sólo sé decir que la patria lloró el exilio de los hijos que parió. La patria se tragó el odio del demonio que engendró. La patria sufrió en silencio por su desintegración. La patria exige justicia por la sangre que derramó y con seguridad no quiere más de lo mismo.
    La opinión que tengo del Señor Ortega Saavedra es que es un hombre perseverante y ambicioso y como tal, sigue embaucando a unos cuantos para lograr sus objetivos. ¡Pobre el pueblo nicaragüense!.
    La neta –como dicen los hermanos mexicanos-, cuando uno ya vive afuera del ambiente, puede hasta compadecer las decisiones de los muchos, porque “”la necesidad hermano, tiene cara de perro””, pero eso no significa que no tengan sueños que deseen cumplir. Lo que si puedo asegurar es que todos los que apoyan a este señor, fueron aquellos que se beneficiaron en los ochentas (como decimos vulgarmente, mamando la teta), lucrándose con buena carne, tarjetitas diplomáticas o de la tienda militar, carritos LADA soviéticos, becas a los países comunistas, estar detrás de un buen puesto por “”oreja”” y no por su educación, un terrenito con su casita por vitorear y gritar consignas o por hacer bulto en las manifestaciones, o simplemente afiliándose a la JS19J (juventud sandinista 19 de julio) u obteniendo la placa de afiliación del partido FSLN.
    El FSLN al mando del señor Ortega Saavedra, habrá cambiado los colores rojinegros por el colorcito de la Pantera Rosa, habrá cambiado su traje militar por ropa civil, pero deben de estar atentos… “”no todo lo que brilla es oro”” y pues “”la mona aunque se vista de seda, mona se queda””.
    El pueblo nicaragüense… no escarmienta. Tropieza con la misma piedra y cae siempre en el mismo error. Este señor proletario con aire de burgués, decidió pasar por encima de la constitución… pretende reelegirse “”per securum securolum”” y perpetuarse en el poder, como quien dice “”quien tiene más galillo, traga más pinol””.
    Cabe mencionar su círculo de amistades:
    Es yunta de Hugo Chávez, el tirano venezolano;
    es compañero solidario de Evo Morales, el gorila boliviano;
    se identifica de cerca con Rafael Correa, el dictador ecuatoriano;
    es uña y mugre de Fidel y Raúl Castro, los genocidas cubanos
    y guarda luto ajeno por los tiranos sabuesos de Libia, de Irán… y si me he olvidado de alguno les voy pidiendo disculpas y les solicito me auxilien en ayudarme a recordar.
    Ahora su proclama es por la “”Unión Bolivariana””, el legado de Hugo Chávez al pueblo venezolano, quien ya sufre los escarnios vividos por los nicas en milenio pasado y a quienes aprovecho para enviar un mensaje: “”Los errores de los tiranos que gobiernan nuestros países, no tienen que formar parte de nuestra lista de pecados””.
    Este nica proletario aburguesado que de nuevo llegó al poder, le ha regalado varios pergaminos manuscritos de Rubén Darío (nuestro tesoro nacional) al pobrecito de Hugo Chávez, quien retribuye elegantemente con el “”oro negro””, patrimonio de los venezolanos. Y ¿cuánto tiempo más nuestras naciones permitirán estos abusos?. No es necesario llegar a la guerra, basta con luchar diplomáticamente y ganar las batallas desde las urnas.
    Es necesario cambiar de escena… es necesario abrir los ojos y decir “”basta ya””. Los nicaragüenses en vez de quejarse que el país está mal, deben de remangarse las mangas y luchar por su propia libertad; hay muchas maneras de hacer patria. Hay muchas maneras de salir de la miseria. Tan solo hay que tener la fuerza de voluntad. Nicaragüenses, en sus manos está darle un nuevo rumbo a la historia este próximo Noviembre.
    Sabemos que no hay muchos candidatos batallando por la silla presidencial. Tenemos dos que son lo mismo que ya conocemos: “”el antiguo burgués del proletariado”” y el “”señor de los chanchullos””. Me parece que aunque (“”al autor de Pancho Madrigal””) Don Fabio Gadea sea pariente político de Alemán, nada cuesta darle una oportunidad… ¿qué por sus ochenta años de edad no puede representarnos dignamente desde el Palacio Presidencial?, opino exactamente lo contrario. Desafortunadamente mis responsabilidades en estos momentos no me permiten echarme una vueltecita por allá en ese tiempo, pero, les aseguro que si los “”nicas en el exterior”” pudiéramos votar como otros países dentro de sus consulados en Estados Unidos de América o cualquier otro país, con seguridad lo haría.
    Herman@s ahora tengo dos patrias, soy nacionalizada estadounidense y orgullosamente de origen nicaragüense. Me tomo la libertad de solicitarles que al momento de votar este Noviembre del 2011 lo hagan haciendo patria e históricamente. Si de algo sirvió que hayan leído este escrito, recuerden algo de lo aquí dicho. Hagan uso de su sentir patriótico. Pongan a funcionar el radar de su sexto sentido, ese que nos avisa y que casi nunca se equivoca y recuerden que aquellos que prometen mucho, son los que firman y no cumplen, echando un velo de olvido a todo lo prometido y son ellos los que alcanzan la victoria escudados en las buenas intenciones del pueblo que ansía locamente la paz y cambios positivos. Y si el de turno o el que gane no sirve… pues hay que escoger a otro que si sirva.
    No se entienda esta prosa como una oda o un discurso proselitista. Les sugiero verlo de otro modo, quizás como un llamado a la reflexión a nuestras futuras generaciones que tienen el derecho a vivir en completa democracia, en aires de libertad.
    Solamente me resta agradecerles por haber leído esta breve narración. Mi agradecimiento sincero por su paciente atención y como dice la Dra. Ana María Polo de Caso Cerrado: “”Sea cortés, ande con cuidado, edúquese lo más que pueda, respete para que lo respeten y que Dios nos ampare””.
     
    #1
  2. cofredeimaginación

    cofredeimaginación Poeta fiel al portal

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    Amiga, son vivencias nuestras y de nuestras patrias, a las que amamos. Un beso
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    #2
  3. Katia N. Barillas

    Katia N. Barillas Radio Cultural-Literario*Escritor*Poeta*Declamador

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    Así es... a veces quisiera tener una vara mágica y trasladar un pedazo de Nicaragua a la tierra de oportunidades y promesas realizadas, pero la realidad es otra. Saludos y muchas gracias por comentar. Un abrazo,
     
    #3

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