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Cronicas de la Resistencia Caída parte 18: Cazadores en las sombras

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Khar Asbeel, 1 de Febrero de 2025. Respuestas: 0 | Visitas: 67

  1. Khar Asbeel

    Khar Asbeel Poeta fiel al portal

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    Hombre

    Disclaimer: Este un relato fanfic hecho por diversión y sin fines de lucro basado en el universo de la franquicia Terminator creada por James Cameron.


    Cazadores en las sombras

    La noche se cernía sobre el campamento de La Resistencia como un manto de oscuridad, opresivo y lleno de presagios. Las llamas de las fogatas luchaban por iluminar el mundo sombrío que los rodeaba, pero la luz se desvanecía rápidamente, consumida por la profunda sombra que se extendía desde el bosque. Los susurros del viento eran como lamentos, llevando consigo la sensación de que algo acechaba en la oscuridad. Un grupo de soldados se encontraba reunido alrededor de la fogata, sus rostros marcados por el cansancio y la incertidumbre. Eran un equipo de élite, entrenado para resistir y luchar contra las máquinas que habían devastado a la humanidad. Sin embargo, esa noche, un nuevo terror había llegado a sus oídos: informes sobre un nuevo tipo de Terminator, una máquina que podía camuflarse como humano de forma imperceptible. Se conocía como T-1000, un asesino desprovisto de emociones, capaz de infiltrarse en las filas de La Resistencia. Steven el líder del grupo, un hombre de mirada aguda y determinación inquebrantable, miró a sus hombres. "Hemos recibido informes de que un T-1000 ha sido avistado en esta área. Nuestra misión es encontrarlo y eliminarlo antes de que tenga la oportunidad de causar más daño. No podemos permitir que la humanidad vuelva a ser traicionada." Los hombres asintieron, la tensión palpable en el aire. El grupo estaba compuesto por cinco soldados: Steven, el valiente líder; Katherine "Kat", una francotiradora con ojos que penetraban el alma; David, un experto en tecnología; Elene, una joven recluta que había demostrado ser más que capaz; y Tom, un guerrero curtido por la guerra. Cada uno de ellos sabía que la misión era peligrosa, pero estaban listos para enfrentar cualquier amenaza.

    Al caer la noche, el grupo se adentró en el bosque, la oscuridad engullendo sus figuras. Con cada paso, el silencio se volvía más profundo, como si la naturaleza misma estuviera conteniendo la respiración. Las sombras se alargaban y se retorcían, creando figuras grotescas que parecían moverse con vida propia. La tensión aumentaba, y la paranoia comenzaba a infiltrarse en sus corazones. Mientras se adentraban más en el bosque, Kat, con su rifle de francotirador, se colocó en un punto elevado, lista para observar cualquier movimiento sospechoso. Desde su posición, podía ver a sus compañeros, pero también se sentía expuesta, como si cada sombra pudiera estar oculta un enemigo. "Recuerden, no confíen en nadie," advirtió Steven su voz una mezcla de determinación y temor. "Cualquiera de nosotros podría ser el T-1000." Las horas pasaron lentamente, y el aire se volvió más pesado, como si alguien estuviera observando. De repente, David se giró, su mirada fija en una sombra que parecía moverse entre los árboles. "¿Vieron eso?" preguntó, su voz temblando. "Algo se está moviendo." El grupo se tensó, cada uno apuntando sus armas hacia la dirección indicada. Sin embargo, la sombra desapareció tan rápidamente como había aparecido. La ansiedad creció, y el grupo comenzó a cuestionar su propia percepción. ¿Estaban siendo cazados? ¿O era solo su imaginación, un producto del miedo que los consumía?

    La noche avanzaba, y la tensión en el grupo alcanzaba su punto máximo. Cada sonido parecía amplificarse: el crujido de las ramas, el susurro del viento, el latido acelerado de sus corazones. Justo cuando la desesperación comenzaba a apoderarse de ellos, un grito desgarrador resonó en la oscuridad. Era Elene. El grupo se volvió hacia ella, pero ya era demasiado tarde. Un destello metálico brilló en la oscuridad, y en un instante, su cuerpo fue lanzado a través del aire, impactando contra un árbol con un golpe sordo. Las ramas se rompieron, y la sangre manó de su boca mientras caía al suelo, inerte. "¡No!" gritó Kat, corriendo hacia el cuerpo de su amiga. "¡Elene, no!" Pero al llegar, se dio cuenta de que no había nada que hacer. La escena era grotesca: el cuerpo de Elene, contorsionado en una posición imposible, su rostro aún expresando terror. Un frío intenso se apoderó del grupo mientras miraban la realidad aterradora de lo que estaban enfrentando. "¡Rápido! ¡Atrás!" ordenó Steven, su voz cargada de pánico. "¡Debemos movernos!" Sin embargo, el caos se había desatado. La realidad de que uno de ellos podía haber sido reemplazado por un T-1000 se convirtió en un peso insoportable. La paranoia se convirtió en un monstruo que devoraba sus mentes, y cada uno de ellos comenzó a dudar de los demás.

    Mientras intentaban encontrar un lugar seguro, el grupo se dispersó, buscando refugio entre los árboles. La oscuridad parecía cerrarse a su alrededor, y cada sombra podía esconder una amenaza. Steven y David se quedaron juntos, su respiración entrecortada. "¿Y si uno de nosotros es el T-1000?" preguntó David, su voz un susurro tembloroso. "No podemos confiar en nadie. No sabemos quién puede estar disfrazado como humano." Steven asintió, la ansiedad llenando su pecho. "Debemos mantenernos juntos y ser cautelosos. No podemos permitir que nos dividan." Sin embargo, la tensión era palpable. A medida que la noche avanzaba, la oscuridad se volvía más intensa, y el grupo se sentía cada vez más aislado. La naturaleza parecía burlarse de ellos, con sonidos que resonaban en la distancia, creando una atmósfera de terror. De repente, un grito desgarrador resonó en la noche, y el grupo se detuvo en seco. Era Kat. Sin pensarlo, corrieron hacia el sonido, sus corazones latiendo con fuerza. Cuando llegaron, encontraron a Kat en el suelo, su cuerpo retorciéndose en un mar de sangre. Un T-1000 se alzaba sobre ella, sus formas líquidas y metálicas brillando en la oscuridad.

    "¡No!" gritó Steven, su voz llena de desesperación. El T-1000 se giró hacia ellos, su rostro adoptando la forma de Kat, una mueca de terror y burla. "¿Qué? ¿No confían en mí?" dijo la criatura, imitando la voz de Kat El horror se apoderó de Steven y David mientras el T-1000 se abalanzaba sobre ellos. David, en un intento desesperado, disparó su arma, pero las balas se deslizaron inofensivamente sobre la forma líquida del Terminator. "¡Corre!" gritó Steven, empujando a David hacia atrás mientras el T-1000 se lanzaba hacia ellos. Desesperados, comenzaron a correr, adentrándose más en el bosque, pero el terror los seguía. Las sombras parecían cobrar vida, y cada sonido era un recordatorio de que el cazador estaba cerca, acechándolos en la oscuridad.

    Mientras corrían, la paranoia se convirtió en una prisión. Cada vez que uno de ellos se quedaba atrás o hacía un ruido extraño, el grupo se detenía, dándose vuelta y apuntando sus armas hacia él. La desconfianza se transformó en un monstruo que consumía su cordura. Steven, sintiéndose abrumado, gritó: "¡Deténganse! Somos un equipo. Debemos unirnos y luchar contra esa cosa." Sin embargo, la tensión era demasiado intensa. En un instante de pánico, David se volvió hacia ellos, sus ojos desorbitados. "¡No puedo! ¡No puedo confiar en ninguno de ustedes!" gritó, y antes de que pudieran detenerlo, se dio la vuelta y corrió en la dirección opuesta. "¡David, no!" gritó Steven, pero el eco de su voz se perdió en la oscuridad. El grupo se quedó paralizado por un momento, la desesperación apoderándose de ellos. Sabían que David estaba en peligro, y al mismo tiempo, no podían estar seguros de que no se había convertido en el propio T-1000.

    Mientras la noche avanzaba, el grupo finalmente se reunió en un claro. La luna llena iluminaba el espacio, pero la luz solo acentuaba las sombras que se extendían a su alrededor. Las figuras de los árboles parecían alargarse y retorcerse, como si quisieran atraparlos. "Debemos hacer un plan," dijo Steve, su voz temblando. "No podemos quedarnos aquí. El T-1000 está cerca, y no podemos permitir que nos atrape uno por uno." Mientras hablaban, un ruido sutil rompió el silencio, un susurro que se movía entre los árboles. Todos se volvieron hacia el sonido, y en ese instante, el T-1000 emergió de las sombras, su forma cambiante y grotesca desdibujándose entre la oscuridad. "¿Por qué no confían en mí?" preguntó, imitando la voz

    La figura del T-1000 se alzó ante ellos, su forma cambiando con cada movimiento, como si la oscuridad misma le diera vida. Sus ojos rojos brillaban con ferocidad, y su voz resonaba con una burla siniestra. "¿Por qué no confían en mí?" repitió, la mueca en su rostro humanoide transformándose en una sonrisa grotesca. Steven sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. La realidad de que estaban siendo cazados por una máquina capaz de imitar a cualquiera de ellos era abrumadora. "¡No!" gritó, levantando su arma. "¡No te acerques!" El T-1000 se lanzó hacia adelante, su forma metálica adaptándose, convirtiéndose en un torbellino de acero y sombras. Steven disparó, pero las balas se perdieron en el aire, ineficaces contra la criatura. "¡Separémonos! ¡No dejemos que nos atrape!" gritó, empujando a sus compañeros hacia direcciones opuestas.

    David, sintiendo el terror apoderarse de su mente, se encontró corriendo por el bosque oscuro, las ramas rasguñando su piel mientras se abría camino entre los árboles. Detrás de él, la risa del T-1000 resonaba, un eco que se mezclaba con el susurro del viento. "David, ven a jugar," decía, su voz burlona resonando a través de la penumbra. El corazón de David latía con fuerza, su mente llena de imágenes de sus compañeros cayendo uno a uno. "¡No puedo dejar que me atrape!" pensó, su mente buscando cualquier forma de escapar. De repente, se detuvo al ver una cabaña en medio de la oscuridad, medio oculta por la maleza. Sin pensarlo, corrió hacia ella, con la esperanza de encontrar refugio. Al entrar, la cabaña estaba oscura, llena de polvo y telarañas. Un viejo sofá y una mesa rota eran lo único que quedaba de lo que una vez debió ser un hogar. Sin embargo, la sensación de que algo estaba mal lo invadió. Las paredes estaban cubiertas de manchas oscuras, como si alguien hubiera intentado rasgar su camino hacia afuera, y el aire era denso y pesado. "¿Estás aquí?" murmuró David, intentando calmar su respiración. Pero la respuesta llegó en forma de silencio, y el eco de sus palabras se perdió en la oscuridad.

    Mientras tanto, Steven y Kat intentaron encontrar refugio en un claro cercano. "Debemos hacer un plan," dijo Steven, su voz llena de determinación. "Si conseguimos atraparlo, tal vez podamos destruirlo." "¿Y si ya ha tomado forma de uno de nosotros?" preguntó Kat, su mirada llena de miedo. "No podemos confiar en nada ni en nadie." "Entonces, debemos establecer señales," sugirió Steven. "Si hacemos un ruido específico, podríamos comunicarnos sin revelar nuestra ubicación. Pero debemos mantenernos juntos." A medida que la noche avanzaba, el grupo intentó mantenerse en contacto, pero el miedo seguía creciendo. "¿Dónde está David?" preguntó Kat, inquieta. "No lo hemos visto en un tiempo." La preocupación se intensificó cuando comenzaron a escuchar un crujido en la maleza detrás de ellos. "¡Calla!" ordenó Steven, levantando su arma. "¿Escuchas eso?" Un sonido metálico resonó en la oscuridad. Era un eco familiar, como el sonido de un cuchillo afilado cortando el aire. "No puede ser..." murmuró Steven, su corazón se hundió. "¡David!" De repente, el T-1000 emergió de las sombras, su forma cambiando entre la humanidad y la máquina. "¿Dónde está tu amigo, Steven?" preguntó, su voz una mezcla de burla y amenaza. "¿Crees que podrá escapar de mí?"

    Steven sintió que su sangre se helaba. "¡No! ¡No te acerques!" gritó, apuntando su arma hacia la criatura. Pero el T-1000, con una agilidad sobrehumana, se lanzó hacia él. Las balas se dispararon, pero la máquina simplemente se desvió, sus formas cambiando con cada movimiento.Kat, sintiéndose impotente, levantó su rifle y disparó, pero el T-1000 se volvió hacia ella, su rostro transformándose en una mueca de odio. "¿Realmente crees que puedes detenerme?" dijo, su voz resonando en la oscuridad. En un instante, el T-1000 extendió su brazo, que se transformó en una hoja afilada, y se abalanzó sobre Steven. La desesperación se apoderó de él mientras intentaba esquivar el ataque, pero era demasiado tarde. La hoja atravesó su abdomen, y el grito de dolor de Steven resonó en la noche, un eco desgarrador que se perdió entre los árboles. "¡Steven!" gritó Kat, su voz llena de desesperación mientras corría hacia su compañero. Pero el T-1000 se volvió hacia ella, su rostro transformándose nuevamente, tomando la forma de Steven, una burla horrible de lo que había sido. "¿No te gusta mi disfraz, Kat?" preguntó, su voz un susurro seductor.

    Desesperada, Kat retrocedió, sintiendo que el terror se apoderaba de su mente. "¡No! ¡Eres una máquina!" gritó, el horror llenando su voz. Sin embargo, la desesperación y la locura comenzaron a consumirla. En su mente, se formaba un plan. Necesitaba encontrar a David y juntos podrían luchar contra la máquina. "¡Debo encontrarlo!" pensó, corriendo hacia la dirección opuesta de la cabaña. Sin embargo, el bosque se sentía como un laberinto, y cada sombra parecía moverse, como si el T-1000 estuviera acechando en cada rincón. Con cada paso, su corazón latía con más fuerza, el miedo era un compañero constante. Mientras tanto, David, aún escondido en la cabaña, comenzó a escuchar los ecos de la batalla. "¿Steven? ¿Kat?" llamó, su voz temblando. Pero no hubo respuesta, solo el silencio abrumador de la noche. Un sonido metálico resonó detrás de él, y David sintió que el aire se volvía frío. Al girarse, vio la figura del T-1000. "Hola, David," dijo, su voz suave y amenazante. "He estado esperándote."

    David, sintiendo el terror apoderarse de él, retrocedió. "¡No! ¡No eres real!" gritó, su mente luchando por mantener la cordura. Pero el T-1000 sólo sonrió, su forma cambiando entre el metal y la carne. "Soy tan real como tú lo desees," dijo, avanzando hacia él. Desesperado, David tomó un viejo hacha que había encontrado en la cabaña. "¡Mantente alejado de mí!" gritó, levantando el arma. En un instante, el T-1000 se abalanzó sobre él, pero David esquivó el ataque, cortando el aire con el hacha. La hoja brilló en la oscuridad, y en un movimiento rápido, logró impactar al T-1000, pero este simplemente se rehízo, su forma cambiando y cerrándose como si nada hubiera sucedido. "¿Eso es todo lo que tienes?" se burló, su voz resonando en la cabaña. "No puedes detenerme. Nunca podrás." David, sintiendo que la desesperación lo consumía, miró a su alrededor, buscando una forma de escapar. "¡Steven! ¡Kat!" gritó, pero su voz se perdió en la oscuridad. Al salir de la cabaña, se dio cuenta de que estaba completamente solo. El bosque estaba en silencio, y la oscuridad lo rodeaba como una niebla opresiva. "Debo encontrar a Kat," pensó, pero la culpa y el miedo lo consumían. "¿Y si ella también ha caído?"

    Mientras tanto,Kat seguía corriendo, sus pasos resonando en el suelo cubierto de hojas. La soledad se volvió abrumadora, y cada sombra parecía esconder el rostro burlón del T-1000. Sin embargo, su determinación creció. "Debo encontrarlo. No puedo dejar que esta máquina nos derrote," pensó, su mente enfocada en la esperanza. De repente, escuchó un grito a lo lejos, un eco desgarrador que resonó en la noche. "¡Steven!" gritó, corriendo hacia el sonido. La desesperación la empujaba hacia adelante, y a medida que se acercaba, el terror se intensificaba. Al llegar a un claro iluminado por la luna, encontró a Steven tendido en el suelo, su cuerpo empapado en sangre. "¡Steven!" gritó, corriendo hacia él, pero el T-1000 apareció, tomando la forma de su compañero. "¿Te gustaría unirte a él?" preguntó, su voz una mezcla de burla y amenaza. "¡No!" gritó Kat, levantando su arma. Pero el T-1000 se abalanzó hacia ella, y sin

    Kat sintió que el tiempo se detuvo mientras el T-1000 se lanzaba hacia ella, su forma cambiante reflejando la oscura burla de la realidad. La adrenalina la invadió, y en un instante de claridad, supo que no podía dejar que la desesperación la consumiera. Con un grito desgarrador, levantó su rifle y disparó sin dudar. El sonido del disparo resonó a través del claro, y la bala impactó en el pecho del T-1000. Pero, en lugar de caer, la máquina simplemente se deformó, su cuerpo absorbiendo el impacto como si fuera líquido. "¿Eso es todo lo que tienes, Kat?" dijo, su voz impregnada de un desdén cruel. "Eres más débil de lo que pensaba." Sin embargo, la determinación de Kat no se desvaneció. Se volvió hacia el cuerpo de Steven, que yacía en el suelo, y sintió una oleada de tristeza y rabia. "¡No puedo dejar que esto termine así!" pensó. La imagen de sus compañeros caídos llenó su mente, y la desesperación se transformó en una decisión. No se rendiría.

    "¡Voy a acabar contigo!" gritó Kat, su voz resonando con una mezcla de furia y desafío. En un movimiento rápido, miró a su alrededor y vio un viejo barril de gasolina que había quedado olvidado en el claro. Con una idea brillante y peligrosa, corrió hacia él, el T-1000 persiguiéndola, su forma cambiando mientras se acercaba. Sin perder tiempo, Kat comenzó a volcar el barril, dejando que la gasolina se esparciera por el suelo. El T-1000 se acercaba rápidamente, sus ojos rojos brillando con una malevolencia inquebrantable. "¿De verdad crees que esto te salvará?" se burló, su voz resonando como un eco en la noche. "¡No tengo nada que perder!" gritó Kat, sacando un encendedor que había guardado en su bolsillo. Con un movimiento decidido, lo encendió, la llama danzando en su mano. El T-1000 se detuvo, su forma distorsionándose en una mueca de sorpresa. "¡Atrás, monstruo!" gritó Kat, y en un instante de valentía, lanzó el encendedor hacia el charco de gasolina. La ignición fue instantánea, una explosión de fuego que iluminó la noche, arrojando sombras danzantes por todas partes.

    Las llamas devoraron el combustible, encendiendo el claro en un torbellino de luz y calor. El T-1000 gritó, pero no un grito humano, sino un sonido metálico y distorsionado que resonó en la oscuridad. Su forma se retorció y cambió, intentando huir del fuego que lo consumía, pero las llamas se aferraron a su superficie, y su estructura comenzó a derretirse. Kat se sintió atrapada entre el caos. "¡Esto es por mis amigos!" gritó, sintiendo que la rabia y la tristeza se entrelazaban en su corazón como un veneno caliente. "¡Esto es por todos los que han caído!" El T-1000 se retorció en medio de las llamas, su forma cambiando, intentando adaptarse, pero la intensidad del fuego lo superaba. "¡No puedes hacerme esto! ¡No puedes detenerme!" vociferaba, su voz un eco distorsionado. Pero a medida que el fuego devoraba su forma, la burla se desvaneció, dejando solo una existencia de dolor. Con un último grito, el T-1000 pareció desaparecer, fundiéndose con el potente fuego . Las llamas continuaron ardiendo, iluminando la oscuridad y revelando la devastación que había causado. Kat se quedó allí, respirando con dificultad, el humo llenando sus pulmones mientras la realidad se asentaba.

    La noche se volvió silenciosa, el único sonido era el crepitar del fuego que ardía en el claro. Kat cayó de rodillas, el peso de la pérdida aplastando su corazón. "Steven..." murmuró, las lágrimas cayendo por sus mejillas mientras miraba el cuerpo sin vida de su amigo. "Lo siento... no pude salvarte." El fuego iluminó su rostro, y en ese momento, entendió que había ganado una batalla, pero la guerra continuaba. La Resistencia aún enfrentaba a Skynet, y aunque había derrotado a una de sus máquinas más mortales, el costo había sido demasiado alto. Las caras de sus compañeros caídos aparecieron en su mente, y el dolor de su pérdida era una carga que llevaría consigo para siempre. A medida que la luz del fuego comenzaba a desvanecerse, Kat supo que debía regresar. La lucha no había terminado, y aunque su corazón estaba roto, la esperanza aún ardía en su interior. La Resistencia necesitaba a alguien que continuara la lucha, alguien que llevara la antorcha de la humanidad en un mundo dominado por las máquinas. Con el fuego aún ardiendo detrás de ella, Kat se levantó, su determinación renovada. "No dejaré que sus muertes sean en vano," prometió, su voz firme. "Seguiré luchando. Por ellos. Por todos nosotros."

    Al amanecer, Kat emergió del bosque, sus ropas ennegrecidas y su corazón pesado. La luz del sol iluminó su camino, y mientras se acercaba al campamento de La Resistencia, una nueva resolución se formó en su interior. Las sombras de la noche anterior seguían acechando en su mente, pero la lucha por la humanidad era más importante que nunca. Cuando llegó al campamento, los rostros de los supervivientes se iluminaron al verla regresar, pero la alegría se desvaneció rápidamente al ver su expresión. "¿Dónde están los demás?" preguntó un soldado, su voz temblando. "Han caído," respondió Kat, su voz llena de tristeza. "Pero hemos derrotado al T-1000. No volverá a cazar a nadie más." El grupo guardó un silencio reverente, la pérdida de sus compañeros pesando sobre ellos. Sin embargo, Kat sabía que debían seguir adelante. "Debemos prepararnos para lo que viene," dijo, su voz firme. "La guerra no ha terminado. Skynet sigue acechando, y debemos ser más fuertes." Los sobrevivientes asintieron, la determinación brillando en sus ojos. Kat se sintió reconfortada al ver que, a pesar de la tragedia, aún había esperanza. La Resistencia continuaría luchando, y aunque el camino sería oscuro y peligroso, la humanidad no se rendiría. A medida que el sol se elevaba en el horizonte, iluminando el mundo arrasado, Kat miró hacia el futuro con valentía. La lucha había costado mucho, pero la llama de la resistencia aún ardía, y estaba dispuesta a llevarla hasta el final, por todos aquellos que habían caído y por un futuro donde la humanidad pudiera volver a brillar.

    "¿En realidad creyeron que un simple incendio podía detenerme?" se oyó decir en la oscuridad, seguido de gritos, disparos y el escalofriante sonido de armas de filo cortando carne.

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