crónicas de un asesino en serie

Capitulo 1: iniciación y éxtasis

Agosto 7 – 1994



Me dirigí en mi coche al lugar más recóndito y apartado ,a las afueras de la ciudad para así efectuar tan aberrante escena que incluso en este momento que lo recuerdo no deja de ser tan excitante, ¡es como si estuviera otra vez haciéndolo!.

llegue al lugar previamente escogido unos días atrás, era una casa abandonada de decoración rustica con paredes donde yacían grabados pentagramas burdos entremezclados con el moho que deja el pasar de los años, abrí el capo de mi coche y la saque entre mis brazos, se veía tan bella amordazada y esposada de manos y pies, sutilmente dormida cual ángel que cae preso en las garras del demonio, procedí a adentrarme a la casa y busque rápidamente el lugar más adecuado para amarrarla y así hacer más fácil mi trabajo.


Encontré una vieja mesa de comedor algo oxidada pero lo suficiente mente fuerte como para aguantar su peso, la situé boca arriba y la amarre de manos y pies de tal manera que le quedaran sus genitales lo más expuestos posible, luego procedí a rasgarle la ropa mientras ella seguía profundamente dormida, me fume un cigarrillo para luego apagárselo en el ombligo y así hacer que despertara, fue tan placentero verle la cara de pánico mientras sus gritos de dolor se ahogaban en la mordaza.

¡Despierta nena pues esta pesadilla la vas a vivir conciente!


Saque mi navaja del bolsillo y comencé a jugar suavemente con su clítoris, recorriendo sus labios vaginales con la punta fría de la hojilla, en su cara habitaba el terror pero su vagina decía lo contrario ¡La muy puta estaba lubricando! y ese delicioso clítoris de textura rosada que parecía llamarme a gritos, deje la navaja a un lado y bese su coño con una pasión desbordada ¡cual niño comiéndose un delicioso helado de chocolate y cerezas!, ella simplemente retorciéndose entre el terror y sus pasiones mas lubricas, entre gemidos y lagrimas, tan inerte y tan frágil y yo con sonrisa psicópata disfrutando del labial bastardo que me brindaba su sexo. Complaciéndome y complaciéndola a ella.

¡Un próximo cadáver!,

¡Una estadística mas para mí y para el estado!,

¡Un trofeo más que me atormentara en recuerdos y pesadillas mojadas!.

Luego seguí subiendo y recorriendo todo su cuerpo con mi lengua y con la punta de mi navaja mientras le hacía suaves cortes por donde iba pasando, sutilmente para así beber la sangre que por sus heridas brotaba, llegue a la aureola de sus senos y los mordí vorazmente cual cachorro estrenando un juguete, pellizcando con mis dientes sus pezones, jugueteando con la sangre que por su pecho brotaba.

¡Dibujando ese camino libidinoso por donde mi morbo había pasado!

¡Estaba como loco!

Simplemente me monte encima de ella y me desabroche el pantalón, cogí mi pene y se lo introduje con fuerza mientras con la otra mano la ahorcaba.

Y cada vez que veía que estaba al borde de desmayarse la dejaba respirar para luego volver a ahorcarla y así consecutivamente por un par de horas.

¡El eco de sus gemidos todavía habita en mi cabeza!

¡El sudor de su cuerpo como se entremezclaba con la sangre!

¡Y sus lagrimas como se confundían con estos mismos!

¡Son un retrato en mi mente que nunca voy a borrar y es que fue tan especial!


¡Cuando su cuerpo no resistió mas, yo ya me había venido más de 6 veces, de lo único que me arrepiento de esa noche es que ella no estuviera viva para sentir como la destripaba de pura curiosidad para ver si por dentro era igual de hermosa!





"Y aquí la poesía se destripa con tu belleza

Y es que tu mortalidad es tan funesta

Elixir magnánimo es tu sangre

De tu cuerpo y en tu cuerpo

¡Soy afable!

Callando tus gritos con mordazas

Escuchando tus gemidos

Y su eco que a mi cabeza de pasión desgarra

Mientras se desdibuja tu presencia

En la pared mientras mi laudo ahí se plasma

¡En esa pared ensordecida por el moho!

¡Ahí está tu tumba poseedora de mi karma!

¡Mi obra maestra y el mausoleo de tu alma!"





***steven rios***