Cruce cerebral

Hay sombras que amedrentan,

y que no se distinguen.

Hay luces que se funden,

y labios que no esconden nada del exterior.


Mujer, qué filosófica te has vuelto,

el primer pensamiento

que me asalta.


Los demás vienen lentos, rezagados,

como una distorsión emocional.


Guardo este sentimiento,

sin saber si lo tengo.


Quizá se haya marchado,

y sin mediar palabra,

nos difame,

a mí y a mi poesía.


No sigo un ideal,

pues no creo en ninguno,

ni en el hombre.


No quiero discutir conmigo mismo,

pues no creo en las cosas

que diré, digo y dije,

por un solo motivo:

Están adulteradas.


Amor equivocado…

Es…

Letra a letra…

Saltarse la moral…

La dudosa moral del ser humano…

Vivo en una burbuja…


Qué esperar de mis versos…

Se unen por una causa…

Quitarme a mí de en medio…

No puedo permitirlo…

No puedo…

No…


No te adoro…

No te odio…

Cree en lo que tú quieras…


Escriba lo que escriba,

sigue el escepticismo,

dándome sus razones.


Soledad inducida…

Si volviera a creer…

Viviría despacio…

Más largo que la muerte…


Más amor que el de la primera vez…

Con sentido común, así yo sea el único…

No me olvido…

He cambiado el discurso…

De mi existencia atroz…

He sacado algo en claro…

No se antepone nada a las personas…

Yo forcé el intelecto hasta dejarlo…




Sordo…

 

Una conclusión determinante a la intensidad de la experiencia vivida... al menos es parece estar claro, que no es poco...

Saludos poeta.

Palmira