Cuando hayas cruzado la puerta

Que donde estoy, estoy contemplando la escena y no puedo saber cómo llegue hasta aquí. Pero qué lejos están esos días, días enteros donde no cabía la idea que hoy me agita. Y recuerdo uno de esos tantos en esa voz que me decía: prepárate para escapar que la puerta siempre esta abierta. Y no es hasta hoy que me voy acercando a esa puerta, pisando el umbral casi listo para salir de aquí.
Es una tibia noche de primavera. La ciudad duerme. Estoy listo.
Diviso el lugar donde me encuentro, es muy claro su monotonía, escazo asombro, y es tan gris la escena que apenas resisto la idea de poder hacerlo. Estoy dudando. Y vuelve esa voz que me dice: te estoy esperando.
Vuelvo a la marcha, estoy sereno, tranquilo; cruzare esa puerta. Y una mano me detiene. Quién es..?, eres tu acaso, porque ahora te resistes a acompañarme.Y la puerta se cierra inexplicablemente. La luz que venía del otro lado se apago y yo quedo a oscuras. No sé donde estoy, todo me parece nuevo y me siento muy ligero. Busco la puerta pero esta ya no está, ya no hay salida. Y de pronto veo una tenue luz que se va haciendo cada vez más clara y dentro de ella va saliendo una voz que me dice:
Bienvenido viajero, sabras, como te has dado cuenta, que por aquí hay poca luz, y la luz es algo que tú debes conseguirlo; esta es tu nueva vida, no busques ya mas puertas y deja de mirar atrás. Esto que ves te pertenece y ya nadie te volverá a quitar lo que tengas, porque aquí nadie pierde lo que no es suyo, y date cuenta que tú mismo te quitaste la vida, y si esto es otra forma de ella, pues apresúrate en disfrutarla.