Cuando morimos, lo hacemos juntos.

Habían llegado al final, caminando por el sombrío sendero llegaron por fin al lugar de su juicio. Unidos de la mano se enfrentaban a su destino, el pacto habría de cumplirse ahora, y ella tendría que entregar el alma de él, o él deberia de entregar la de ella. Mirando al profundo pozo, la entrada al infierno oían el lamento de las almas condenadas al sufrimiento.
Él la miró a los ojos, y sabiendo que sus palabras eran inútiles dijo:
-Bueno, aquí me despido.
Antes de terminar la frase, vio la respuesta formarse en sus ojos, esos hermosos ojos verdes que le hacían estremecer.
-¿Qué quieres decir?
-Que me voy. - Respondió albergando tercas esperanzas de poder hacerla cambiar de parecer.
-¿Piensas ir solo?
-Por supuesto, no dejaré que vayas tú, sólo te espera el sufrimiento.
Pero ella rápidamente contestó:
-¿Y a ti te espera algo más que el sufrimiento o por qué lo haces?
-Porque mi sufrimiento no será estar allí, sino el no estar contigo.
Y en ese momento recibió la respuesta que esperaba desde el principio.
-Tú no irás. O por lo menos, no irás solo.
-No lo hagas, todavía tienes una vida por delante, Yo sólo te tengo a ti, pero si uno de nosotros ha de irse, mejor que sea yo, a fin de cuentas, sólo es temporal, me verás cuando tu vida termine.
-El pacto ha de cumplirse, pero no puedo permitir que te separes de mí, no puedo dejarte, y menos en este lugar. Sabes muy bien que no tengo pensado abandonarte, te dije que jamás lo haría.
Admitiendo su derrota, se acercó hacia ella. Y, abrazándola con fuerza, le susurró al oído:
-Sabía que no me dejarías, te amo, y ahora podré morir junto a ti, como siempre lo deseé.
Y uniendo sus labios, se lanzaron al precipicio de donde no había regreso, donde pudieron estar juntos, sin el terror de la vida.

 

Exactamente, si la muerte es lo único seguro que tenemos en esta vida, lo mejor es compartirla con quien amamos. Saludos.

 

Hermoso...una más de tus obras, de tus maravillosas obras. Me ha encantado... y eso fue muy lindo, que no lo dejara solo, así estaría bien, si él sólo la tenía a ella... tal vez, aunque ella tuviera alguna pequeña meta en la vida, no sería tan importante como para abandonarlo.
Bello...saludos, y que las sombras te acompañen en tu camino al infierno.

 

Muchas gracias Princesa, siempre me alegra que te guste lo que escribo.
Ya sabes cuál es mi musa, así que no te la describo jeje, te veré en las Sombras, donde la vida parece tan insignificante.