Cuando Yo Me Amo

Cuando yo me amo, siento el universo conspirar a mi favor. Me abrazo en mis días de tristeza, me sostengo en mis momentos de debilidad y celebro cada pequeño triunfo con la misma pasión que un niño que descubre el mundo por primera vez.

Cuando yo me amo, descubro la fuerza que reside en mi interior. Acepto mis imperfecciones, las convierto en oportunidades para crecer y aprender. No me juzgo por mis errores, sino que me permito el lujo de aprender de ellos y transformarme.

Cuando yo me amo, reconozco mi valor sin depender de la aprobación externa. Mi felicidad no está condicionada a las expectativas ajenas, sino a la paz y el amor que cultivo dentro de mí. Me rodeo de personas que suman, que me inspiran, y dejo ir aquello que no me nutre.

Cuando yo me amo, entiendo que merezco lo mejor. No acepto menos de lo que sé que valgo, y me trato con la misma amabilidad y respeto con los que trato a los demás. Me permito soñar en grande y perseguir esos sueños con determinación.

Cuando yo me amo, practico la gratitud diariamente. Agradezco por mi salud, por las oportunidades, por los aprendizajes y por el amor que soy capaz de dar y recibir. Vivo en el presente, sin aferrarme al pasado ni preocuparme excesivamente por el futuro.

Cuando yo me amo, soy libre. Libre para ser auténticamente yo, sin máscaras, sin miedo a ser juzgada. Acepto que no soy perfecta, pero sé que soy suficiente, tal como soy.

Cuando yo me amo, el mundo a mi alrededor cambia. Mis relaciones se fortalecen, mi mente se aclara, y mi camino se ilumina. Cada día se convierte en una nueva oportunidad para ser mejor, para amar más, para vivir plenamente.

Amarme a mí misma es el acto más revolucionario y transformador que puedo realizar. Es un viaje continuo, un compromiso diario, pero es la clave para una vida llena de paz, alegría y propósito.

Porque cuando yo me amo, descubro que soy capaz de cualquier cosa, y el amor que me tengo a mí misma se refleja en todo lo que hago, en todo lo que soy.