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Cuentos para entretener. Compras de Navidad

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por crisantemo, 27 de Febrero de 2025. Respuestas: 0 | Visitas: 68

  1. crisantemo

    crisantemo Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    20 de Febrero de 2025
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    En estos días el centro comercial está muy concurrido. Toda la zona de tiendas se adorna con miles de luces de led, ciervos con la nariz iluminada, imágenes de papá Noel, elfos repartiendo muestras de colonia, y un insistente bucle de versiones de jingle-bells en el hilo musical. El estilo anglosajón al que nos tienen acostumbrados.
    En el interior del Zara una de las dependientas se dirige a la zona de probadores, se llama Isabel. Su trabajo es colocar de nuevo en las perchas la ropa que se acumula en los boxes.
    La podríamos definir como una chica corriente si existiera de verdad cariño en este término. Lo cierto es que es invisible para la mayoría de los clientes, a ella le gusta así.
    Se sitúa detrás de un mostrador que hay al fondo del pasillo de probadores y examina el primer artículo. Es un vestido liso de terciopelo con un escote cuadrado. Con la mano alisa la falda y se asegura de que lleve las etiquetas. No es la primera vez que cubre este puesto, ha conseguido tal agilidad en sus movimientos que podría hacer su tarea con los ojos cerrados, literalmente.
    Está sonando la versión de Glen Miller Isabel coloca el vestido en la percha, el encaje de algodón del cuello le da un aire victoriano. Observa con discreción a un hombre de mediana edad de rostro afable pendiente de la cortina, de un probador. La mirada de Isabel estudia el personaje, lo selecciona del fondo y en un cortar pegar lo sitúa en la biblioteca de una mansión frente a la chimenea con una copa de brandy en la mano, y una novela de Dickens en la mesilla.
    Se dispone a doblar un conjunto de guantes y gorro de lana cuando suena la versión de Charles Aznavour. Isabel mira a la gente que pasea entre los ocres y morados de las tendencias de otoño y esboza una sonrisa, su tienda se ha convertido en uno de los grandes bulevares de París. Una inusual versión de jingle-bells en las voces del coro del ejército asociada a un misterioso impermeable negro de charol, la traslada a un puerto de la flota rusa del Báltico. Es mucha la rutina que debe soportar a diario.
    Se dirige al probador número tres y recoge las prendas que hay en la caja de devoluciones, tejanos, blusas, chales y un vestido de lycra negro con un escote en uve. Está sonando la versión de
    Bing Crosby y the Andrew Sisters, desvía por un momento la mirada de la prenda, y se cruza con la de un joven que está dudando ante un frontal lleno de fulares. Viste americana y una corbata muy atrevida que demuestra seguridad, tiene una pequeña cicatriz en la ceja izquierda. Isabel enfunda en el vestido negro a su avatar de la 38 y lo dirige hacia él. Mientras avanza de frente con sus tacones de aguja se difumina la sección de complementos y aparece un night club ambientado en el Nueva York de los años veinte con jazz en directo y alcohol ilegal. El avatar roza con la mano la ceja izquierda del joven y desaparece.
    Las imágenes funden a negro, se terminó por hoy, las dependientas se dirigen a la salida, están cansadas, hace frío, en el parking quedan pocos coches. Uno de ellos ilumina sus faros con dos ráfagas cortas, es la furgoneta de su novio, se llama Paco. Se sienta y le da un beso.
    -Tuve una corazonada y te he comprado un detalle– le dice Paco- Es un fular.
    -Interesante– le responde Isabel.
    Sonríe, y desliza el fular entre los dedos.
    Sonríe de nuevo, al ver que el parking sigue siendo un parking, se ha roto una rutina.
     
    #1
    Última modificación: 27 de Febrero de 2025
    A dragon_ecu le gusta esto.

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