Cuerpo De Guitarra Y Piel De Ebano

Érase una vez La negra Fidelina que laboraba en La Hacienda Villareal de Sol a Sol.

Fidelina, diariamente preparaba la faena para toda la familia Villareal aun recibiendo maltratos, crueldad y pena, era fiel a sus deberes y compromisos con la familia. En agradecimiento por sacarla de su país natal Republica Dominicana y traerla en tierra Americana.

Los Villareal no permitía que ninguno de sus hijos tuvieran algún tipo de acercamiento con a la servidumbre que no fuera serviles día a día.

La negra Fidelina tan solo tenia 20 años en flor, pero algo extraño estaba pasando el joven Eduardito de 17 años asechaba a la negra cuando entraba a su alcoba.

Eduardito, le cuenta a su hermano Carlos lo que el presenció. Carlos esa negra es hermosa, tiene cuerpo de guitarra y su piel es como un madero de ébano.

El hermano le responde, Eduardo deja de estar echándole el ojo a esa negra. Recuerda que los Villareal no debemos inmiscuirse con negros. Solamente son nuestros esclavos.

Eduardito, al día siguiente espera a la negra Fidelina, en el camino La hacienda Villareal. A lo lejos el observa una destello relampagueante que se acerca cada vez mas hacia donde él.

El joven le dice ¡hola! Fidelina; ¿tengo que hablar con usted? La negra contesta dígame patrón, usted esta muy hermosa en el día de hoy. Gracias joven por esos halagos; vallase que don Eduardo si me ve hablando con usted me van
A desterrar de esta hacienda.

Eduardito, contesta no importa Fidelina me iré con usted. Ella dice déjese de esa vaina. El joven al otro día la siguió hasta su recamara penetrando la habitación de la negra.

La negra asombrada al ver al joven de tras de ella, joven que usted hace aquí. Fidelina yo estoy enamorado de usted, patrón esto es imposible yo soy negra usted es blanco somos diferentes.

No importa; dice Eduardito, Mirando su cuerpo de Guitarra y piel de ébano con ojos de lujuria.

El joven cegado por la pasión se lanza encima a la negra Fidelina y le desgarra su vestido negro. Eduardo besa el rostro de la negra labios carnosos, leguas sedienta de pasión la derrama por tu su piel de ébano cuerpo de guitarra.

Fidelina, no podía creer lo que estaba sucediendo exclama ¡el hijo de Don Eduardo enamorado de esta negra! Levanta su mirada al cielo rogando a Dios la Perdone de todo pecado.

Eduardito, se despejo toda su vestimenta su piel blanca se entre lazaban con la piel negra de Fidelina, envueltos en la pasión. No se distinguen principio ni fin.

El joven haciendo movimientos bruscos al borde de un sollozo quebranto se desploma en el cuerpo de guitarra piel de ébano.

Ya no hay maltratos, gritos, exigencias camino hacienda Villareal, solo hay pasión y alegría en San Pedro de Macorís, Republica Dominicana.