Cuestión de supervivencia.

Hace un rato que lo he matado. He cogido un cuchillo de cocina y he atravesado su pecho. He aguantado tanto tiempo su brutalidad, sus malos modos, sus gritos, sus golpes...Diez años de suplicio consentido por mí. Hoy he puesto fin a eso. Han sido diez años de martirio ignorado por la gente que vivía a mi alrededor,
vecinos que cerraban ojos y ventanas para no ver el horror en la casa de al lado.
No estoy contenta. No me siento orgullosa de lo que he hecho; pero tampoco estoy triste, ni arrepentida, ni asustada...Es simplemente que hoy me levanté sin ganas de callar, sin ganas de agachar la cabeza para recibir su ira. No voy a suicidarme como hacen casi todos los hombres que asesinan a sus mujeres. Voy a quedarme aquí, esperando que vengan a buscarme. No me pienso mover...Pasará lo que tenga que pasar, pero en este momento, mientras miro su cuerpo inerte, ensangrentado, siento paz. Tal vez suene terrible, sé que suena terrible, pero me siento bien, diría que aliviada.
Cuando empuñé el cuchillo se quedó bloqueado, su mirada perpleja denotaba incredulidad. No hizo nada para defenderse mientras lo acuchillaba, supongo que pensaba que yo nunca sería capaz de plantarle cara...Esta vez se equivocó, para su desgracia.

 

Yo también hubiese hecho lo mismo. Oí decir por ahí que desde que se inventaron las pistolas se acabaron los chulos; aunque sé que no es verdad, pero me gustaría. El miedo y la prepotencia se llevan dentro; unos el miedo, otros la prepotencia... y bien está que se les arruine el papel a los que se creen sus dueños.

Relataste esa parte que todos deberíamos haber escrito y poner en práctica. Los caminos de la justicia son inescrutables, pero en lo más personal está en nuestras manos.
Muy bueno Esther, y me suenan mucho esos argumentos.
Un abrazo... y al final ayer no llovió; pero hoy sí. Fresquito miércoles escritora.

 

¡Ay amiga, somos dos asesinos,
yo también acabo de matar a mi mujer
y la tengo ya hasta enterrada! jejjeej
Un día de estos te la presento
para que la conozcas, si es que quiere salir
y pasar a conecerte jjejej
Un beso.

 

Ahí donde me ves, soy el colmo del pacifismo y la no violencia, pero es que algunas veces una podría justificar lo injustificable, y no me refiero solo a esto. Suerte que ayer al final no se te mojó la ropa, con la rabia que da cuando ya esta seca, jajaja por más que la lluvia sea tan necesaria, al menos hoy si tenías claro que no podías tender, jajaja. Aquí hace sol, aunque un poco apagadillo.....¡ parece que te estoy dando el parte meteorológico! Un beso, Alonso y gracias como siempre.

 

Pues no quiero perderme lo de tu mujer, viendo el tono de humor e ironía que das a tus relatos,eso promete. Hasta enterrada la tienes ya, de todas formas dudo que quisiera conocer a otra asesina, jajaja. Muchas gracias Dulcinista, un abrazo.

 

Hola Esther,
sí las matan, pero cuando intentan suicidarse casi siempre fallan,
matan a sus mujeres, a sus esposas, lo matan todo,
pero el suicidio no lo concretan, es que se matan despacito, sin querer.

Ayer vi un programa, cada semana se trata del testimonio de una mujer,
mujeres que estuvieron a punto de morir a manos de sus parejas,
y milagrosamente se salvaron,
cuando los médicos las daban por muertas.

En relación a tu prosa te diré que tengo muy claro qué vida vale más,
la de un maltratador o la de una mujer maltratada.

Me temo que es una lacra que nunca se terminará, puede paliarse,
puede que haya menos victimas, pero nunca se acabará, por muchas razones,
desgraciadamente,
esto parece que no tendrá fin.

 

Hola Elena, esto es una lacra, si, no se si acabará algún día, pero me temo lo peor . También yo tengo claro que vida vale más, es verdad que muchas veces los suicidios son fallidos, como si en realidad fueran una puesta en escena, aún así siempre digo que porqué no se suicidan antes de asesinarlas...Ojala esto acabe algún día, gracias por leerme y comentar lo que escribo, un beso.

 

Yo también siempre digo lo mismo, y no lo hacen porque no quieren
su intención es otra.
Gracias a ti, por escribir sobre este tema, porque mucha gente se da media vuelta
y mira hacia otro lado, Un beso.

 

Gracias a ti Elena!!!

 

No se si se acabará, que lo dudo, pero siento que muchos países, ocidentales especialmente, se lo toman a cachodeo, con penas ridículas para este tipo de actos y los que participan, inducen y promueven.

Se critica mucho el código penal de singapur en muchos círculos, por una supuesta excesiva dureza. En singapur el que viola a una chica cualquiera, recibe de pena 20 años de cárcel. Y un mínimo de 12 latigazos. El asesinato se paga con muerte en la horca.

Cabe decir que las tasas de crimen en singapur son irrisorias. Y que es una de las ciudades más ricas del mundo.

Saludos

 

No estoy de acuerdo con la pena de muerte, pero sí creo que en España debería existir la cadena perpetua en determinados casos, ...y por supuesto endurecer las penas en la mayoría de los casos.
En este país la justicia y las leyes son de risa, sobre todo para asesinos, pederastas, delincuentes reincidentes, corruptos... (en este último supuesto si fueran como tienen que ser, nos quedábamos sin políticos).

Sobre la prosa de la compañera me parece muy buena, y sí, sería más que deseable que lo primero que hicieran estos maltratadores y asesinos fuera suicidarse (y no después...)

Abrazos.

 

A pesar de lo tremendo de estos crimenes, yo tampoco estoy de acuerdo con la pena de muerte, incluso con la cadena perpetua, tengo mis dudas...Un endurecimiento de las penas si me parece necesaria, matar no puede salir tan barato. Agradezco mucho que me hayas leido y comentado, LIBRA8, un abrazo.

 

Pues de seguro te verás muy sexy vestida de viuda.

 

Creo que a la mujer de mi relato le bastaba con verse libre de ese individuo,¡menuda liberación la suya! Gracias por leerme y comentar, dragon_ecu, un saludo.

 

un fuerte relato, hay que ver que en esos estados la mente llega a perderse por tanta violencia, ocurriendo cosas no vistas, el trauma que llevarán de por vida, mucho más que por haber asesinado sino por la violencia sufrida. Saludos

 

A pesar de estar absolutamente en contra de la violencia y de creer que hay caminos para no llegar a límites irreversibles, la crueldad a la que se ven sometidas tantas personas hacen que puedan comprenderse actos de estas características y de otras muchas. En definitiva el relato es desafiante e invita a rasgarse las vestiduras y hacer frente a situaciones muy polémicas.

Enhorabuena por el planteamiento.

Abrazos

Palmira