De igual a igual.

Platiquemos.
Podemos hacerlo.
Es un lujo que podemos permitirnos.
Antes de sumergirnos en el lodo.


Pues la Nada es igual al Todo.


Yo te rescato de las aguas turbulentas,
mientras que tú me delatas, como fabricante de chicles de menta.
Así, incremento el número de clientes que vienen a mi Kiosko.
Y me pagan por las revistas del Corazón que ofrezco, aunque muestren el gesto, hosco.


No me importa; al fin y al cabo, son mis personajes de cuento de hadas.





Son oros, copas, bastos y espadas.
Diamantes, picas, tréboles y corazones.
Sansones y dalilas. Salomones y reinas de Saba.
Mesías y discípulos. Budistas y cristianos. Ateos y nihilistas. Payos y gitanos.


Blancos y negros. Moros mahometanos...


Proceden de mi monte del Olimpo.
Como siempre, brilla en el cielo, un Sol de Justicia.
Luego por tanto, no hay escapatoria.
Son seres, actuando en un sin-fin, parecido a los cacharros mecánicos de la Feria.


Dan vueltas y vueltas, en la noria.