De los ladrilleros - La María y el Mere

La María y el Mere​

por: hector rodrigo, de los ladrilleros​

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- llegates en la madrugad - refiere la maría temblándole casi todas sus prominentes carnes del coraje, pues bien, asemeja en gordura a algún puerco cebado con maíz.
- hay maría - contesta el mere sentado estirando ambas piernas, a la ves que emite una exclamación de cansancio y coloca sus dos manos en la nuca
-Y borracho, sabe dios con que vieja te meterías !no intentes tocarme! – le dice la maría con dificultad para hablar, inflando los cachetes aún más de lo que ya de por sí los tiene y pone sus ojos viscos
- hay maría – vuelve a decir el mere con una sonrisa que no se sabe si es cínica, o de vergüenza al no saber como callar a la maría
- pero vas ha ver, te voy a hacer lo mismo haber que te parece – expresa la maría rascándose la cabeza con la mano derecha de donde se saca algún objeto, se deshace de él y prosigue estirando con la misma mano esa sabrosa tortilla sobaquera
-hay maría – expone el mere moviendo la cabeza negativamente a la ves que voltea al monte como esperando a alguien
- !maría!… - recuerda el mere - !al llegar en la madrugada!... – dice un tanto extrañado
- no metas pretexto – lo interrumpe la maría haciendo su acostumbrado visco que cada vez le sale mejor
No, no, maría…!es en serio!, ¡al momento en que abrí la puerta… la vi! – le dice el mere sorprendido
- No metas pretexto… ¿que viste? - Reacciona la María a su sorpresa y le pregunta con la forma de hablar de la maría, que en ocasiones se convierten en sonidos guturales a los que solamente el mere entiende, pues la gente que platica con ella, siempre sucede que se le interrogue al mere sobre lo que dijo esta

- Te estoy hablando con la verdad maría – pronuncia el mere con sonrisa irónica
- Muy bien, que viste – esculcando entretenida su fosa nasal izquierda para después retirar la tortilla sobaquera del comal (sin limpiar su mano)
- ¡la cabeza!, ¡la que se aparece en la esquina! – exclama el mere reviviendo tal momento
- Aaaaaaaaah - grita la maría espantada da un paso hacia atrás y trastumba toda su gordísima humanidad contra el suelo, tanto que tiembla la apacible tierra ante tanto peso, el mere le ayuda y recoge una masa que intentaba ser tortilla de entre la tierra y la tira, sin preguntarle a la maría porque esta solamente la limpia y al comal.
- Por eso no me gusta que me dejes sola, ¡casi no duermo! – limpiándose una tierrita que le sobra por entre las blancas gordas y sudadas rodillas para posteriormente estirar la siguiente masa, pues ya mero termina.
[FONT=Arial]El mere, con su extraviada mirada rara, ensimismado, perdido en sus pensamientos, le comenta…[/FONT]
[B][FONT=Arial]- me acabé la silla dándole, ¡dándole!, ¡dándole! y le gritaba con desesperación, ¡que quieres, jijuela chingada!, ¡que quieres jijuela chingada!, empecé con un tono alto y asestándole fuertes golpes y gritos furibundos para después de tres minutos terminar hincado en la esquina con un tono suave, cansado y lastimero… Como queriendo llorar, haciendo pucheros y suplicándole que se fuera, cuando exhausto levanté la vista me di cuenta que ya no estaba…mi padre me contó que así se espantaban a los espíritus, a golpes y maldiciéndolos – (que en paz descanse el viejo) - quitándose la gorra.[/FONT][/B][FONT=Arial]
[B][FONT=Arial]La maría abre los ojos con todo lo que es posible abrirlos y se queda perpleja pellizcándose esta, las manos por los incontrolables nervios que en ese momento la poseen… pero reacciona.[/FONT][/B][FONT=Arial]
[B][FONT=Arial]- Ha pero no se me olvida cabrón - dice la maría retomando su inconformidad y su disgusto, con gesto iracundo arremete contra el mere quien la esquiva con desesperada intención pues teme por su vida… si esta cae sobre su humanidad -[/FONT][/B][FONT=Arial]
[B][FONT=Arial] - la maría está roja de coraje, tanto que tiró la mesa y dos sillas que volaron varios metros por el aire, tira saliva al hablar, que digo…tira babas al gritar, tiene los labios morados de coraje y se le dificulta respirar, tanto, que dentro de sus pulmones se escuchan una especie de ronquidos que no controla y siente esta que se ahoga, por lo que va con actitud sumisa y se apoya del hombro del mere, este, solamente sonríe (se abrazan y se miran… suspiran).[/FONT][/B][FONT=Arial]
[B][FONT=Arial]Es la maría y el mere que están discutiendo, (los vecinos de Julián y así es diariamente).[/FONT][/B][FONT=Arial]
[B][FONT=Arial]A la vez que se tranquilizan, pasa por estos desiertos valles por el lado sur, el viejo Filiberto, hacia su choza que está en la subida del cerro en la parte oriente, lo siguen seis flacos perros, mientras este camina lento, rayando la tierra con las uñas de sus pies descalzos, de el nadie sabe nada, pues a nadie saluda nadie sabe si habla.[/FONT][/B][FONT=Arial]
[B][FONT=Arial] La maría duerme impávida en el hombro de Meregildo.[/FONT][/B][FONT=Arial][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]