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De poetas y colgados de las letras.

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por NiñoNube, 17 de Abril de 2020. Respuestas: 1 | Visitas: 367

  1. NiñoNube

    NiñoNube Poeta asiduo al portal

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    -Yo quiero ser escritor-
    -Un gran poeta-
    Se dijo una mañana Ramón, mientras se afeitaba frente al espejo.
    -Escribiré grandes versos que lleguen al corazón de la gente y llenen de belleza las almas.-
    Así de decidido, recién afeitado y con un buen café en su estómago, se fue a una academia de poesía.
    "ACADEMIA AMIGOS DEL VEINTISIETE "
    Él, siempre había sido más del número cinco, pero pensó que en este caso no importaban las matemáticas.
    Entró en aquel templo de las letras y se dirigió al mostrador de información.
    -Buenos días. Es aquí para eso de aprender a ser poeta-
    -Un poeta nace, señor mío-
    Le contesto el buen recepcionista mirando por encima de las gafas.
    -Si no trae el arte de base, poco podremos hacer por usted-
    A Ramón le pareció tan estirado en su forma de dirigirse a él, que pensó que realmente debía llevar la pluma estilográfica metida en el culo.
    -Pues miré señor amigo del veintisiete. Arte no sé si traigo. Pero traigo dinero, para la matrícula y las clases, y un "boli" Bic.
    D. Estirado II (así decidió llamarle Ramón, porque seguro que había un estirado por encima de éste y ese sería el I.
    Le llamaba así, ero para sus adentros, no vaya a ofender todo su arte).
    Pues eso, D. Estirado II, extrajo de un cajón unos folletos informativos y una documentación para rellenar.
    -Puede sentarse allí mismo y rellenar formalmente su solicitud de ingreso. Le recomiendo encarecidamente que lea los trípticos explicativos y le ruego que no cometa errores de ortografía, caligrafía o haga tachaduras en los impresos.
    -Para qué se compraría gafas éste buen hombre, si no las usa-
    Pensó Ramón mirando esos ojos asomados al balcón de la montura de pasta marrón.
    Se dirigió allí, donde le indicó el dedo huesudo, con la recién adquirida duda de si tendría arte.
    Se sentó y empezó a leer.
    Bla, Bla, Bla, acento prosódico, Bla, Bla, Bla, sinalefa, Bla, Bla, Bla, hiato, Bla, Bla, Bla, sinéresis, Bla, Bla, Bla, diéresis...
    -Con estos nombres no debe quedarle mucho de vida, suenan a algo grave-
    Se preocupó Ramón.
    Bla, Bla, Bla, serventesio y tetrástrofo, ovillo, endecha y zéjel, y más Bla, Bla, Bla...
    En ese punto de información, a Ramón le parecía que su nombre, era un nombre muy vulgar.
    Con su "boli" Bic entre los dientes y el capuchón del mismo bien mordisqueado, empezó a dudar.
    Quizás no tenía el arte.
    Quizás ser escritor y poeta, no era una meta a su alcance.
    Quizás, no...
    Ordenó en sus manos todos los papeles que D. Estirado II le había entregado y volvió al mostrador.
    - Mire usted, el del club veintisiete. Creo que por el momento lo vamos a dejar pasar. A lo mejor va a tener razón y éste templo del saber y las letras no es mi lugar.
    Y es que yo, sólo quería escribir, pero hacerlo bien para que mis palabras llegarán a los demás.
    Quería hacer reír, emocionar, hacer temblar de pasión...
    Tal vez, incluso enamorar.
    No sé, quería hacer sentir.
    Tener la capacidad de poner sobre el papel esas cosas que a veces se quedan cruzadas en el pecho, o atragantadas en la garganta. Quería vomitar sentimientos oscuros, susurrar palabras lindas, gritar en tinta...
    Yo quería escribir y quería hacerlo bien.
    Pero todo esto...
    Es que mire usted, sólo quiero contar cosas y no saber si un verso, o una estrofa se va a morir de una enfermedad venérea.
    Mire que todo esto, se lo digo con el mayor de mis respetos.
    Sigan siendo ustedes grandes poetas, para que los demás, podamos disfrutar de todas sus letras.
    Yo me quedaré siendo un cuentista de historietas.
    Un cuentacuentos, de taberna.
    Un colgado de la escritura, con tantas cosas por contar, que si no las saca fuera, va a reventar y salpicar.
    Procuraré hacerlo sin ofensa, ni burla.
    Con respeto.
    Pero tengan en cuenta, que cuando se escribe con las vísceras, las letras pueden llevar miel, pero también hiel.
    Respeten eso ustedes también.
    Y llenemos, entre poetas y colgados de las letras, este puñetero mundo de belleza.
    Buenos días caballero, le recomiendo encarecidamente, que se saque la estilográfica de entre las nalgas...
     
    #1
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  2. Aldonza Lorenzo

    Aldonza Lorenzo Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Siempre he peleado por intentar hacer entender que todos somos poesías en movimiento.
    Hasta un simple objeto cualquiera puede ser poesía en manos de cualquiera.
    Por ejemplo,
    ¿Quién no se queda extasiado mientras amasamos algo?
    Ése algo será alimento para otros y fue creado por nosotros.
    Ser poesía es darte sin medida ni disciplina.
    Ser capaz de hacer sentir cada letra y llegar a dar de beber por ellas es algo único.

    Soy una colgada de la poesía.
    Creo en ella.
    Te puede curar y herir en la misma medida porque siento y vibro con cada palabra que escribo ó leo.

    Besos de letras mi Nube.
     
    #2
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