De un sueño

DE UN SUEÑO​

Después de imaginar innumerables mariposas cortando mis sueños, levanto la mirada y mis parpados se topan con el viento que acaricia los versos de mi memoria. Palpita mi vientre, y al ritmo de la más oscura y vasta soledad engullo el silencio nocturno, bocanadas de noche, de infinita alegría nocturna despertándose en mí como caracoles que funden mi cerebro y masturban a la noche. Sacudo de mis memorias el olvido, de mis vivencias la ansiedad y me precipito en un abismo desnudo de tiempo, de espacio, de lágrimas asfaltadas por mis huesos.

Escucho, pero no escucho. ¡Y entonces te encuentro!
Eterna como un segundo, infinita como las estrellas, el tiempo se detiene en ti palpitando como las olas, caminando como la arena. Doy un salto al precipicio de tus ojos intentando alcanzar tu sonrisa, serena, inmaculada. Pero sigo despierto, sonámbulo por el tic tac de tu sexo. Te necesito porque te necesito, para vivir mis sueños, para soñarte despierto y alumbrar mi mano desnuda, inquieta, titilante… para ser yo, para ser tú, para ser nosotros.

Y el último cielo nocturno se cierne sobre mis mejillas nublándolo todo como un viaje de opio, la muerte chiquita, turbio ensueño pero al fin el principio, se ha transformado el espejismo del insomnio, ahora eres sueño en mi, casi la muerte, ahora eres yo, nosotros de nuevo. ¡Bendita atemporalidad, te ha vuelto eterna, lumínica!… solo por hoy, por esta noche, mañana perderé la memoria, no me acordare de ti, pero que importa, somos ahora, inalcanzables por el futuro, el presente nos protege, somos el hoy del mañana y del ayer, somos por hoy lo que nunca seremos mañana.