De una y mil formas: Atributo divino

Es evidente que ya no implico
ningún secreto.
Un Dios sin misterio, Dios mío!
Me gusta insinuar que soy Dios.
Lo dejo caer.
De ello proviene el caos, lo sé.
Que mis letras hayan salido indemnes me reconforta.
Si ustedes tienen algún problema conmigo, lo tienen solo con su escepticismo.
Hay paranoias que son ciertas.
Yo a todas les hago caso.
Soy un acaparador de síntomas.
Que si creo en Mí?
Digamos que no me llaman la atención.
No sé qué leches hago aquí.
Tengo ilusiones que destruir.
Déjenme a mi bola.
Todo lo demás me produce asco.
Su compañía es grata solo desde lejos.
Tengo a Dios tan sumamente mamado, que sólo le doy largas.
A Dios?
Se puede decir que también le tengo asco.
Simplemente he nacido con asco.
Ahora bien, qué vino antes, Dios o mis síntomas?
No han visto jamás nada como esto.
Es por ello que les puedo hablar de Él sin mesura, y sin perder la compostura.
Lo que no me entra en la cabeza es que Dios no haya visto nada como Yo.
Digamos que estoy asegurado, ya sea por blasfemo o por divino.