Debajo de la mesa

Por debajo de la mesa
un imperio languidece
de hambre y de miseria
mientras otros comen peces,
peces y buenas viandas
a costa del servil obrero
que va cargando en sus espaldas
el látigo del usurero.​

Por debajo de la mesa
las migas y los despojos
los restos enmohecidos
de tenedores carcomidos
por los dientes asesinos
que desgarran sin piedad
la conciencia de los niños
de esta puta sociedad.​

Guerrillas de disparate
con armas politizadas
de un mundo que de más arriba
pisotea la plebe arrodillada.​

Exiliados condenados
al destierro resistente
de vivir en otra tierra
de caminar a su suerte.​

El destino no es el mismo
para rico y el miserable:
el rico rasca su ombligo
con la fe y la humanidad,
el pobre también se lo rasca
pero de hambre y necesidad.​

La izquierda sucumbe a los tiempos
la derecha golpea sin piedad
y los que permanecemos ajenos
los vientos nos arrastran al compas.
Al compás de la sinfonía
de los gritos de inocentes
que mueren sin haber vivido
en una batalla sin aliciente.​

Medidores de absurdas cuentas
cuentas que arremeten en las trincheras
de las balas perdidas que atraviesan
las almas ajenas a la guerra.​

Por debajo de la mesa
la conciencia se ha dormido,
sobre ella los dirigentes
empacho de cobardía y olvido.​