Déjà vu...

Me miraba con esos ojos indefinidos, no por el color, sino por no saber qué es lo que elucubra dentro de ellos. A veces me hacer sentir muy orgulloso de ellos, otras, muy decepcionado por no saber entenderlos.

Me dice sonriendo que el amor no es una gema dentro de una caja de cristal forrada de terciopelo.

Su voz parece ser tan solo rítmico adorno de la punzante mirada que atraviesa mis sumisos anhelos. Acaricia mis lienzos cabellos y le digo como brizna de enero cuánto la quiero, ella se ríe y repite que sólo son palabras que se lo lleva el tiempo, tal vez tenga razón y no lo niego, pero ojala este moribundo siervo siga endeble ante Lina y su mirada de hielo.

©jos.2016​