Déjà vu

Por primera vez, tomo tu mano
y emprendo un nuevo camino
pero la memoria me va gritando
recuerda que esto, ¡ya lo hicimos!...

Hoy que tu cuerpo sabe dar calor
con la libertad que has aprendido,
llega de imprevisto el frío que reinó
a recordarme que ya lo había sentido...

En los nuevos pasos que recorremos
las sonrisas florecen a raudales,
me detienen los destellos del llanto
que azotan con miedos fantasmales...

Tus ojos son el espejo mágico
donde mi reflejo se hace infinito,
cierro los ojos y se nubla el latido
ante la sombra de viejos gritos...

Temo volver a ser mujer presa
sabiendo que no eres cazador,
temo volver a depender de hilos
que invisibles me guien al dolor...

No quiero abrazar a la soledad
que se burlaba de mi fragilidad,
no la deseo, es compañera cruel
que deja tiritando de frío la piel...

Debes entender que no es por ti
se que no quieres causar llanto,
simplemente he llegado a tu lado
con el alma llena de quebranto.



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Amiga, no te detengas... menos ahora sigue el camino, donde eres libre y feliz, sobre todo donde la tranquilidad te acompaña. Un placer, saludos.

 

Muchas gracias por tus palabras, ¡no me detendré!...un abrazo