Dejaste de ser arcoiris

Ya no estás
en el altar de mis ilusiones,
ni en la mansedumbre
de mis ojos buscándote.
Hoy caíste estrepitosa
a mis pies, esos mismos
que pudieron recorrer
el tiempo siguiendo tu sombra.

Dejaste de ser lumbre y faro
de mis noches cuando faltabas.
Y duele tanto esa caída
que arrastró consigo
una parte que siempre muere
cuando los espejos al romperse
quiebran del mundo los reflejos.

Ya no vibras
en mis ojos y labios,
tu boca dejó ser aliento
de sueños amarillos, rojos y verdes.
Dejaste de ser arcoiris.

 

Bellas y melancolicas letras en tu mirada de ya no verla con sus colores
si no con los grises de la triste despedida.
un saludito cordial poeta.

 

Dejó de pintar tu vida, pronto volverá sa brotar un nuevo arcoiris en tu cielo.
Bello y magnífico poema.

Un besote.

 

Y Adrian ya alguna semana sin leerte o quizas mas que gusto encontrarme con tu poesia melancolica y es que en ambos ramor lo haces muy bien ya sea en amor o en melancolia pues este poema lo dice todo desde el titulo como dejan de ser las personas que amamos algo importante en nuestras vidas preciosa poesia y la manera de escribirla sublime saludos amigo.

 

Letras con una profundidad única... Aplausos...

 

Fantasticos versos, y la creatividad que le pones...te digo que duele mucho cuando una ilusion se desvanece lentamente en la piel de la muerte, cuando el olvido la abraza y la condena en el infinito de sus ojos...

mis saludos hermano

 

Un placer poeta caminar por el tiempo y leer tus palabras, y tal como dices las despedidas propias de las desilusiones son grises,pero al final siempre hay una luz para no perder el rumbo. La felicidad, meta de vida.
Saludos desde mi mar atardeciendo.

 

Gracias mi bien estimada poeta por tu visita y dejar tu huella plasmada con estas palabras. Tras las tormentas y lluvias hay un arcoiris. Un placer reencontrarte en mis versos.

Besos de colores

 

Amigo poeta, de veras que siempre logras cargarme de orgullo con tales palabras, es un infinito placer recibir de ti tales muestras de aprecio por mi obra, gracias. La vida tal como dices nos regala los latidos de otra persona, que pueden durar poco es cierto, y cuán doloroso es. Al final siempre seguimos adelante buscando la eternidad en nuestros abrazos. Abrazos fraternos.