Del grito-.

Yo procedo del grito.

De las calles húmedas,

raídas por inviernos, mal iluminadas

por bombillas intermitentes, y

ese resplandor siempre difuso

de las botellas entrechocadas.

Pertenezco al grito, como otros

se criaron con sutiles e ínfimas salmodias.

Al espanto hecho careta. A la harina

fraguada por el éxodo y el exilio.

Yo procedo, y seguramente muera,

con un grito deslumbrante en mi cabeza.



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El grito describe ciertamente muchas fases de la historia humana. ¿Dejaremos de gritar alguna vez? ¿Dejaremos el miedo? No lo sé. Profundas composiciones siempre estimado BEN. Un gusto.

 

Nunca dejaremos de gritar, aunque permanezcamos en silencio- otra forma de angustia, de rebeldía o de aullido-. Muchas gracias por tu aportación, Danilo. Abrazos!

 

Es asi Ben, ese instinto de conservación que a veces nos lleva a grita y otras a callar, es inevitable. Excelente poema, fue un placer leer tu obra. Un saludo cordial.

 

MAGNIFICO!!! simpelemente estupendo, me ha encantado,
pero es ud. BEN!!

Abrazos de colores en la distancia sin gritos,

 

Gracias Lupe, saludos-.

 

Gracias Master, saludos!

 

Mientras tengamos ese grito a flor de labios estamos vivos mi querido Ben,
la vida no nos permite deshacernos de él, no nos da tregua. Gracias por
este momento de disfrute de tus letras. Besitos apretados en tus mejillas.

 

Gracias Anamer, aunque un poco de calma sin grito, no vendría mal, no? jaja. Un abrazo, amiga!