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Desde que tù no estàs

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por wilson yupanqui, 19 de Diciembre de 2010. Respuestas: 1 | Visitas: 736

  1. wilson yupanqui

    wilson yupanqui Poeta asiduo al portal

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    Hombre
    Desde qu tù partiste recorro diariamente la playa solitaria, contemplando a la distancia el pintoresco puerto con sus barcos acorados en la bahìa, el viejo faro que domina la ensenada se hiergue imponente sobre las mareas rompiendo violentamente por las noches con su haz de luz la oscuridad, los herrumbrosos postes de metal carcomidos por el salitre de la brisa marina con sus entumecidos faroles amarillos iluminan tenuemente las extrechas callecitas porteñas empreñando la atmosfera con un aire colonial, entrecortando sombras de las betustas y abigarradas casitas aglutinadas entre si como protegièndose mutuamente de una invisible e inevitable tempestad.
    Ensimismado y atiborrados de recuerdos me llegan los ecos de tu risa como un canto suave en la distancia, sobre las aguas del ocèano el sol estalla en bellos colores resplandeciendo las olas en matices diversos, tiñendo las nubes de melancolìa, mientras mis pensamientos cruzan el cielo de mis sueños buscando con la brisa acariciarte.
    En esta tu ausencia que siempre me acompaña la soledad ocupa espacios ignorados, rincones inimaginados de mi alma, me transporta a tiempos y lugares ignotos casi olvidados con los años, mi infancia en el regazo de mi madre, los maravillosos dìas de la adolescencia, las agitadas tardes de escuela, los fantàsticos viajes por parajes remotos, la tenaz travecìa por la enmarañada selva , los helados vientos cordilleranos e inevitablemente tambièn me lleva a tì.
    Te encuento entonces con tu sonrisa de niña despreocupada, dibujando nubes en los claros del cielo, construyendo castillos con la arena mojada, confundiendo al arrullo de las olas con tu canto, dìas felices que ya no volveràn.
    Con la mirada diàfana fija en el horizonte me pregunto como cada tarde cuando salgo a buscarte...¿Què serà de tì?... y vuelve en tropel de ensueño hirièndome de angustia tus recuerdos, todos nuestros sueños truncos y aquella promesa de amor que un dìa con làgrimas juranos no romper, reflexionando en lo que fuè nuestro amor me asalta la tristeza y me duele mucho màs el corazòn desde que tù no estàs.
    Como una estampa fija en mi memoria conservo aùn tu retrato fresco y joven, como si el tiempo còmplice se ubiera detenido para inmortalizar nuestra pasada felicidad, nos envolvìa una ternura infinita aquella tarde que nunca olvidarè, en la ventana de la habitaciòn reìa el sol y sobre la silla TE AMARE POR SIEMPRE escribiste en una hoja de papel, un raro encanto reflejaba tu semblante y un dulce beso posè sobre tu piel, amè tu cuerpo y entr caricias fuiste mìa y ante los ojos de Dios te hice mujer.
    Los dìas pasan y en medio de este sin fìn de sentimientos encontrados se me agolpa la vida, llenando mis horas de nostalgìa, cruzando la bahìa una bandada de gaviotas se aleja batiendo sus alas a manera de pañuelos blancos despidiendo la tarde, buscando otras playas donde descansar, el viento sopla fuertemente desde el sur templando las jarcias de los barcos, meciendo las sombrìas lanchas atadas al añejo y cansado muelle desgastado por el vaivèn incesante de las olas del mar, la tarde lentamente se viste de gris, rompe la pacibidad del puerto la risa pajarina de unos niños que juegan a la ronda detràs del campanario de la iglesia donde acuden las mujeres a rezar, en las orillas los hombres recogen sus redes que tendieron por la mañana preparàndose para otra faena mas, la noche se vislumbra propicia , hara buen tiempo para pescar.
    Mientras tanto , instintivamente aùn salgo a buscarte, recorriendo con nostalgia la playa solitaria, contemplando a la distancia la bahìa, contando los barcos acorados en sus aguas, lleno de melancolìa, recordando tu rostro de niña mujer, seductora, con tu carisma de àngel celestial que tan solo Dios te pudo dar, tristemente yo te sigo amando, como aquel dìa en que besè tus labios por vez primera, tus rojos labios carmesì, como aquella tarde en que sentì tus miedos y sembrè en tì la flor de la esperanza,¿Còmo olvidar tu risa, tu encanto...tus gemidos de placer entre mis brazos?...¿Còmo olvidar amor, còmo olvidar?, si se cruzan por mi mente como si fueran furibundos latigazos del viento que laceran mi cuerpo, la espina del dolor sangra mi alma, el llanto de mis ojos cruel quebranto , mi corazòn se resiste a perderte, no quiero pero es inevitable que junto a tus ecuerdos parte de mi valla muriendo, irremediablemente ,cada tarde, desde que tù partiste, desde que tù no estàs.
     
    #1
    Última modificación: 19 de Diciembre de 2010
  2. ROSA

    ROSA Invitado

    Buena prosa amorosa, pero debo ponerte en melancolicos, me hiciste grata la mañana leyendote.Gracias.Feliz navidad
     
    #2

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