Desde un Cristal

Estamos viviendo en un plano que transversalmente no existe convicción verdadera de nada.
Vivimos como errantes vagabundos que no sabemos para donde vamos.
No hemos logrado empatizar ni equilibrar la convivencia, y estamos frente a turbas que actúan demostrando que no valoran lo que tenemos, llegando a tal su frustración, que encuentran en la violencia la forma de defender sus derechos. No usan discernimiento.
Estamos fallando como sociedad. No se ha ejemplarizado al educar. Los jóvenes en su gran mayoría, encuentran todo malo, y no tienen la madurez para hacer sus manifestaciones con altura, les cuesta dialogar con serenidad, no respetan, no escuchan, solo saben recriminar.
Se suma a todo esto, el desprestigio con que cuentan nuestras autoridades, a causa de inmorales gestiones, que solo han perjudicado el bien común..
Nos están privando de lo que nos pertenece, y a cambio, muchos de ellos, han aumentado su patrimonio transgrediendo la ley, que no evidencia ser igual para todos, en algunos casos.
En el actuar generalizado hemos ido destruyendo nuestro suelo, contaminando nuestro medio. Se hacen grandes inversiones en monitorear las consecuencias buscando soluciones, pero hay una clara contradicción. Se avala la instalación de industrias en centros poblados, poniendo deshumanizadamente en riesgo a sus habitantes. No se observa una coordinación de resguardo, hay mucha gente que está sufriendo, viendo deteriorar su salud. ¿Por qué los organismos a cargo, no hacen un estudio, a tiempo, para evitar estos daños, que se presagian, y que traen tanto dolor a los seres?
Actualmente seguimos haciendo negocios de recursos naturales, con sectores privados o empresas extranjeras, sometiendo a trabajadores a la pobreza, cesantía.
Hemos permitido a muchos centros educacionales, por años, lucrar con el alumnado, ¡hipotecando su vida!. ¿Abuso autorizado? y se habla de labor social.
Hacen falta líderes de prestigio. Recuerden que han llegado ahí para servir a los demás.
Hoy en día, los políticos ocupan sus energías y grandes presupuestos en proclamar sus candidaturas, es lo que más les importa. Siempre eso ha estado a la vista, por lo tanto, no hay ninguna certeza, que les mueva el espíritu de servicio.
Esto mismo ha ido desmotivando a los ciudadanos, y lo evidencia está, en que ha bajado la concurrencia a sufragio.
Crismardí