Desengaño

En la penumbra maldita de tus más trágicos sinsabores,tú,malhadada mujer envejecida por el profuso llanto dirigido a un ser de descomunal sello divino engarzado,te debates impaciente por el vil suicidio.Mientras,el reloj nocturno levitando sobre las agrestes y fantasmales montañas de la mordaz y rabiosa locura,tañe a muerto por tu alma que se difumina en un vaho pestífero por el recuerdo de un Amor que a partir de ahora ya no será el mismo.Pues lo has calumniado con la risa torpe pero inocente de tu corazón envuelto en insurrectas llamas de apariencia infernal.Tendrás que sufrir los tormentos de una etérica nada diluida en el limbo,donde los desmembrados espíritus desengañados rugen por la pavorosa laceración que Odio inocula en sus substancias irremediablemente desesperadas;a la búsqueda de la luz deslumbrante que las desnude de las descomunales tinieblas que ciegan sus ojos vidriosos de frío sepulcro.¡Oh!,dama malquerida por un destino cruel e implacable,ya es hora de que introduzcas tu mustio cuerpo pálido en el ataúd de malvas engalanado.Y deja que el dios al que tanto admiras en atardeceres de sombrío sol melancólico te guiñe el ojo en irónica señal de adiós eterno;difuminado por siempre por un macabro arrepentimiento que nunca se borrará de tu memoria decadente.Luego,estréllate contra el muro de las lamentaciones,y deja que tu divino amado emprenda el raudo vuelo hacia la sacra eternidad.