deseo de un beso

y allí estaba de nuevo con ese ese deseo entrañable de besarte
con locura y pasión ,que podía hacer como me quitaba
ese espantoso secreto que me enloquecía
que divagaba por mi mente las veinticuatro horas del día
los siete días de la semana los cincuenta segundos del
minuto y los sesenta minutos de la hora.si así era
ese deseo era un de los mas horribles deseos de mi mente.

 

Sara, mi estimada amiga, hermoso tu relato, con mucho ímpetu... muy bueno.

(con todo respeto, sólo quería advertirte un error de tipeo con relación a los segundos del minuto)...

Te envío un respetuoso abrazo.