Despiadado Amor

¡Oh!,despiadado amor,que has apagado con tu furtivo soplo cruel la llama de mis recuerdos y miserias que tan atrayentes se acoplaban a tu endiosado limbo de lamentaciones.No te guardo ningún rencor;al contrario,me humillo ante ti como un arrepentido hombre maduro que sabe sobrio reconocer sus faltas de muerte y putrefacción.Mira hacia el crepúsculo teñido de sangre y ni en un millar de eones de tiempo eternal me pidas perdón,¡oh!noble fantasma pleno de ardientes semillas fugitivas que caen,como las amarillentas hojas del trastornado otoño,dentro de mi recalcitrante alma troceada en mil pedazos de un obscuro destello mortal.Desearía que te fundieses en un glorioso estallido de ecos calamitosos con mi ser trascendental;pero eso no es posible.El más allá me espera impaciente para ser tragado por la voraz boca sanguinaria del todopoderoso y cruel Satanás...el cual desde lo alto del universo en ciernes de desaparecer,me sonríe con contemplativa misericordia difuminada en la espectral figura de tu cuerpo transfigurado en ángel caído de alas rotas.No desesperes y junta tus manos de albor cegador,para que rece ante ti como un humilde amanuense que pide aunque sea unas pobres migajas de tu cariño embebido en fúnebre licor de suicidio melancólico.Sólo así seré tuyo por toda la eternidad.No me abandones ahora que he desgarrado el corazón miserable de mi esencia más tenue.Sí,sólo por ti,insondable verdugo de santificado nimbo ardiente que arrasa a tus pies de rosa inmaculada,los campos atestados de cientos de cadáveres que ya no gemirán nunca más,aunque los recuerdes en tu profusa memoria de imperial profeta.