Después de la misa

¿Te has preguntado si algún día encontraras la felicidad?, ¿si en alguna parte de este vaivén llegara el momento en que nuestros rostros sentirán la extraña sensación que te deja una sonrisa?, ¿ y que sin palabras, no tienes forma de describir esa angustia placentera que te hará recordarla hasta que en algún otro momento vuelvas a sentir esa yerma dureza de tu faz, desgajándose de tu alma?... ¿quien nos puede guiar, a la vez, por esa naturaleza desconectada de la calma y violencia de la lentitud del tiempo?; pero ¿que es la felicidad?, ¿que es esa sensación que incha tus pulmones y hace que tus vista se pierda tan cerca de la lejanía, aguantando la pequeña y larga letanía de sentir?, o ¿tal vez ya encontré la felicidad y es esta espera la que descifra el truculento regalo a mi mismo de algo que no me enseñaron a conocer?.

Soy un mendigo más, que extiende su mano a otros infelices, después de la misa...

 

La Felicidad es mujer.
Pero esa mujer bromea constantemente.
Llega a advertirnos de que es hombre.





Otra forma de ver la Felicidad, es a través de la diversidad, porque diversidad es Amor.
Blancos, negros, judíos, gentiles, payos, gitanos, moros, cristianos, fenicios, griegos, indios, vaqueros...
Por ende, la Felicidad es un estado transitorio. Una conversación con un ser querido.
Descubrir lo que te agrada a ti, para no tener que agradar siempre, a los demás...
Un ten con ten. Y así, nace la Justicia: Singular y plural.