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Destino 5ta. parte.

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por rodrigotoro, 15 de Febrero de 2010. Respuestas: 2 | Visitas: 683

  1. rodrigotoro

    rodrigotoro Poeta adicto al portal

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    Danza con las notas.

    Eran las doce de la noche, y todo el mundo estaba ya enfrascado en la contundente compañía de Morfeo.
    Solo Alejandra permanecía despierta.
    No podía dormir. su mente, llena de mariposas y hadas, y las semillas de dientes de león que habitaban su alma, estaban en especial conjunción esa noche
    Se sentó al piano...
    Y de sus pálidas manos brotó una tenue melodía. Suave, aromática y delicada. Los sonidos, cuál serafines en ronda, se desperdigaron por el ambiente. Lentamente fue tomando forma “para Elisa”, de aquél señor de la composición apellidado Beethoven. Se imaginaba a ella misma, como si fuese posible devolver la arena caída del reloj, volcando todo ese imponente talento creador, ese verdadero éxtasis compositivo en el que los grandes de antaño se enfundaban, cuál crisálidas en capullo, derramando su alma en un piano de góticas patas y dando vida a aquéllos hermosos sonidos.
    La música era su vida, quizás lo único que estaba más allá de su amor por Vianney.
    Mozart, Vivaldi, Chopin…Incluso el sobrio Wagner. Ellos eran sus amigos y confidentes. Siempre recurría a sus brazos: Sin importar la hora que fuese ni la fecha en el calendario. Incluso en sueños se imaginaba su augusta y solemne compañía, en un salón de lámparas de cristal colgantes, de vestidos de gala, candelabros de oro macizo, archivoltas de mármol y piso de pulida madera y señores de sombrero de copa alta y refinados ademanes.
    Alejandra soñaba estando despierta; Y mientras lo estaba, soñaba. Y cuando hacia una y otra cosa, pensaba en Vianney.
    Vianney era más que una idea o un concepto, casi una institución dentro de su corazón: Era todo lo que ella deseaba y amaba en una persona. Eran la dulzura y timidez, la alegría de vivir, la semblanza del día a día con un rostro; La conjunción de la máxima belleza, y la medida de su pasión hecha mujer. Vianney era todo en su vida, todo y nada a la vez…y su lejanía le anulaba completamente: privándole de cualquier vestigio de serenidad y esperanza, donde hasta respirar se hacía monótono y mecánico, ineludiblemente desesperante.
    Alejandra siguió pernoctado en la compañía del señor Ludwig. Y en sus delgados dedos revivió el “claro de luna”. Aquélla notas, como una hilera de hormigas, desfilaban por sus tímpanos haciendo resonancia en su corazón.
    Era como si estuviese redactando un manuscrito, usando las notas ancestrales de los compositores, intentando heraldar ese amor loco y bello que experimentaba por la chica de sus sueños….
    En su mente había una decisión firme, y no claudicaría en sus posteriores consecuencias: Iría a ver a su casa a Vianney, al otro lado de la ciudad, y desarroparía toda esa inseguridad y dudas que le asaltaban haciéndola suya…
     
    #1
  2. Mew

    Mew Invitado

    Hay muchisisisisismas gracias de verdad me encanto mas por que mencionaste a LvB ahaha:::wub::: , Rodrigo te tengo una sorpresa igual espero sea de tu agrado.

    Lunas Verdes.
     
    #2
  3. ROSA

    ROSA Invitado

    #3

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