Destino inesperado

No sé porque decidimos ir de vacaciones a aquel lugar. A mí la zona me gustaba mucho, pero el hotel que encontramos me pareció un horror. Íbamos con nuestros hijos que aún eran pequeños, no sé cómo aparecimos en un barrio marginal de la ciudad, con casas que más parecían chabolas y basura desperdigada por las calles que a su vez, estaban cubiertas de polvo y podredumbre. Había gente por todos sitios. En sus callejuelas, oscuras y angostas, los bares sacaban sus mesas al aire libre en una suerte de terrazas cutres con veladores y sillas desvencijadas y manteles sucios. Se hacía tarde y aún no teníamos alojamiento, cerca vimos una casona no mucho mejor de lo que había alrededor, con un letrero grande y pretencioso que ponía “Hotel”. Como los niños estaban cansados decidimos pasar allí al menos la primera noche. La dueña era una mujer seca de carácter y desaliñada de aspecto, que nos ofreció la única habitación disponible. La estancia que sería nuestro cuarto era grande y destartalada, con cuatro camas mal colocadas y un baño antiguo y enorme con gran cantidad de trastos y de ropa tirada por todos lados. No podíamos creer lo que veíamos y no estábamos dispuestos a quedarnos allí ni un minuto más, cogimos a los niños y salimos al pasillo buscando la salida. Llegamos a la escalera y la sorpresa fue brutal. Había mucha gente esperando salir, el hueco era angosto y el suelo y los peldaños de tierra. A duras penas conseguimos bajar, pero lo que vimos al llegar a la calle no fue mucho mejor, todo era caótico, niños correteando sin rumbo, ancianos desdentados sentados a las puertas de sus casas, jóvenes deambulando en busca de quién sabe qué…Estábamos tan asustados que volvimos al hotel. Cuando llegamos nos dirigimos a la escalera que para nuestra sorpresa no era la misma por la que bajamos un rato antes, ésta era de madera, de esas que ponen los obreros en las fachadas para arreglar las averías de teléfono. Estaba bastante desvencijada, los peldaños no parecían muy seguros y había mucha gente subiendo y mucha gente esperando detrás de mí para hacerlo, estaba suspendida verticalmente en la pared, pegada a ella, yo intenté escalarla pero el miedo y el vértigo me paralizaron al octavo escalón y la ansiedad que me crecía en el estómago atenazaba mis músculos y me impedía moverlos. La gente empezó a protestar a mi espalda y a increparme groseramente. Yo temblaba de miedo sabiendo que qué no podría subirla pero que tampoco sería capaz de bajarla y nadie parecía querer ayudarme. En ese momento el ruido de una llave en la cerradura interrumpió mi sueño y ahogando un grito en la garganta, suspiré aliviada.

 

[FONT=&quot]Así son las pesadillas; con el pánico que las acompaña y esos cambios inesperados de lo que creíamos localizaciones.
[FONT=&quot]Je, je, je, me fui metiendo en el relato hasta que me dije “esto no puede ser, tiene que ser una pesadilla”… y lo acerté, j aja ja.
[FONT=&quot]Muy bueno el relato y la manera de narrar; ya no me sorprende viniendo de ti.
[FONT=&quot]Un abrazote Esther… con energía para el comienzo de semana.

 

Hola Alonso, pues si que fue una pesadilla, así, tal cual lo cuento fue, y pasé un miedo horrible, tal vez por eso decidí escribirlo, a ver si me servía de terapia. Un abrazo y gracias como siempre.

 

las pesadillas reflejan mucho nuestros miedos o aspectos que sufrimos, creo que este sueño estaría quizás pasando por alguna situación difícil que quizás nadie te podía ayudar solo tú, quizá luego de sacarlo te sentiste mejor. Hace poco soñé que estaba muerto, y veía cuan real era el mundo y como los muertos hacían cosas por cambiar la realidad, de verás me asusté pero quizás necesitaba perder algunos miedos como el de la muerte, ya que en ningún sueño había muerto como en este. Saludos

 

Hola Solista, la verdad es que los sueños son tan reales, parecen tan de verdad, que cuando el sueño es como el que tu sufriste o como el mio, se pasa fatal. Yo tuve la necesidad de escribirlo tal vez para perderle el miedo. Luego están los sueños bonitos, esos de los que no te quieres despertar. Gracias por tu comentario, me ha gustado lo que has dicho, un abrazo.

 

Hola Esther, querida amiga,
se presenta a te ti yb experto en pesadillas:
Las he tenido de todo tipo, desde ver fantasmas delante de mí
hasta soñar que me casaba jjjajajaj
Un beso, siempre me encanta leerte, ya lo sabes.

 

Jajaja, pues yo no me quedo atrás, eh? Y que son peores, los fantasmas en general, o el fantasma del " casorio" ?la verdad es que cuando el sueño es bonito te quedarías siempre en el, pero cuando son pesadillas se pasa fatal, por que son tan " reales"... Gracias por tener el detalle de leer lo que escribo, un abrazo.

 

Loco sueño nos has dejado querida Esther, no quisiera haber pasado por ese barrio, menos por ese hotel, de ultima ;¿no le preguntaste a esa señora desagradable cuando vale la noche? digo por si algún día la desgracia me tira por ese hotel.

 

Jajaha, espero que no acabes como yo en mi sueño, que miedo pasé, tu cuando veas un sitio tétrico y oscuro y con taaaaaan mala pinta, te quedas a dormir en el coche, aunque sea, vas a estar mucho mejor, jajaja, gracias por tu comentario, un abrazo.