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Deuda saldada

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Xoel Errante, 14 de Julio de 2014. Respuestas: 2 | Visitas: 485

  1. Xoel Errante

    Xoel Errante Poeta fiel al portal

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    Cuando miró lo que había hecho no lo creía,el panorama que estaba frente a él era desolador, mejor dicho aterrador...
    Siempre pasaba igual, cuando lo hacía. Nunca recordaba nada.

    Horas antes...

    Era viernes día de trabajar y al terminar, ir al viejo bar que se encontraba al final de la avenida, haciendo esquina con el parque.
    Solía ir todos los viernes al salir del trabajo. Su vida era monótona, de su departamento situado a dos calles al norte sobre la avenida principal del pueblo.a su trabajo y al salir regresaba a su casa vacia. Nunca hubo ahí niños ni mujer alguna. Él un tipo normal. usaba gafas, tenia arrugas en el rostro por el paso del tiempo, ajado por toda una vida solo, camisa y saco sin corbata, pantalón de gabardina café algo arrugado, con su inseparable puro traído de Cuba; forjado a mano, decía siempre al tabernero que conocía de memoria la historia del hombre. Aquellos días al lado del ché decía, había sido un revolucionario, hoy convertido en profesor en una escuela elemental.
    Pidió otra copa de vino.
    En ese momento se abrió la puerta del bar, dejando entrar a un viejo más o menos de su edad, con rostro adusto. Llamó su atención ya que por lo regular siempre eran los mismos parroquianos los que frecuentaban el lugar, los conocía a todos aunque rara vez cruzaban palabra a no ser que fuera un saludo cortés y el obligado ¡salud!.
    El extraño se sentó a su lado y fue ahí que lo reconoció, sí, era el mismo rostro, aunque ahora lo cubrían gruesas arrugas. Buscó la cicatriz que recordaba tendría arriba de la ceja, esa que el mismo le ocasionara aquel día; el recién llegado le miró de reojo, le ignoró y con gesto adusto pidió algo de beber. Bebió su trago de prisa dejando un billete sobre la barra y sin decir mas, salió.
    Decidió seguirlo, era muy extraño que ese sujeto se encontrara precisamente aquí en el último rincón del mundo donde él había decidido refugiarse.
    Al seguir al viejo, se dio cuenta que bajaba por la avenida principal hacia al norte, su viejo instinto despertó de inmediato, ahora sus sospechas crecían a ritmo acelerado, la sangre corría caliente por su cuerpo y sus músculos, aunque viejos y que nunca dejó de ejercitar, se tensaban, sus pupilas dilatadas. Un recuerdo fugaz pasó por su mente, de aquellos días en la montaña durante la revolución.
    Detrás de los arbustos que él mismo plantó y que le servían de pasatiempo, su jardín era su orgullo. y ese extraño ahora se encontraba pisando su césped y atisbando por su ventana. Vio como se introducía a su casa.
    Ahora estaba seguro que venía por él, la vieja deuda hoy sería saldada por fin,después de tantos años...
     
    #1
    Última modificación: 13 de Agosto de 2014
  2. MARIANNE

    MARIANNE MARIAN GONZALES - CORAZÓN DE LOBA

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    interesante prosa, dicen que el tiempo sabe cóbraselas, abrazos
     
    #2
  3. Xoel Errante

    Xoel Errante Poeta fiel al portal

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    gracias marian por tu visita...
     
    #3

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