Dia 36,...La barra de rimmel.

La citó con una nota, nueve y media en Pier Luchino su restaurante preferido, llévate el coche yo llego en taxi no cierres sola y déjame pedirte un favor, si te pones el traje negro no te pintes los ojos, ese es mi deseo de aniversario, te quiero mi amor.
Llegó tarde pero no mucho ella conocía la mesa, llevábamos siete años sentandonos en el mismo rincón, saludó a Piero con la mano mientras se quitaba el abrigo, a Graciela le pidió una coca light, mientras yo llegaba, manchada de ron, se sentó frente a la salida como de costumbre, le gustaba mirar quien entraba y quien salia, encima del platillo del pan vió un sobre con su nombre y un regalo, dejó escapar una sonrisa abriendolo, desdobló la cuartilla y empezó a borrarsele la risa mientras iba leyendo.
Ya nada te sorprende de mi, he dejado de ser admirado, me siento uno mas a tu lado, ya nunca te paras y te tomas un momento para verme caminar, ya no me despiertas por las noches para besarme como esclavo de tu amor que soy, porque temes que esté soñando con mi libertad y me enseñe el paso que no doy, ya no noto que tu cuerpo me llame cuando no estamos solo, ya no se lo que haces cuando cierras la puerta, cada dia que pasa sufro un poco mas sintiéndome incapaz de dejarte con la boca abierta, por eso por favor, abre mi regalo y Úsalo, es un pequeño espejo redondo y una barra de Rimmel, la número 5 de Chanel, ya que yo no puedo que lo haga el, todo el mundo sabe, que las mujeres al pintarse las pestañas con el rimmel lo hacen con la boca abierta.