Dia 40,...Almejas.

Paseo entre casas abrazadas que hoy resultan inconexas, van dibujando calles que parecen grietas, sus balcones presumidos se besan se tocan y se aprietan, ocultandome del mundo por encima de mi cabeza, engullido por la herida en una vereda incierta voy parando en la esquinas escuchando a las vecinas encerradas tras sus puertas. ¿Señora es aquí donde vivió Manuela?.- Si, mi madre aún la recuerda, espere, !Madre!, le grita desde lejos, ¿donde vivía Carmela? .- a la vera de la fuente, le contesta, .-¿Quien pregunta?, si está muerta. .- no es por ella madre, es por la niña, por Manuela..- ah...en la puerta se sentaba a peinarse su melena, tu abuelo nos regañaba si nos juntabamos con ella, pero luego la dejaba que se acercara al cenacho mientas tiraba del burro, almejas, voceaba, a perra chica el cuenco sin arena frescas, almejas...y Manuela se aupaba y con su manita pequeña rebuscaba entre las chirlas y sacaba tres o cuatro como si fueran perlas, y se bebía su caldillo y con la uñita le rasacaba la carne, asi saciaba su sed y también engañaba al hambre, ¿quien es ?¿quién pregunta por Manuela, .- es su hijo Madre y desea verla.- que pase y se quede a comer que hay fideos con almejas.