Dia 54,..A medias con limpio.

Antes, cuando la gente abandonaba los pueblos y dejaban atrás la tierra que los vió nacer, muerta matada por el hambre y la pobreza, al llegar a la capital, lo primero que hacían, con falta de duros y medios, era buscar el modo y el medio de encontrar un refugio para descansar, ajustarse en una posada agenciandose a medias con limpio una cama, dándole igual el compañero con tal de que estuviese limpio de sarna tiña u otro achaque contagioso el viajero, una cama compartida para empezar una vida con la nostalgia ya partida sin la parte del consuelo. Y hoy, en el siglo veintiuno con las cosas a medio hacer,tengo que reconocer que yo no tengo remedio y lo sé, justo ahora a medio camino en la edad de enmedio, medio en broma medio en serio, me doy cuenta que mi vida siempre anduvo sin remedio doblemente dividida por un denominador común, la dualidad, lo divisible por dos, y es que cuando te miro, muchacha de ojos tristes, me siento quebrado y partido, dividida en mi la razón, por un lado el alma y por otro el corazón y el corazón a su vez por la mitad partido, como los hemisferios por el ecuador, dividido en dos.
Soy un españolito medio de mediana edad, que por norma al mediar, tira por la calle de enmedio sin quererse complicar, no necesito de médium para adivinar, siempre huyo de los medios y de los focos mediáticos, por suerte medio escapo, paparazzis de barrio, chismosos de medio pelo que nunca van al Media Markt. Por eso, muchacha de ojos tristes, ya no me queda mas remedio que mejorar y medrar, porque los pocos medios que tenía, los he gastado en medianias, tras medias de seda, que te arrastran y te llevan por la senda de lo vano y la mediocridad, ya está bien de medias tintas, lo quiero todo o nada yo necesito sumar, si vienes, medio viva o medio muerta no es igual, traete tu mitad con vida o no te dejaré entrar, si no vienes por tus medios con sonrisas que aportar aunque esté la puerta medio abierta jamás te dejaré pasar, aqui, hasta el centro, en mitad del corazón, al alma, en medio de donde vivo, en este espacio físico en el que me desenvuelvo, donde habito y a veces por querencia cohabito, aquí en el atico lugar, entre locura y sosiego, a cuarenta pasos de la vida, en medio de la calma, a medio camino, a un palmo del cielo, en el valle, entre montañas y mar, como no traigas tu parte, muchacha de ojos tristes, no te dejo entrar. Que el negocio del amor si no es a medias no se puede montar, por mucho empeño que uno ponga si le falta la mitad siempre quedará incompleto a medio terminar. Si no, prefiero quedarme pidiendo medias raciones de chopito, calamares fritos y boquerones en vez de enteras, y bebiendome fresquito, ahora si, un vaso entero, la mitad con tinto y la otra mitad con casera. Aunque, si hay que jugar en la media, repartiendo juego, al primer toque, cortita y al pié, sin balones largos que ya sabemos lo que pasa, al principio el golpeo es fuerte dibujando una parábola perfecta despacito subiendo hasta el éxtasis, para luego irremediablemente precipitarse y caer, repito, si hay que jugar en corto, como un medio centro creativo tipo Iniesta, tipo Isco, muchacha de ojos tristes, yo juego un ratito, si hay que amar sin medida, sin red, como un trapecista en medio de la pista de un circo, no llames a Juan Imedio, ni te registres en eDarling, que también sé. Aunque tengo que reconocer, muchacha de ojos tristes, que sigo sin tener remedio, por eso este dia llega tarde, porque a veces, mis dias se enamoran de la noche, y duran dia y medio.