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Día XLII

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por abcd, 11 de Febrero de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 332

  1. abcd

    abcd Poeta adicto al portal

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    Si tuviera alas, no volaría porque desde esta altura ya puedo escupir y matar hormigas o seres de poca imaginación. Y si tuviese las alas más hermosas de entre todas las alas de patos, patitos feos, gansos tiernos, gansos torpes, no me importaría planear sobre lagos, sobre ideas vacías, si yo puedo golpear con mis cinco dedos de la mano derecha cada vez que la indiferencia me castiga con un perdón alejado del dolor. Si yo tuviese alas no huiría a una nube, ni a la montaña más fría, no yo ya tengo la suerte de poder hacer pis sin que me duela. Pero eso si, si yo pudiera volar, intentaría descender a las profundidades menos elocuentes, nadar por un alma vacía con alas debe provocar que los intestinos se muevan; que rico sería desarmar por dentro el sistema de ese ser que todo lo puede con la mente.

    Y yo no la deseo para hacer el amor con ella, yo la deseo para dormir a su lado y despertar adentro suyo, como un viaje en trance, como la sonrisa invertida, unida por las manos, por los pies.

    Que suerte tengo de dormir cada noche en mi cama, soy el único astronauta que posee todas las estrellas dormido. Y tengo suerte, porque la siesta la duermo en el mismo sitio, con la misma soledad. Cada tanto cambio las sábanas, pero mi apología no es hacia la limpieza. Y cada vez que me trepo a un sueño dejo caer una pluma y al despertar, la pluma nunca está. Qué suerte tengo, si, que suerte de poder escribir casi todo lo que pasa por mi cabeza, a veces siento que siento por los cabellos y hasta el viento me es grato y hasta el viento me vuelve un garabato si estoy triste y no quiero ser tocado por nada ni nadie.

    Tengo suerte de ser mi propio colegio budista, aprendo lo que quiero y suelto lo que quiero soltar, otros se sacan fotos, yo soy un pasado que se repite una y otra vez. Debo tener un par de letras pegadas en el rostro, y que suerte que sean tan pocos los que saben leer sin leer. En la ventana suelo dejar los ojos, como sirenas de ambulancia suenan si una mujer se lastima en mis cortinas; Al final, huelo a ajo y camino siempre descalzo, la idea tonta de las alas no me interesa para nada y uso mi insensibilidad contra los animales y las plantas, pidiendo en realidad un poco de pan. Que suerte que cada vez que pienso en volar, el cielo llueve, o nieva, o ella se acuesta con alguien. Y es todo lo mismo, y da todo lo mismo.
     
    #1

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