1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Día XLIII

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por abcd, 12 de Febrero de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 303

  1. abcd

    abcd Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    22 de Septiembre de 2011
    Mensajes:
    1.340
    Me gusta recibidos:
    608
    Esperaba una puerta, dos libros y una llave para encerrarme ahí cuando se acabase el sufrimiento. Esperaba un puñal y una bala, un arranque del pecho por la ventana, un desprendimiento de pastillas, de cemento en la sien. No se, algo esperaba, algo distinto, irrisorio, doloroso. Tú y los huecos piensan que vivir es vivir por una verdad, y en consecuencia, por demagogia solo pueden amar lo que es frío. Como su fuego, como su luz apagada, y el agua, el agua que nunca es luz si no viene de los ojos. Quizás tú no lo entiendas, pero esperaba que al acabar el cuento el simio se convirtiese en humano y no esto de seguir con la capa de un niño que siempre esperara aprender a volar mientras tú juegas a la guerra con soldaditos de carne y vanidad, con soldaditos llenos, muy llenos de realidad.

    Todo eso que puede morir va a morir, eso lo supe desde que no pude morir. Sucede lo mismo con el olvido, sucede también con el recuerdo. Enterrar memorias, versos bajo el colchón no cambiará la aritmética más simple, uno nunca puede sumar si va a restar, si va a cambiar, si va a abandonar un supuesto ideal. Allá, arriba, ahí en la consciencia debemos ser perpetuos, como un pino nevado que sonríe al esqueleto con abrigo, total, luego viene la nada y don nada es débil, siempre está tambaleante soltando sombras a la superficie como si el sol lo necesitase, como si la luna fuese su amiga vieja que todo le perdona, que todo le vuelve a ofrecer.

    Resulta terrible sobreexistir sepultado en palabras oscuras, en tierra oscura, en aire de nadie, con la gravedad en el bolsillo, con el polvo en las manos. Siempre dispuesto a ensuciar un sueño, una utopía de imposibles soledades que se abrazan y son un solo ser, deforme, indiferente. Resulta agotador resistir el ritmo de un corazón que late lento y apurado, que sostiene el cielo en cada punzada que otros llaman exhalar, inhalar. Es un disparate esto de acumular existencia y compromisos con uno mismo. Es un disparate y es un escaparate.

    Lo que temías ser se vuelve tu alma, uno aprende de cada caída y guarda esas lecciones a veces en las manos, a veces en las rodillas. Uno sabe que tocar y querer daña, que armar y pegar daña, que no esperar y esperar daña. Uno lo sabe todo, pero en lo abrupto, cuando el camino esta imposible de transitar es que aplicamos el dolor como motor y rompemos cualquier enigma. ¡Qué placebo! Qué poderosos podemos llegar a ser. Y aveces es todo de mentira, y es que a veces no existe esa única verdad. El centro de la vida es siempre volver a empezar.
     
    #1

Comparte esta página