Diafanidad

Por un segundo parpadeó mi mundo todo, fue un instante insoluble, como un rayo de diafanidad que se lanzó sobre mi, un imponente baño de luz que licuó ese desvanecido valle de las confusiones.
Tal vez fue un desgarro del alma, que deliberó la llegada de un nuevo segundo.
Las alegrías duran escasos momentos, las tristezas despejan mis dudas.
El resplandor acaricia mi aura. Conecta mis polos, adoctrina mis ansias, dogmatiza mis pensamientos.
Millones de imágenes, frenesís, iracundia divina, intolerancias, paradigmas.
Me vuelvo en un segundo, pasional, insolvente y potable.
Contradicciones elocuentes.
Milita en mí la confusión, de este pseudo instante.
No alcanzo a comprender, a discernir mis esencias absolutas, mis excentricidades.
Vuelo preso del absurdo, solo por un instante, solo por un momento.
Me quedo sin habla, sin reacción, limitado, casi atormentado.
No se entender, si esta bien, o si esta mal.
No logro distinguir si existirá un lugar después de este instante.
Cortocircuito, infrecuencia, anomalía.
Psiquismo, percepción, motivación emocional.
Raro tiempo, transliteralismo minimal.
Variopinto omnipresente, que representa mi crucial gesticulación inmóvil.
Agresión mental, melodía ingrata de mis retinas.
Ese maldito rayo, se llevo de mí, un pequeño instante, lleno de sensaciones, que de seguro, quedará plasmado en la nada.
Ha sustraído, un espacio de mi tiempo.
Ha inarticulado la precuela de mis muecas.
Tal vez por eso, me resista a las fotografías.