"Diario de un mentiroso" Día II, III y IV

[FONT=&quot]II
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[FONT=&quot]Vivir muriendo. Que hermosa conclusión, que sencilla y que compleja para nosotros.
[FONT=&quot]Enfréntate a un filólogo, mira fijamente sus ojos quemados de tanto leer basuras ajenas y dile que sabes de una acción que conlleva implícita su contraria. "¡Eso es imposible!"
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[FONT=&quot]¡Maravillosa irracionalidad animal que nos hace más cercanos de la tierra, de la basura y de la bendita polución!
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[FONT=&quot]Es el día segundo de este mi diario, que carga con su propia línea temporal
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[FONT=&quot]III

Todas las noches, con los últimos rayos del sol, me encaro a Espejo. Le hago muecas. Él me las responde. Le escupo. El me escupe. Le golpeo. Él me golpea. Es mi compañero y mi guía, pero ya apesta demasiado a podredumbre y hace meses que no paga su parte del alquiler.
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[FONT=&quot]IV
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[FONT=&quot]Abandoné a Poesía como quién abandona a su único amor. En el altar. Me daba miedo su poder, sus imágenes. Eran más vivas que yo. Cuando me iba a dormir, siempre me acechaban tras mi cama, y hacían montañas al lado de mi sueño, perturbándolo. ¡Fuera, fuera! Ahora estoy de noviazgo con Prosa, no nos va mal. Las discusiones siguen presentes, y de vez en cuando se me irritan los ojos, pero no hay queja. Fluye con más fluidez y funciona mejor en el sexo.