Dias de lluvia

Cae la lluvia y yo salto el charco pisando cada gota como si fueran rocas. Me subo a ellas y me sumerjo en su viaje, bebo cada una y las llevo conmigo. Las escucho, las atiendo, cada una tiene algo que contarme, me hablan de penas y alegrías, tienen cosas tan dispares entre si que parecen ser dos seres completamente distintos, de diferentes especies, pero cuando pruebas su sabor te das cuenta que derribando las barreras de sus sentimientos, todas provienen del mismo mar de sal.

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Mientras viajaba con este día lluvioso me quede sorprendido como hacia tiempo no lo hacia, y con algo tan simple como ver dos gotas en el cristal. Esas dos gotas subían y bajaban dando vueltas una muy cerca de la otra, como acariciándose, hasta que se unían en una sola por un instante y se volvían a separar... Danzaban, por dios que para mi eso es lo que hacían, y se volvían a juntar como haciendo el amor. Y comencé a pensar en que tal vez todos somos medias gotas y tenemos que dar vueltas y vueltas danzando hasta encontrar nuestra otra mitad para ser una sola... El vehiculo se detuvo y las gotas cayeron, resbalando por el delgado cristal, una al lado de la otra dejando una estela de brillante luz detrás…

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Vi las gotas estrellarse en el parabrisas a toda velocidad, las vi morir delante mío como libélulas de agua que cayeron al desprendérseles las alas, y comenzaron frenéticamente a trepar el vidrio, como almas desesperadas por llegar al cielo, como almas deseosas de volar otra vez.

 

Tres prosas de gotas de lluvia, las tres tienen algo de ti que las ves morir delante de tus ojos, muy sentida tu prosa.Un abrazo

 

Mucha imaginación enmarcada en esta prosa. El surrealismo en toda la extensión. Muy original. Saludos.


Nota: La ausencia de algunos acentos rompen la armonía de tu trabajo. Debes cuidar esos detalles.

 

Muchas gracias a ambos, la lluvia me resulta muy inspiradora, o por lo menos llega a inquietar mis sentidos.

Un abrazo