Dibujo técnico.

He aprendido mucho,
últimamente.
Por eso, ya, no lucho.
Sino que escucho, ávidamente.


Me impregno de la energía circundante.


Aprehendo la frecuencia y vibración,
del caminante.
Discierno qué es lo conveniente.
Y es fascinante, lo más prudente.


Congruente con los estoicos espartanos.


Que no estaban mano sobre mano,
sino que a las órdenes de Leónidas,
combatían a los persas.
Yo prefiero tener el cutis terso, no obstante.


Y me empleo a fondo, tocando el piano.


Pues fui denominado por un árbol,
mientras lo tocaba, con mi mano diestra,
y por adentro de mi mente: Rocinante.
No son palabras interiores, sino imágenes muy vivas.


Y me da igual, si el Coronel,


aún no tiene quién le escriba.
Yo me preparo, en un querido diario,
peculiares epístolas y misivas.
Si no me amo yo, ni me respeto,


¿ Quién lo hará por mí ?


¿ Olivo, ciprés, palma datilera ?
¿ Cactus, naranjo o limonero ?
¿ Berenjena, pimiento del padrón ?
Yo mismo, con mi mecanismo...


Compás, lápiz, sacapuntas, papel,


escuadra y cartabón.

 

Bueno , bien.
Me gustó.
Igual intento dibujar.
Felices fiestas Nommo.

 

¿ Bueno, bien ? Entonces, no me vas a disparar.
Me alegro, Adolf.
¿ Cómo te va en los campos de concentración ?