Dios de apuestas.

Dios se ha mudado, ahora vive en el pueblo, aquí, en Loeches. Más concretamente en la calle La ragula nº20, Bajo C. Si, así es, ahora es mi vecino. Hizo toda la mudanza en un solo día. Tiro las cajas por la ventana, desde su glorioso trono, y cayeron justo enfrente de mi ventana. Ninguna caja se rompió. Después bajo en compañía de unos ángeles con cara de mala hostia que cogían las cajas de dos en dos. Había más de diez cajas. No me dio tiempo a contarlas todas. Me sorprendió bastante ver a Dios justo en frente de mi casa. No me lo imaginaba así, joven, con una túnica blanca adornada con chapas de grupos de rock internacional. Llevaba el pelo largo y una barba gruesa, su piel era joven y brillante. La primera vez que hable con él, le pregunte qué clase de crema usaba. Me dijo que las cremas no le habían dado ese aspecto tan juvenil, que lo había conseguido pactando con el diablo. Me invito a ir con él a tomar unas cervezas. Acepte.
Las noches siguientes que pasaron fueron un infierno. Dios era un juerguista. Hacia fiestas en su casa hasta altas horas de la madrugada. A sus fiestas iban todo tipo de celebridades. Britney Spears, Marilyn Monroe, Michael Jackson, JesuCristo, Bill Gates, Placido Domingo, Jessica Alba, Marilyn Manson, presidentes de todo el mundo y gente que desconocía de otras épocas, desde filósofos hasta emperadores. Jesucristo multiplicaba los cubatas, las rayas, las mujeres y el espacio del piso, haciéndolo una mansión. El sonido de orgias era estremecedor. Gritos desenfrenados pidiendo más y más. Algunos vecinos llamaron a la policía, pero estaban comprados. Yo decidí ir directamente a la casa de Dios a pedirles respetuosamente que bajaran el volumen de la fiesta. Metálica tocaba uno de sus temas desde el salón de Dios. Dios abrió la puerta, llevaba unas gafas de sol. Me hizo entrar a su casa y disfrutar de la fiesta. No recuerdo nada más.
Desperté dos días después, Dios llamaba al timbre. Necesitaba un poco de sal. Me recordó nuestra cita para ir a tomar cervezas. A las ocho de la tarde me presente en un bar en el centro de Madrid, tal y como habíamos quedado. En una mesa al fondo se encontraba Satanas, Hitler, Dios y un tipo calvo con tatuajes en el cuello y los brazos al que no conocía.
Comenzaron a hablar de la próxima guerra mundial. Dios me pregunto por quien apostaría como país ganador. Hitler estaba convencido de que esta vez ganaría Alemania. Satanas se reía aceptando la apuesta. Dios le guiño un ojo al diablo y sonrió. El diablo hizo sus apuestas por Irán, Dios no se decidía entre China o Estados Unidos.
Apostaban poder y dominio de planetas. Hitler solo tenía fama, algunos seguidores, inversiones en armamento, inversiones y bonos del infierno por valor de varios países centro europeos. Dios aposto el control total de la tierra. Satán aposto por desalojar la tierra y ceder todos sus dominios terrenales e infernales al ganador. El tipo calvo se mantenía en silencio todo el rato.
-¿Quién es él?- Pregunte.
-¡Es el notario Charlie!- Dios no sabía mi nombre, cada vez me llamaba de una forma distinta…
Hicieron un contrato que sellaron con sangre de la camarera virgen a la que acababan de asesinar cuando les dio la cuenta.
Yo aposte por Estados Unidos ya que Dios se decanto por china. Ofrecí mi alma como apuesta. El diablo y Hitler se quejaron, les parecía poco y no querían aceptar. Dios les calmo con su naturalidad y simpatía:
-Vamos, vamos chicos, no os pongáis así, venga… Si pierde, aparte de su alma, cedo tres legiones de ángeles ¿Ok?
El Diablo y Hitler aceptaron resentidos por el apoyo de Dios a un simple mortal.
Con los años, la tercera guerra mundial empezó y Dios volvió a las regiones celestiales, a su santo trono en los cielos.
Al parecer solo vino a la tierra por asuntos de negocio. El Diablo gano la apuesta por tercera vez.

 

JAJAJAJA ALLÍ SOLO FALTABA YO OJÚ MI ARMA QUE FIESTÓN,NO ESTUBO MAL ESTA PROSA.UN ABRAZOTE
PARTICIPA
http://www.mundopoesia.com/foros/ga...s/262778-bases-y-fases-concurso-de-prosa.html

 

Me ha gustado la historia. Buena xss-Cristian.