Dolores... Sin fin

En este desierto, la reina se confunde de oficio, pide limosna y se oculta debajo la cama al oir un trueno.
La sensacion de tener los ojos de sus subditos apuñalandola es desorientante, bebe orin de bebe y cobra fuerzas animales, entonces, obtiene sin mucho sacrificio el espejo sagrado, no deja de beber orin de bebe, ebria de soledad, intenta recordar el nombre de todos.
Todos estos años han sido de noche en sus ojos de caribe ardiendo, alguna vez un dulce tirano le dira cosas bonitas y sin derramar una gota de sangre la destronara.
Demasiada oscuridad, y , dolores, la reina, estupida y frigida, se envuelve en el pensamiento de una infancia montada sobre un caballo, todo esto es nada, piensa, el brazo que la arrastraba a lo mas fondo a perdido fuerzas, no hay remedio.
Dolores, exsahusta, recorre su reino de funeral alegre, saluda a los que mas quiere, maldice a los que mas quiere, pierde gestos, nadie nota su presencia de mendiga, su cerebro entonces la viola en todos los sentidos, pero su mano tien un solo proposito y no lo olvida.
Tantas veces se dice que no, piensa, antes de cerrar los ojos.
Alguien me ama piensa, pero ya es tarde, todo es rojo.