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¿Dónde está mi mente?

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por herrisai, 31 de Enero de 2012. Respuestas: 1 | Visitas: 895

  1. herrisai

    herrisai Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    24 de Enero de 2012
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    ¿Dónde está mi mente, mi memoria y mi aliento? Lo busco entre las sábanas de la noche anterior y entre el sol de mediodía. Es tarde y aún sigo acostado, pensando en la futilidad de mis camisas viejas y el olor a cigarro que tienen mis dedos.

    ¿Dónde está mi mente, a un lado de ti, sobre tus ojos, sobre tu respiración?
    Me levanto cansado, como cada noche después de dormir poco y mal, después de luchar otro día contra el tiempo y la muerte, contra las contrariedades y contra el hambre.

    Tú te levantas, en otro día parecido al mío y en el cual nos encontramos viviendo casi al mismo tiempo. Algunas o muchas cosas te importan y las fumas dentro de tu cigarro y combinado con el toque matutino, brillando en tu mirada triste y meditabunda. Estamos extraviados en el mundo y luchamos por encontrar un buen camino, un mejor destino y una mejor forma de sobrellevar el dolor y el cansancio de estar caminando en círculos. A veces los cigarros no son suficientes, a veces quisiera darte el saber adecuado para que no sufras como yo sufro, a veces me duele el alma por no saber qué decir, ni qué hacer, a veces...

    El agua recorre tu cuerpo mientras te bañas pensando en el ayer y en el pasado y en el futuro y en las horas que faltan para salir de nuevo de la casa. Mientras yo como algo para no morir de hambre y no dejarme nockear por la existencia, pienso en la manera más adecuada para no trabajar y tener dinero; no hay maneras fáciles para lograrlo y decido pensar en algo distinto y te recuerdo sentada en un sofá, riendo y sabiendo que todo está bien.

    Sales a la calle fumando un cigarro y esparciendo tu cabello entre el cielo y la tierra. Nada te hace falta, sólo un poco de sabor a la vida y un método adecuado para ignorar las adversidades hasta el fondo del dolor. Saludas a los amigos y esperas el turno perfecto para sonreír y sentirte bien. Lo logras y yo me siento bien mientras observo por la ventana a las hojas caer de los árboles y sembrar el suelo de nuevos colores y una vida extinta pero naciente, una yuxtaposición bella que no cae en lo grotesco ni en lo innecesario. Prendo un cigarro e inhalo el vaho amargo de las exhalaciones futuras y del pasado latente y eterno.

    ¿Dónde está mi mente, mi amor y el calor de mis dedos? Tal vez en tus manos y en tu mirada, empujando a la gente que te molesta y que te abruma. Tal vez acariciando tu cabello cuando las cosas no son lo mejor posibles.
    ¿Dónde está mi alma y mi cordura?, bajo el sol vespertino y esperando bajo las miradas a que pases junto a ellas, junto a mí y podamos verte una vez más y saber que todo va bien, que todo está mejor y que podemos morir tranquilos en medio de esta enorme e infinita guerra.

    Te miras al espejo mientras mi mente te mira desde el espejo, te sonríes y te sonrío. Te acomodas el cabello que entra a tus ojos y continúas tu camino mientras mis anhelos observan cómo te vas y dejas la presencia que siempre es calmante en medio del vacío.

    Me siento a esperarte, recordarte siempre de forma calma y transparente. Los soles pasan, las lunas menguan, los vientos agitan las horas y el mar revienta el calor de un mundo que llamea y muere mientras nosotros luchamos por sobrevivir. Me reclino aún más en la silla y te recuerdo tomando té, sonriendo mientras observo tu mirada triste. La mía también la es y nadie me lo ha dicho, pero no hace falta porque cada vez que me miro al espejo es la bienvenida clásica que mis ojos pueden darme.

    Tomas cerveza y el calor desaparece, el tiempo pasa, los amigos pasan y algunos se quedan para siempre. Te despides y caminas bajo una noche fría y silenciosa, sacas un cigarro y lo enciendes y alumbras de nuevo al sol y me despiertas de mi sueño noctámbulo y me doy cuenta de que el día a pasado y que las hojas siguen cayendo una a una y que el cielo es negro y la luna brilla en la consciencia del espacio vacío y apartado.

    Camino por el cuarto y tú entras al tuyo, enciendes la luz y se enciende mi memoria. Me recargo en la pared y observo el techo y las paredes que me rodean y me dan protección en una vida sumamente hostil. Te recuestas en la cama y cierras los ojos, me siento sobre la cama y acaricio tu recuerdo. ¿Dónde está mi memoria, mi cariño y mi pensamiento? Está a tu lado, en esta noche que huele a hierba quemándose en el aire etéreo, que huele a tu cabello, a tus manos y al hecho real de que siempre estoy contigo, en este mundo que gira en sentido contrario a nuestros sueños e ilusiones.
     
    #1
  2. si lo ves de otra forma este escrito no es melancolico, es alegre, pues no estas solo
     
    #2
    Última modificación por un moderador: 1 de Febrero de 2012

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