Dormir es un placer

Recièn acabo de despertar.He abierto los ojos a la vida,he vuelto a nacer.Por la ventana,se filtran las primeras lìneas de la noche.
Prendo el velador,me miro al espejo,tengo el pelo revuelto y mi expresiòn denota aburrimiento.
Consulto la hora:es tarde.He dormido mucho,la siesta prevista ha superado todas mis expectativas.Intento recordar las imàgenes que el inconsciente ha transformado en sueños,pero por màs esfuerzo que haga,no recuerdo nada.
Dormir...Cerrar los ojos y volar hasta la nube màs alta,caminar entre algodones,pasear de una nube a otra y despertar entera,con el cuerpo relajado y sin melodìas de canciones que han logrado relajar mi mente,cerrar mis ojos y echarme a volar.
Dormir,de una manera libre,sin importarme lo que sucede afuera,sin que el sueño estè condicionado por la alarma de un reloj,que marcarà el fin de un sueño celestial y el comienzo de una obligaciòn.
Observo mi almohada,testigo de un sueño atrasado,intacta por el hecho de haber apoyado la cabeza en ella.
Observo mi vestuario,tan libre y de entre casa.
Sonrio por haber dado fin a mis quejas acerca de no haber podido dormir en su momento como hubiera querido.
Me siento mejor,menos cansada y màs animada.
¡Què bello es dormir!.¡Què placer divino!.¡Què condiciòn màs humana!.
Dormir,soñar...Y saber que los sueños,sueños son.