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Dos Muertes de Vidas Amigas

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por FEVZ, 30 de Mayo de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 1262

  1. FEVZ

    FEVZ Poeta recién llegado

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    4 de Abril de 2009
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    Son las cuatro en punto de la mañana.
    El Capitán Castro, solo en su casa, no puede dormir pensando en la muerte del Sr. Emiliano Dennegri: Un hombre muy poderoso, abogado de profesión, destacado y muy bien recomendado en una época, defendía a mucha gente importante; pero ahora, ya anciano, se desempeñaba como docente en una escuela de derecho afuera de la ciudad. Castro era muy amigo de Dennegri. Le tenía mucha estima. Lo consideraba parte de su familia. Ahora él esta cerca de Dennegri como antes, pero sólo para resolver su caso, su muerte tan inexplicable, que no le encuentra principio ni fin.
    -No se qué hacer. –Susurró Castro-. Tenía los ojos llorosos y todavía mucho sueño. Estuvo pensando toda la noche. Buscando una explicación:
    -No puedo quedarme así. Tengo que averiguar quién fue la mierda. -Se decía Castro muy ofuscado-. Lograré meterlo a la cárcel y que se pudra en ella. Lo Juro.
    Castro no se iba a quedar de brazos cruzados. Ya se había propuesto llegar hasta el fondo de ese crimen.

    Al día siguiente, con la mente despejada de tanta tensión, empezó con las averiguaciones del Caso Dennegri. Cogió sus papeles, portafolios que necesitase, los llevó al auto y salió rápidamente al lugar de los hechos. Estaba de civil. En el camino iba analizando uno a uno sus antecedentes, a dónde había viajado, con quién o quiénes en realidad: A Dennegri no le gustaba andar solo. Prefería contar con una persona de su máxima confianza, que lo aconsejase en las decisiones a tomar, pero en realidad, alguien que esté a su lado para que no sintiera la pena de la soledad. Pensando en ello, Castro llegó al lugar. Estacionó su auto muy cerca de la casa. Se encontraba pasivo. Bajó de su camioneta muy despacio, dudoso, como si ya casi había encontrado el culpable pero no confirmado. Un individuo se le acercó a Castro:
    -Disculpe, no puede estar aquí señor. –le dijo con voz exaltada, ya que las personas comunes y corrientes no pueden ingresar al sitio destinado para las investigaciones de un crimen.
    -Perdón, soy el Capitán Ramiro Castro. –Le dijo mostrando al instante su identificación.
    -Discúlpeme Capitán. –sorprendido le dijo el señor.- Soy el Fiscal Héctor De las Casas. Llegué hace treinta minutos. El Mayor Treyes está evaluando el crimen y desarrollando el parte para el levantamiento del cuerpo.
    -¿Qué? ¿Ya llegó el Mayor? –Preguntó sorprendido Castro.
    -Si. Cuando yo llegué, él ya estaba cumpliendo con su labor. Ahora se encuentra resolviendo el documento. –Respondió De las Casas.
    -Muchas gracias –exclamó Castro-. Ahora tengo que apurarme para llegar rápido y que no se de cuenta de mi tardanza mi Mayor. –Mentía Castro, él no fue designado para ese Caso. Sabía quién era el culpable. Él era muy amigo de Dennegri. Sabía que la policía se iba a demorar demasiado y dar como nombres lo que Castro ya sabía.
    Se despidió Castro y al instante emprendió la carrera para llegar a su labor.
    El Capitán Castro le tenía mucho respeto al Mayor Treyes y nunca había cometido una falta frente a él. No quería cometer ninguna falta. Era muy disciplinado, ordenado, cumplía sus labores de manera excelente, sin falla alguna.
    -¡Capitán Castro! –gritó Treyes sorprendido-. ¿Qué hace usted acá? Si no me equivoco, usted no ha sigo seleccionado para este caso.
    -Lo sé mi Mayor. –respondió[FONT=Verdana] el Capitán.
    [FONT=Verdana]-¿Entonces qué hace acá? –volvió a interrogar Treyes, no descuidando su labor al que estaba destinado.
    [FONT=Verdana]-Mi Mayor. –Susurró Castro, bajando la cabeza-. Usted sabe muy bien que yo tenía una amistad muy cercana con el Dr. Dennegri. Lo estimaba. Cuando me enteré de su muerte pensé que sería mejor ayudar a resolver el Caso. Hubiese preferido que me designen a resolverlo. Nunca lo hicieron. Hoy creo que sé quién es el culpable. –Explicó Castro, mirando fijamente a los ojos de Treyes.
    [FONT=Verdana]Cada minuto que pasaba era muy importante para Castro, sabía que podía resolver el Caso. Tenía sospechosos y creía, al asesino también tener. Necesitaba ayuda. La necesitaba de verdad. Pensó en Treyes, él le sería de mucha utilidad, tenía más rango, importancia, experiencia. Decidió pedirle su ayuda:
    [FONT=Verdana]-Mi Mayor, quería hacerle una última pregunta. –Dijo Castro.
    [FONT=Verdana]-¿Cuál es esa interrogante Capitán? –preguntó sorprendido Treyes.
    [FONT=Verdana]-He estado pensando esto muchas veces. Yo necesito encontrar al asesino. Sé que lo lograré pero necesito su ayuda. Usted sabe que la policía se demora ante estos casos y yo creo saber quién es. Por favor Mayor esto no se piensa mucho. Entonces, ¿cuento con su ayuda? –interrogó Castro a Treyes.
    [FONT=Verdana]-Capitán, no pensé que me pediría ayuda. –Dijo Treyes muy sorprendido- Por ser usted amigo íntimo del Dr. Dennegri, sé como se siente en este momento, estará pensando muchas cosas ahora. Lo ayudaré. Pero le pido discreción. Si se llegaran a enterar mis superiores, me darán de baja. Ellos me asignaron este caso y usted se está involucrando con mi apañamiento. Sólo le pido discreción y lo ayudaré. –Dijo Treyes en voz baja-. El Mayor había perdido a un familiar suyo también, sabía qu[FONT=Verdana]é se sentía cuando esa persona que tanto quieres ya no est[FONT=Verdana]á[FONT=Verdana] a tu lado. Perdió a su padre. Él estaba de viaje fuera del país por razones de trabajo, cuando regresó encontró a mucha gente fuera de su casa y adentro de ella también: Su padre había muerto. Lo habían asesinado. No sabía quién había sido el culpable. Nunca lo supo. Cuando Castro le pidió su ayuda, él estuvo pensando en lo que también le había ocurrido. Nunca dudó en ayudarlo. Sabía lo que se sentía en esos momentos.[FONT=Verdana]
    [FONT=Verdana]Lo sabía muy bien.
    [FONT=Verdana]
    [FONT=Verdana]Todo se había acordado muy bien. El Capitán Castro había citado al Agente Watts: Un detective que sabía cumplir su labor de manera excelente. Trabaja también para la policía de la nación, pero esta vez se encontraba desligado a ella. Era amigo de Castro. Se ayudaban mutuamente en los casos complementándose sin falla alguna.
    [FONT=Verdana]-¡Ola Ramiro! –Le dijo Watts-. Ya se encontraba en la puerta de la casa de Castro.
    [FONT=Verdana]-¡Cómo estás, amigo! –contestó Castro, que se encontraba en su sala revisando algunos papeles de Dennegri.
    [FONT=Verdana]-Dime. Como empezamos. –Dijo el detective-. El Capitán Castro ya había acordado todo con Watts por una llamada telefónica. Bastaba sólo que el detective vea algunos papeles que necesitaba para que comience con las investigaciones.
    [FONT=Verdana]-Todo es como lo hablamos. Amigo, creo saber quién es el culpable. Creo saber quién fue la mierda que mató a Emiliano. –respondió ofuscado Ramiro.
    [FONT=Verdana]-¿Qué? ¿De verdad sabes quién es el que lo mató? –pregunto Watts, se notaba un poco nervioso, inquieto, como si algo le ocurriera.
    [FONT=Verdana]-Creo que si. –Respondió medio dudoso Castro-. Frank Robinsonn es el canalla que lo mató.
    [FONT=Verdana]-¿Quién? ¿El Gringo? –Sorprendido contestó Watts.
    [FONT=Verdana]Robinsonn era muy amigo de Dennegri. Vivían juntos. Emiliano al saber que no tenía familia, le brindó su casa para que viviera con él y no se sintiera solo. Robinsonn a veces paraba un poco disgustado. Muchas veces también, hablaba mal detrás de Dennegri. Le tenía celos. Quería su fortuna. No sabía cómo quitársela. Y por eso Castro pensaba que él era el asesino.
    [FONT=Verdana]-¡Ese hijo de puta lo ha matado! ¡Estoy totalmente seguro! –dijo Ramiro, en ese momento mostraba un rostro de seguridad, ofuscado, nervioso. Ahora si estaba seguro que “el gringo” había sido el causante de la muerte de Emiliano Dennegri.
    [FONT=Verdana]
    [FONT=Verdana]Watts y Castro no perdieron ni un minuto más. Se dirigieron de prisa a la casa de Dennegri. Recogieron cualquier tipo de evidencia, huellas digitales, pistas que lo condujeran al asesino de Emiliano. No había muchas cosas. Pareciera como si ya alguien hubiese ido al lugar a recoger las evidencias que dejaron tras matar al abogado. Alguien ya estaba primero que ellos. Borrando cualquier pista, cualquier ayuda que conduciría a los investigadores del caso al verdadero asesino.
    [FONT=Verdana]En la noche, Castro y Watts se encontraban analizando las evidencias que recogieron:
    [FONT=Verdana]-¡Mierda! –Exclamó el detective-. No coincide. Revisando con los archivos del gringo, comparé y ésta no es su huella digital. Pero yo también pienso que él pueda ser. No tenemos más sospechosos. Él tiene que ser.
    [FONT=Verdana]-¿Qué? –Dijo sorprendido Castro-. Tiene que haber algún error. Él fue quien mató a Emiliano. Estoy seguro. De repente te habrás confundido al momento de comparar. No Puede ser. Él ha sido el hijo de puta.
    [FONT=Verdana]-Ten paciencia Ramiro. –Dijo Watts-. Las Huellas no coinciden. Lo he comprobado más de cien veces y no tienen similitud con la del gringo. Tranquilo amigo. Encontraremos al asesino que es Robinsonn. Te lo aseguro. Él fue quien mató al Dr. Dennegri.
    [FONT=Verdana]El detective Watts siempre era firme en sus decisiones. No tenía pelos en la lengua, pero se notaba un poco dudoso, nervioso al resolver el Caso Dennegri. Castro se encontraba exaltado. No era la persona quien pensaba. No era el gringo Robinsonn. Estaba pensando. Buscando alguna solución para llegar al que mató a Dennegri: Sólo una pista, decía.
    [FONT=Verdana]-¡Espera! –Dijo impacientado Ramiro-. ¿Y si el gringo contrató a un sicario para que matara a Emiliano en vez que él?
    [FONT=Verdana]-Yo también estaba pensando en eso. –Respondió Watts-. Observando bien las huellas tomadas y comparando con los archivos que tenemos, éstas huellas digitales pertenecen a Ignacio Quispe Silca: Un joven de veinticinco años de edad, que mide un metro con setenta y tres centímetros…
    [FONT=Verdana]-¡Espera! ¡Espera! ¿Cómo dices que se llamaba? –Preguntó Ramiro.
    [FONT=Verdana]-Ignacio Quispe Silca. –Respondió Watts.
    [FONT=Verdana]-Él es. Conozco ese nombre. El cobra: Un sicario muy bien pagado para matar a sólo gente importante. No actúa así nomás. Si no recibe un buen fajo de dinero no hace nada. Vive muy cerca de aquí. A dos o tres parques. En un callejón. No puedes entrar solo, y si tienes la osadía de hacerlo; no sales vivo. Es muy conocido por acá.
    [FONT=Verdana]-¡Bien! –Exclamó el detective-. Entonces ya lo tenemos. Todo ya está resuelto. Robinsonn le pagó al tal cobra para que actúe y entonces éste no se ensuciara las manos. ¡Hijo de puta! ¡Cabrón de mierda! ¡Ya estás muerto!
    [FONT=Verdana]Era de noche, casi de madrugada, Castro le había acomodado un sillón para Watts, para que pasara la noche. Mañana será un nuevo día. Con las evidencias que tienen más lo que saben y deducen, les falta poco para encontrar al verdadero asesino.
    [FONT=Verdana]
    [FONT=Verdana]Habían pasado ya tres días de exhaustivas investigaciones, y decidieron atrapar al cobra, que dijera todo lo que sabe, él ayudaría en mucho para llegar al asesino, pero no iba a soltar un nombre tan fácilmente.
    [FONT=Verdana]Ramiro se había contactado con el Mayor Treyes, que prometió lo ayudaría, le había contado todo lo que había averiguado, investigado y quién pensaba que era el asesino. Treyes se asombró cuando Ramiro le mencionó a Frank Robinsonn como el supuesto homicida. El Mayor había escuchado su nombre en juicios importantes -Robinsonn también era abogado e importante también- y nunca pensó que él podría ser el que mató al Dr. Dennegri. Nunca se le cruzó por la cabeza su nombre. El Capitán Castro tambi[FONT=Verdana]én le había dicho que según las huellas recogidas del lugar del crimen, dieron como resultado al joven Quispe Silca alias “El Cobra” que Treyes conocía a la perfección.
    [FONT=Verdana]El sicario había matado un ingeniero muy destacado, entonces encomendaron las averiguaciones al Mayor Treyes que, sin dudarlo, preparó un buen grupo de policías para capturar al cobra. Después de días de seguimiento, decidieron entrar al callejón a capturarlo. Se agarraron a balazos. Disparos al aire. Policías heridos. Delincuentes muertos. Y el cobra… no se le hallaba. Él sabía que estaba todo preparado, que la policía iba a entrar a agarrarlo en cualquier momento. Él también estaba muy preparado. El Mayor Treyes ingresó al lugar donde el asesino hacía sus planes, su refugio, su cueva. El Cobra ya no estaba allí. Escapó.
    [FONT=Verdana]Esos momentos de su vida, Treyes todavía no los ha olvidado, los tiene presentes aún en su memoria. El Mayor había jurado capturarlo. Se cobraría su revancha. Este era su momento. Cuando Castro le dijo que el cobra se había involucrado en la muerte del Dr. Dennegri, Treyes no dudó ni un segundo en que esta vez si sería la captura del sicario. Se la había jurado. Ésta era su revancha.
    [FONT=Verdana]Treyes había reunido a un grupo de polic[FONT=Verdana]ías también implicados en el Caso Dennegri, iban a ingresar a capturar al cobra. Todo ya estaba listo. El Mayor Treyes estaba dirigiendo al grupo, donde también se encontraba el Capitán Castro y el detective Watts.
    [FONT=Verdana]-¿Estamos bien Capitán? –Preguntó Treyes por el radio, se encontraba en el vehículo policial. Él con un grupo más de policías iban a llegar por autos.
    [FONT=Verdana]Otro grupo estaba preparado, de civil, a los alrededores del callejón.
    [FONT=Verdana]-Si Mayor. Todo va bien. –Respondió Castro-. Se encontraba en su camioneta, con un par de policías y con el detective. Un poco nervioso se hacía notar. Ansioso también, por capturar al cobra.
    [FONT=Verdana]-Vamos a capturar a ese cabrón. –Gritó el Capitán, como desfogándose de tantos nervios que lo aturdían.
    [FONT=Verdana]-Tranquilo. Tranquilo. –Dijo Watts, poniendo su mano en el hombro de Castro, como para que no se ofusque más-. Paso a paso vamos bien. Siguiendo las órdenes del Mayor. Pasivo amigo. Vamos a capturarlo.
    [FONT=Verdana]Todos se encontraban en sus posiciones asignadas. Se ve mucho movimiento dentro del callejón, como si el cobra presintiera que algo iba a ocurrir. Este sicario además de matar sin escrúpulos, es tambi[FONT=Verdana]én un comercializador de drogas: Narcotraficante poderoso. Se sabía que él comercializaba a menores de edad.
    [FONT=Verdana]Cinco minutos más tarde, ya no se veía movimiento en el lugar. No se sabía que pasaba:
    [FONT=Verdana]-¡Que pasa carajo! ¿De un momento a otro se ponen a jugar a las escondidas? ¡Salgan cabrones! –Decía el Mayor Treyes-. Vivan sus últimos minutos de libertad porque de esta no pasan.
    [FONT=Verdana]Algo ocurría en el callejón. El cobra ya sabía que la policía estaba afuera. Esperándolo. Sabía que sólo escapándose podría salir de esta.
    [FONT=Verdana]Todos estaban muy nerviosos por lo que se vivía en esos instantes. Todos se encontraban concentrados para que no saliera nada fuera de lo planeado.
    [FONT=Verdana]El operativo iba a iniciarse. Debía de iniciarse. El Mayor Treyes no se sentía seguro si dar el “si” para que se ejecute la operación. Todos esperaban la voz de mando. Un teléfono suena en el vehículo de Castro. Era el celular de Watts. Ve el número en la pantalla y cuelga:
    [FONT=Verdana]-¿Quién era? –Preguntó Ramiro.
    [FONT=Verdana]-Nadie. Nadie. Marcaron mal. Siempre me pasa eso. –Contestó el detective, se encontraba mas nervioso de lo normal, algo le ocurría y Castro se dio cuenta de ello.
    [FONT=Verdana]-¿Qué pasa amigo? ¿Te noto muy nervioso? –Le dijo el Capitán.
    [FONT=Verdana]-Nada hermano. –Respondió Watts-. Sólo que ya estamos a pasos para agarrar a esos infelices. Nada por que preocuparse.
    [FONT=Verdana]Apenas terminó de decir eso Watts, se escuchó un disparo. El radio del Mayor Treyes comienza a sonar:
    [FONT=Verdana]-Mayor. Mayor. El cobra está intentando escapar.
    [FONT=Verdana]-Para todos los grupos –dijo exaltado Treyes-. ¡Ejecutar! ¡Ejecutar!
    [FONT=Verdana]Apenas el Mayor dio la orden, los policías que se encontraban de civiles entraron al callejón, seguidos por los que estaban en los vehículos:
    [FONT=Verdana]-¡Vamos Mierda! ¡Donde están todos carajo! –Gritó uno de los oficiales.
    [FONT=Verdana]-¡Ahora la cárcel es su próxima parada cabrones! –Decía otro.
    [FONT=Verdana]El operativo se iba desarrollando sin falla alguna. Castro estaba preparado también para entrar a la operación: Es la hora de la verdad, decía.
    [FONT=Verdana]-Vamos Watts. Hoy agarramos a ese cabrón para que nos diga la verdad. Para que nos diga dónde está el gringo.
    [FONT=Verdana]-Amigo anda tú, yo voy a esperar afuera. –Decía el detective-. Ustedes son expertos en esto. Yo estar[FONT=Verdana]é observando la operación desde el auto.
    [FONT=Verdana]-Bien amigo. –Decía Castro-. Como quieras. Atento al radio. Atraparemos al cobra. Te lo aseguro.
    [FONT=Verdana]El Capitán ingresó al callejón junto con el Mayor y dos efectivos más:
    [FONT=Verdana]-¡Te lleg[FONT=Verdana]ó tu hora cobra! –Gritaba Treyes.
    [FONT=Verdana]-¡Sal maricón de esta no sales! –Decía Castro.
    [FONT=Verdana]Se escuchaban disparos por todo el lugar.
    [FONT=Verdana]¡Mayor! ¡Mayor! –Gritaba desesperadamente un policía, que ni Treyes ni Castro sabían dónde estaba.
    [FONT=Verdana]¡Mierda! ¿Dónde está? –Dijo sorprendido el Mayor a Ramiro.
    [FONT=Verdana]Corrieron a buscar donde estaban todos. Se escuchaban más disparos que antes. Gritos desesperados. Palabras de aliento. De desgracias. Llegaron al lugar. Un grupo de efectivos con un grupo de narcotraficantes se encontraban en uno de los callejones internos que ellos mismos habían hecho. Los policías tenían las de ganar.
    [FONT=Verdana]-¡Mayor! ¡Necesitamos ayuda! –Gritó un efectivo.
    [FONT=Verdana]Un grupo de oficiales, los que habían llegado en vehículos, habían trepado el lugar. Se encontraban en la parte superior del callejón por si existía algún percance.
    [FONT=Verdana]Éstos, desde arriba, simularon disparar al grupo de narcos que estaban siendo atacados por los efectivos. Los narcotraficantes quisieron escapar. El Mayor se dio cuenta que el cobra no se encontraba en el lugar:
    [FONT=Verdana]-Otra vez no cabrón –Dijo Treyes, que empezó a buscarlo con Castro.
    [FONT=Verdana]El sicario era muy sabio, pero olvidó cerrar la puerta del cuarto que lo conduciría a la escapatoria. Treyes sabía que estaba allí adentro. Pateó la puerta. Ingresó al cuarto. El cobra ya estaba listo para escaparse nuevamente. Treyes lo vio y lo apuntó de forma inmediata, no dando pie a que se mueva:
    [FONT=Verdana]-¡Estás frito pescadito! –Le dijo el Mayor al cobra de una forma burlona.
    [FONT=Verdana]El homicida quiso coger su arma y disparar al efectivo, pero en ese momento ingresó al cuarto el Capitán Castro que contuvo y dejó sin escapatoria al cobra.
    [FONT=Verdana]-Ya lo tengo Mayor. –Dijo Castro-. De esta no se escapa.
    [FONT=Verdana]-¡Bien carajo! –Decía Treyes-. ¡Lo tenemos!
    [FONT=Verdana]En el otro cuarto, los narcotraficantes ya se encontraban rodeados por los efectivos policiales. No tenían escapatoria. Se encontraban arrinconados en la habitación sin hacer nada. Viendo las pistolas que las tenían en las narices.
    [FONT=Verdana]-Mayor, tenemos a los narcos. –Se escuchó una vos del cuarto.
    [FONT=Verdana]-¡Eso mierda! ¡Eso quería escuchar! –Dijo Treyes.
    [FONT=Verdana]-Cobrita, ¿Qué pasó? –Dirigiéndose al homicida-. ¿Te falló el cálculo? Ahora calcula cuanto tiempo vas a estar metido en la cárcel maricón. Hijo de puta. Te lo había jurado. Te iba a volver a ver. Sabía que no iba a ser fácil pero mírate, arrinconado, cagándote de miedo. A mi si me salió la jugada cabrón.
    [FONT=Verdana]El detective al ver que ya no había más disparos, decidió salir del auto y dirigirse al callejón. Tenía el arma en mano. Temblando iba paso a paso. Nervioso. Como si algo escondiera. Se notaba impaciente. Intranquilo.
    [FONT=Verdana]En el cuarto donde tenían al cobra, Castro le preguntó si sabía algo de la muerte del Dr. Emiliano Dennegri. Él respondía que no. Castro sabía que estaba mintiendo:
    [FONT=Verdana]-Cabrón de mierda. No mientas. Sabemos que fuiste tú. Las huellas digitales que tenemos del lugar, coinciden con las tuyas. No seas maricón. Habla. Quien te mandó a que mataras al Dr. Dennegri. Habla carajo.
    [FONT=Verdana]Mientras le decía esto, otro efectivo lo estaba apuntando con un arma y Castro con una “punta”, que la tenía en el cuello del sicario. Él estaba entra la espada y la pared. Sólo tenía que hablar. Decir quién lo mandó a que asesinara a Emiliano.
    [FONT=Verdana]Cobra no aguantó la presión. No sabía como empezar. No tenía otra opción.
    [FONT=Verdana]-Habla cobra. Quien carajo te mandó a que mataras a Emiliano. –Decía el Mayor Treyes.
    [FONT=Verdana]El sicario estaba muy nervioso. Tartamudeaba al hablar. Estaba siendo apuntado por una pistola y un cuchillo que tenía en el cuello. No podía hablar muy bien.
    [FONT=Verdana]Se le escuchó tartamudear:
    [FONT=Verdana]-U… u... uua… uat…
    [FONT=Verdana]-¡Hijo de puta! –Dijo Treyes-. Este cabrón no puede hablar. Sácale el cuchillo carajo. Ahora habla maricón. No te hagas el que no puedes. Te las conozco toditas. Quien te mando mierda.
    [FONT=Verdana]- U… u... uua… uat… de… de… -Tartamudeaba el sicario.
    [FONT=Verdana]-¿Quién? –Preguntó sorprendido Castro-. ¿Frank Robinsonn fue? Un gringo… alto…
    [FONT=Verdana]-El deeeteeeecc… -Decía el cobra.
    [FONT=Verdana]-¿Quién cabrón? –Interrogó el Mayor.
    [FONT=Verdana]-Mierda. Hijo de Puta. –Dijo exaltado el Capitán-. ¿Watts? ¿El detective?
    [FONT=Verdana]Habla maricón de mierda. ¿Él te dio plata para que mataras a Dennegri? No carajo. No puede ser él. Cabrón habla. Castro tenía los ojos llorosos. No sabía qué hacer. No creía que la persona que lo estaba ayudando en el caso, saldría siendo el asesino.
    [FONT=Verdana]Cobra hacía un gesto como de aprobación, como diciéndoles que ese es. Ramiro empezó a botar las primeras lágrimas. Porque me has hecho esto, decía [FONT=Verdana]él.
    [FONT=Verdana]Salió a buscar a Watts entre lágrimas derramadas. Sólo quería preguntarle porque.
    [FONT=Verdana]Porque hacía esto. El Capitán no entendía nada. Sólo caminaba. Seguía sus impulsos. No sabía por dónde ir. Vio a lo lejos al detective:
    [FONT=Verdana]-¡Watts! –Gritó Castro, con una voz media llorona.
    [FONT=Verdana]-Perdón amigo. Dennegri era un abogado muy importante que defendió a un señor que había mandado a juicio a mi madre. Ella no murió como te había contado. Está en la cárcel. Cumpliendo su condena. Dennegri ganó el juicio. Fue muy difícil para mí. Mi madre condenada y mi padre ni lo conocía. Ni lo conozco amigo. Me quedé solo. Huérfano decía yo. Había jurado matar a Emiliano por mandar a mi madre a prisión dejándome solo. No sabía cómo. Hasta que conocí al cobra. Le di una muy buena cantidad de plata para que lo hiciera. Para que matara a ese infeliz.
    [FONT=Verdana]Después de decir todo esto, con lágrimas en los ojos, miró al cielo: Mami te amo, dijo. Elevó la pistola hasta la altura de su sien…
    [FONT=Verdana]-No Watts. No lo hagas. Hablemos. –Gritaba Ramiro.
    [FONT=Verdana]-¡Boom!
    [FONT=Verdana]En la habitación se escuchó un disparo. No se sabía de dónde venía. El Mayor Treyes salió a ver qué había ocurrido. Buscó a Ramiro. ¡Castro! ¡Castro!; gritaba, hasta que encontró al Capitán tirado en el piso con el cuerpo inerte del detective. Había muerto. Se Suicidó. Castro no podía aguantar las lágrimas de dolor e impotencia a la vez. Era su amigo, compañero de trabajo. Confió en él. Nunca pensó que Watts sería el que había dado la orden para que mataran a Emiliano. Nunca se le había ocurrido pensarlo tampoco.
    [FONT=Verdana]-¡Porque! ¡Mierda! –Gritaba lloroso el Capitán-. Dios ayúdame a entender.
    [FONT=Verdana]Castro estaba aún tirado allí. Llorando como nunca. Viendo morir a su amigo. Al asesino de Dennegri. Al asesino de un abogado ilustre. A uno de sus mejores compañeros para encontrar a un homicida. Ahora, él era el Homicida. Él fue quien mató al Dr. Emiliano Dennegri. Él era el asesino.
    [FONT=Verdana]
    [FONT=Verdana]Después de esa tarde tan horrenda, Castro pidió al Mayor Treyes le diera unas pequeñas vacaciones, para que se olvidara de lo que había ocurrido. Nunca lo olvidó. Siempre estuvo presente en su mente que, al recordarlo, sus ojos se le llenaban de lágrimas que caían una a una al piso.
    [FONT=Verdana]La persona que tanto estimaba y consideraba parte de su familia había muerto por culpa de también un amigo suyo, un detective que, Ramiro consideraba indispensable para su trabajo, pensaba que era una persona correcta, o así se le notaba, pero a veces las apariencias engañan. El Capitán Castro quedó muy mal tras ese operativo. Las vacaciones que le dieron les sirvieron de mucho, paraba tranquilo en casa, leyendo alguno que otro libro –le gustaba leer obras policíacas- pero siempre teniendo presente esa tarde. Ver morir a su amigo por causarle la muerte a otra persona, a otro amigo de Castro. A borrar la página –dice- Un sol nuevo me quiere ver triunfar. Tengo un pasado, si; hoy vivo mi presente. Ahora este recuerdo solo queda como un relato, como un cuento que siempre contaré y que pertenece a mi vida:
    [FONT=Verdana]Dos muertes de vidas amigas.



    ATT:
    --> FEVZ :::blush::: [ The Baby Poet* ][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]
     
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