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Dracones Caeli

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por silveriddragon, 22 de Mayo de 2025 a las 4:14 PM. Respuestas: 3 | Visitas: 67

  1. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    Todas las personas están dispuestas a luchar por lo que creen. Sus creencias les dan fe, y eso los mueve más que ninguna otra cosa.

    Palabras de un chamán a su hijo


    I

    Son las dos de la mañana en un viejo vecindario de la pequeña ciudad de San Agustín. El olor a sal en las calles y la humedad se pueden respirar en todos los rincones.

    Las calles algo empinadas y difíciles de subir le dan una atmósfera pintoresca junto a las construcciones antiguas con ventanas pequeñas, puertas grandes y colores apagados.

    Nadie está en la calle caminando. Hay una leve brisa que desciende y hace tiritar a las criaturas nocturnas.

    En una de esas calles hay una construcción pequeña de color blanco, con rejas negras. Si te asomas puedes ver muchos camiones de carga dispuestos en hileras y al fondo una pequeña caseta con la luz aún encendida.

    Un velador calienta agua para servirse un café mientras escucha atento las noticias en una radio de transistores, lo cual ya casi es anacrónico. Muy pocas personas escuchan la radio de esa forma. En un mundo inundado de apps donde puedes escuchar música, noticieros y podcasts, el hombre rie. Le suena absurdo.

    Las noticias esa madrugada no son alentadoras. Los ataques terroristas siguen aquí y allá alrededor del mundo. Pareciera que un colectivo de personas decerebradas se conocieron, tuvieron una reunión alrededor de una mesa o por teleconferencia y ahora quieren acabar con el mundo a base de bombas.

    Está algo fastidiado. Enciende un cigarro y fuma un tanto nervioso. A veces le crispa los nervios escuchar a lo lejos el lamento de una persona que proviene del sótano oculto en esa construcción.

    ¿Cómo se metió en ese embrollo?

    ¡Ah si! Lo obligaron. A punta de pistola. - No pasara nada si nos dejas estar aquí un tiempo. - le dijeron. Pero ya llevan más de dos meses.

    Una persona encadenada y con una capucha entró al sótano mientras otros le apuntaban a su vez con armas largas. Como si temieran que se fuera a escapar. Esos sujetos no eran policías, ni mafiosos, ni nada que él identificara. Por que los mafiosos y los policías siempre iban a cobrarse su tajada por las ganancías del negocio puntualmente. Unos los días 20 y otros los 30.

    Pero no lo molestaban. No le pedían nada y rara vez se asomaban fuera. Eran muy raros.

    Camino fuera de la caseta para calmar sus nervios y miró la noche estrellada. Como cuando era niño. Respiro y sintió como sus pulmones se llenaban de ese aire que venía de lo alto. Tosió un poco.

    Luego vio una persona salir del sótano, un hombre con vestimenta formal y abrigo grueso. Se miraron y el hombre le hizo una seña como pidiendo un cigarro.

    Se le acercó y el hombre dijo - ¿Hace frío, ah ? - con un acento muy marcado

    - En esta época se siente más, O quizás me estoy haciendo viejo.

    - El calentamiento global dicen algunos.

    - ¿No debería hacer entonces calor? - y el hombre sonríe al hacer la broma

    - Jajaja.. Es verdad, muy cierto. - y enciende el cigarrillo que el hombre le ofreció.

    Por un rato solo fuman sin decirse palabra alguna, mirando hacia la puerta de la construcción.

    - ¿Ha escuchado las noticias? Bombas aquí y allá. - dice el velador

    - El mundo es un caos. Con bombas o sin ellas. - después lo voltea a ver a los ojos. - Estamos por terminar aquí y lo dejaremos descansar. Unos tres días a lo mucho. Mis jefes se han cansado de no sacarle ni una palabra.

    - Dos meses. -

    - Dos meses, si. Ese hombre es duro. Jamás creí conocer a alguien que soportara tal tortura.

    - ¿Tanto le odian? ¿O acaso es un criminal?

    - No lo sé. Solo sigo ordenes.

    El velador terminó su cigarrillo y señaló a la caseta. - ¿quiere un café? vamos adentro, aquí afuera hace frío.


    II

    Una mujer de rasgos asiáticos está postrada en una camilla de hospital. Su cabello teñido de color azul se ha despintado y ahora rebela las raíces de color castaño. Sus manos largas y sus brazos tonificados le dan un aire delicado, pero firme. Esta es una mujer que hace mucho ejercicio dijeron los doctores que la atendieron y precisamente ese ejercicio le había dado resistencia.

    La suficiente resistencia para sobrevivir a lo que sea le hubiese atacado tan fuertemente. Conectada a ciertos aparatos de monitoreo y medicamentos aún parece alguien que llena la habitación con su presencia. Basta ver su gesto para adivinar un caracter seguro.

    Nadie ha venido a verla, no saben su nombre. No encontraron identificaciones. No saben a quien llamar y el director del hospital se impacienta. No es una casa de beneficencia. Aún así los doctores quieren mantenerla viva una semana más. Por si acaso alguien llegara a buscarla. Su esposo, sus hermanos, sus padres.

    Hoy en día el tema de los ataques a las mujeres es algo sensible. Así que el director cede. No quiere que su hospital caiga en riesgo reputacional. Y fija una fecha límite. Sería turnada a un comité que decidirá que hacer con ella. Así puede lavarse las manos.

    El doctor en turno esa noche revisa el reporte de las enfermeras que la atienden. No hay cambios en su condición excepto por un nivel detectado en su sangre. Hay algo indeterminado en el comportamiento de sus glóbulos rojos.

    Un tanto preocupado por este indicador decide revisarla. Con una lámpara pequeña revisa sus pupilas y nota que están un poco dilatadas. También su presión sanguínea está subiendo de manera lenta pero continua. No logra entender que pasa.

    Después de un rato puede ver como sus manos se mueven ligeramente y sus ojos se mueven debajo de sus párpados. Está soñando. Y lo que sueña la está alterando.

    La enfermera de turno se acerca un poco a revisar los niveles de medicamento y nota algo más. Sus labios se mueven ligeramente con un leve temblor. Está intentando hablar.

    El doctor se acerca y le pone la mano sobre la parte interna del codo. Está fría.

    La paciente entonces frunce el ceño en su inconciencia. Finalmente pronuncia de manera audible: - Dolorum Humanitas

    - ¿Es latín? - dice la enfermera con un gesto incrédulo

    - Suena a latín. Hay que preguntarle al cura que viene a la capilla por la mañana si sabe que quiere decir eso de Dolorum Humanitas. - contesta tranquilo el doctor con su aire de ciencia aplicada

    Después de eso nuevamente la mujer adquiere esa posición de reposo anterior con las manos relajadas y el rostro tranquilo. Su cabello es un desastre, así que la enfermera se lo sujeta en una cola de caballo.

    El doctor termina de anotar unas cosas en su hoja de expediente y voltea pero algo lo detiene. La paciente le ha tomado el brazo con fuerza. Es una fuerza que no le permite soltarse.

    - Increíble. Quizás es una luchadora amateur.

    - Doctor. - dice la enfermera con gesto divertido - esta mujer no tiene ni una cicatriz vieja. Aunque es fuerte no parece que algo la haya vencido antes.

    - ¿Una luchadora amateur invicta?

    - Puede ser. Quizás. - termina la enfermera y ayuda al doctor a soltarse. - si que es fuerte

    - Pobre criatura. ¿Qué es lo que te pasó?

    - Doctor, le quiero reportar. Hay unos pacientes del pasillo de psiquiatría que están espaciendo rumores. Dicen que se trata de un hada o de una princesa como la bella durmiente. La vienen a espiar de cuando en cuando.

    El doctor suspira con fastidio. - Sé a quienes te refieres. Mientras no la molesten o pongan en peligro su vida déjalos estar. En la mañana vendré a revisarla. Puede que esté a punto de recuperar la consciencia.


    III

    En las oficinas de la Interpol un hombre de traje bebe su tercer café de la mañana. Es fuerte, contundente. Su voz también es profunda y grave. Como la de todo buen jefe de departamento en la Interpol.

    Bromea con sus compañeros esa mañana. - Y bien. ¿Está todo listo para la redada?

    - Todo listo. Los agentes, la policía local, las patrullas, los agentes a pie encubiertos de civiles, los analistas en el puesto de mando. Todo lo hemos chequeado.

    - Por fin, al fin, en fin, - dice cantando como si se tratara de un cantante de ópera

    Sus subordinados y compañeros rien. - ¿por qué tanto misterio jefe? ¿qué hay ahí?

    - Una arena de peleas clandestinas.

    - ¿Todo este operativo para detener peleas clandestinas?

    - Claro que no. No vamos por las peleas. Vamos por una persona.

    - ¿Una sola personas? ¿Tan complicado es ir por una persona?

    - Si conocieras a esa persona ja... Te irías de espaldas. Es... es... tan impredecible.

    - ¿Un criminal?, ¿un loco?, ¿un anarquista?

    - No, no, no . - dice el hombre nuevamente cantando con voz profunda.

    - ¿Un jefe de estado que hace apuestas ilegales?

    - Ja.. no. Es una ex-policía.

    - ¡Una mujer! Ya cayó el peine. Es su ex.

    - Ja... No, no, no.- nuevamente cantando y esta vez agrega un tono agudo al final. Los hombres rien. - Se trata de una mujer loca como una cabra. Tan loca, tan loca que no la quisieron en las filas de la policía y la reclutó la interpol.

    - So.. es una de las nuestras.

    - Eso fue hace mucho. Será unos 5 años.

    - ¿5 años? Fuuu... ¿y ahora que hace?

    - Peleas clandestinas. Bahhh... - y remata la frase con un gesto burlón.

    - ¿Peleas? ¿eso es peligroso para quién?

    - Jajajaja... Lo peligroso de esta mujer no es lo que hace para ganarse la vida. Si no su potencial. Es como dinamita en manos de un niño de ocho años que le gusta jugar con fuego. Mira esto, chécate. - y le extiende unas hojas.

    En la portada está la foto de una mujer con medio rostro cubierto. Sus facciones son innegablente italianas. Morena, alta, delgada, nariz un tanto pronunciada. Luego se puede leer su historial en la policía. Un sin fin de reportes por desacato a la autoridad. Luego una serie de reportes sobre tecnoterrorismo y alianzas con un grupo subversivo liderado por Dot Hacker.

    - Fiuuu... - silba el agente en cuestión. - Esta mujer es una joyita.

    - Los jefes creen que pueden llegar a Dot Hacker a través de ella. Y si no, pues al menos detenerla por sus actividades clandestinas.

    - Pues.. no está mal la ex-agente.

    - Ehh... quieto veneno. Nada de andar hablando con ella. Si te pasas de su bando te encerramos niño.

    - Jajaja.. solo era un chiste jefe. Un chiste.
     
    #1
    Última modificación: 22 de Mayo de 2025 a las 4:20 PM
    A Eloy Ayer, El nick y Alde les gusta esto.
  2. Alde

    Alde Miembro del Jurado/Amante apasionado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    El sufrimiento humano, el absurdo de la violencia, y cómo las vidas de todos personajes están interconectadas en un mundo en crisis.

    Saludos
     
    #2
    A silveriddragon le gusta esto.
  3. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    IV

    El griterío en la arena clandestina podría dejarte sordo. Los ánimos están a tope, mientras en la arena se enfrentan dos hombres de gran tamaño. Se han subido a las rejas para atacarse uno al otro y hasta se han pegado al mismo tiempo.

    Todos miran con atención y los apostadores gritan apoyando.

    Los peleadores comienzan a sentirse cansados, pero la consigna es no detenerse hasta que uno caiga y no se levante.

    - Bahm, bahm, bahm - corean todos al ver que uno de ellos golpea repetidamente a su rival a puñetazo limpio mientras lo sostiene del brazo en una llave dolorosa.

    Al soltarlo el hombre cae.

    Cuentan - 1.... 2.... 3...... 4.... 5..... ¡Ehhhhhhhhhhhhhh!!! - La alegría se dibuja en la cara de unos y la decepción en otros. Pero todos quedan satisfechos con la pelea.

    - Waaaaaaaaa... waaaaaaaa.... waaaaaaaaa....- exclama una y otra vez un hombre trajeado que se ha quitado la corbata y desabotonado la camisa. - ¡Si! ¡Si! ¡Si!. No hay nada como una buena noche de lucha callejera. Wuuuuuuuuu... - mientras toma una cerveza hasta el fondo.

    Luego de eso el vencedor comienza a palmear ritmicamente. Una palmada a la vez y comienza a instar a la audiencia a hacer lo mismo.

    La gente enloquecida por el efecto de la reciente pelea lo acompaña con las palmas y con los pies. Siguen el ritmo. Hacen temblar las gradas hasta el punto de que se vuelve un ritmo ensordecedor. Al cabo de un rato las palmadas se acompañan de un coro - ¡Bianca! ¡Bianca! ¡Bianca!
    ¡Bianca! ¡Bianca!

    Un reflector se enciende para iluminar un rincón de la jaula donde una puerta de acero se abre dejando ver a una mujer de rasgos italianos con una musculatura marcada pero sin ser grotesca. Se ve ágil, aunque su semblante es firme.

    - ¡Bianca! ¡Bianca! ¡Bianca! ¡Bianca! ¡Bianca! - continua el público palmeando mientras el vencedor de la pelea la señala y luego hace un gesto como si le dijera que le va a cortar el cuello. La mujer solo se sonrie. Ella levanta las manos y otro sector del público enloquece gritando más fuerte su nombre.

    El hombre corre para asestarle un golpe que la mujer esquiva sin problemas y le asesta un golpe en la mandíbula.

    Mareado el hombre la patea logrando llegar hasta la pierna izquierda.

    Los asistentes se funden en un coro donde Bianca es su himno de guerra. Quieren ver como su campeón acaba nuevamente con el retador. Los chiflidos llegan a su apogeo cuando la mujer logra tomar del brazo al hombre y practicamente lo hace volar por encima de ella.

    El hombre visiblemente cansado usa lo pultimo que tiene y se arroja con todo su peso en un ataque directo sin planear sobre la mujer apuntando a su vientre. Ella lo esquiva y lo toma de una pierna para nuevamente arrojarlo lejos.

    El hombre ya no se levanta. Así que la asistencia grita - ¡Acábalo! ¡Terminálo! ¡Siiiiii!

    La mujer va a hasta él y cuando lo va a golpear en la cabeza mientras lo toma del cabello las luces se apagan.

    - ¿Qué demonios? ¿Qué pasa? -
     
    #3
  4. El nick

    El nick Poeta fiel al portal

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    27 de Junio de 2023
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    Estimado Silver es grato leerte. Obviamente no se puede vivir sin Dot Hacker.
    Por cierto, hay un detalle que me intriga: Si vivimos en una època en que todo el mundo sabe el alfabeto, porque no hemos dado a la diplomacia un papel relevante, lo suficiente para suprimir las guerras de una vez por todas.¿?¿?¿?¿
    Feliz finde Silver.
     
    #4

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