Duele

Duelen las picaduras de la noche si no estás a mi lado

el latido improductivo del mosquito

que no encuentra tus labios

la rabia contenida de la punta del pico

que vierte, sin respuesta,

su caudal de gritos

y ya nadie le contesta.

Duele el aroma de las flores cuando nadie las huele

cuando ningún insecto calma su sed en ellas

cuando ningún paisaje

armoniza en ellas su silueta.

Duele el torpe amanecer que olvida sus sombras

el hueco sin la mano que le aprieta

el rápido destello de las horas

que mueren sin minutos

sin segundos siquiera.

Duele el tuyo cuando ya no es mío

y el mío cuando calla el tuyo

cuando ya ni mío ni tuyo duele

en el silencio acaso de ninguno.

Duele el ladrón de la palabra impresa

el que cautivas las mantiene sin alimento

el que apenas las prueba

el que se burla de ellas

el que quema las cenizas

que unas manos ofrecieron

como muestras de cariño.

Duele el negro que desconoce el blanco

y el torpe gris que reniega de ellos.

Duelen los sentidos cuando ciegan

cuando en la duda se enredan

unos contra otros

y no vencen

porque nadie vence en esta triste guerra

donde tuyo y mío

nunca fueron nuestro. ​

 

brillante expresión de una sensación¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡



Saludos literarios desde Santander

 

Lo que deja el desamor, la falta de él, los que no lo aprueban. Gracias.

 

Un gusto leerte.
saludos poeta.

 

Un placer que me hayas leído. Gracias Chema.

 

ESTIMADO José María: entiendo ese dolor, donde la rabia, el aroma la muerte de los minutos cuando todo duele. El día duele, la respiración, la piel, la voz, la ausencia y nada es normal. Nada dentro de nosotros es lo mismo. Comprendo ese dolor…se logra aceptar esas dolencias que hasta empiezan a saber rico. MAGNIFICO!!

Besitos de miel,

 

Las ausencias pesan irremediablemente hora tras hora y día tras día, pero hay una luz tal vez lejana que invita a la esperanza y al reencuentro. Gracias por leerme y entenderme tan bien. Besos para ti de colores.