Dueña de estas tierras

La niña nativa corretea por las praderas de sus sueños, ella vuela como si sus alas fueran reales, y lo son, en esa su tierra, la libertad es la base de su alimento, juega a ser princesa del palacio de su risa y entre surcos de agua que deja lluvia, contagia a su tierra de alegría.
Ha nacido, y deseara morir, en ese sitio donde ha de aprender el arte de la naturaleza, sentir, vivir y padecer, sus tiempos y sus enojos.
Solo si el hombre y sus jaulas humanas no deciden interceder ante la felicidad natural, la dueña verdadera de estas tierras.