Dulce sueño, de carmin.

Dulce, suave.
Un sueño violento.
Ve su vientre; Blanco como la nieve.
Delicioso como un beso.
Incesante, deseable como un caramelo.
Un caramelo, finito, disfrutable, como he dicho; Incesante.
Con los dedos, toca sus labios. Esos labios, sus labios. Son solo labios.
Rosas, palidos, carnosos, con chispa; Chispa dulce, como su sexo;
Agradable, inquieto, guardado, añorado.
Sus mejillas, normales, pero un poco mas especiales, al igual que sus pechos; como bombones blancos y rosas.
Su sonrisa de tigre. Fuerte, grande, soñada, solo soñada al igual que sus ojos; Cafes, brillantes, abiertos, encendidos con el reflejo de la luz...Hermoso.
Sus piernas. No son solo piernas. Son pilares bellos y sostienen un templo, es arte.
Su cuerpo es poesia.

¿Y quién soy yo?
Nadie, solo un observador, un sonambulo avergonzado, tímido, viendo el espectaculo, echado atras, acabado, seco, marchito, como la muerte de un oasis.
Inevitable.

 

Un ronroneo de palabras nos dejas en tu prosa, un placer leer tu obra.ABRAZOS