Efebo

En el silencio de la noche sepulcral la fuente cantarina mana dulce miel que alimenta golosa al radiante Efebo de negro manto tejido por la misteriosa araña de ancestrales tiempos remotos...cuando tejía para emperadores cuya corona de plateado lustre cegaba las vacuas pupilas de la plebe enmudecida.Ahora, nuestro joven mancebo corretea por senderos que se adentran en eternos bosques que guardan el memorable olvido de la presencia divina,para que así,una vez inundada la santa naturaleza con la vil ponzoña del ateísmo,envejezcan de salpicada indolencia las miserables mentes de los portadores de tales sacrílegas ideas.
Pues una radiante puerta recortada por la esplendente luna menguante deja perpetrar en su magnánimo umbral la centelleante apoteosis de la invisible presencia del Señor;para que unos gloriosos escogidos se empapen con la lluvia recia que espabila el espíritu que se debate en una aguerrida lucha mortífera contra el veneno por inocular de la serpiente tentadora y portadora en relucientes escamas de teñido brillo la soberbia que condena a miles de neófitos del nuevo culto a lucifer.Mas nuestro bello adolescente de nimbo clareado está inmunizado gracias al recuerdo salutífero de la Verdad Absoluta que descansa en majestuoso trono áureo,levitando en el estacionario vergel hipnótico donde enmudecen las mismísimas musas de integral corazón atrayente.