1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Egoismo

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Ami777, 28 de Abril de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 584

  1. Ami777

    Ami777 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    11 de Noviembre de 2009
    Mensajes:
    43
    Me gusta recibidos:
    1
    Género:
    Mujer
    [FONT=&quot]

    [FONT=&quot]
    [FONT=&quot]
    Es realmente tan delicado empezar a hablar un idioma que ya no aparece en el diccionario. Es tan peligros empezar a llamar las cosas como queremos, como nos gusta y como nos conviene, en lugar de reconocer y aceptar que las cosas ya tienen un nombre, aunque si hay espacio para cosas nuevas.
    El egoísmo es el virus que carcome el cerebro y altera la capacidad de ver las cosas como son. Incapacita al ser humano para reconocer errores, hacer justicia y ayudar al prójimo. Crea una fortaleza alrededor del temor de verse afectado por los fantasmas de la inseguridad. Se ve obligado a crear un castillo de piedra que le asegure la permanencia de sus logros egoístas, y anule todo riesgo de pérdida, no importando a quien haya que marginar ni sobre quién haya que pasar para poder construir el fuerte.
    ¿Cómo podemos hacer la paz con un egoísta? ¿Cómo podemos dialogar con él, cuando lo único que entiende es su propio concepto de seguridad?
    Trato de hacerle ver la realidad, y me encuentro con una sopa de palabras: Le hablo de su miedo, y me dice que es prudencia. Le hablo de su avaricia y me dice que es sabiduría. Le hablo de su obstinación y me dice que es determinación. Le hablo de su insensibilidad y me dice que es firmeza. Le hablo de su falta de realismo y me dice que es fe.
    En mi diccionario hay espacio para el concepto: “amor propio”.
    Mi vecino tiene tantos derechos como yo, y mi única responsabilidad es darle tanto como puedo y quiero, respetando mis propias necesidades. Y la suya es igual. Pero cuando uno de ambos sólo tiene espacio para verse a sí mismo, estamos ante un caso de egoísmo.
    Habrá algunos como la Madre Tereza o Francisco de Asis, que dejen su vida entera para dedicar su tiempo, sus fuerzas y su amor a personas mucho más necesitadas que ellas mismas, escogiendo una vida de abnegación, carente de placeres y comodidades, voluntariamente, por amor.
    Y habrá otros, gente común y corriente, que han obtenido sus posesiones a través de trabajo arduo y honesto, que tienen todo el derecho (amor propio) y la responsabilidad de cuidar y administrar todo lo que tienen. Uno podrá dar diezmos en la iglesia, el otro ofrendas o donaciones a un orfanato, a un hospital, a alguna organización benéfica o a un asilo de ancianos. Otro dará limosnas. Otro dará fiestas para compartir sus alegrías con amigos y conocidos. Otro prestará sus servicios a precios bajos para ayudar a los necesitados. Otro dará ayuda gratuita a gente de pocos recursos. Otro será una persona agradecida, que bendice el cielo y a cada uno que se cruza en su camino por tanta bondad de Dios. Otro será amigo, que está allí para ti en cualquier necesidad; podés contar con su carro, con su consejo, con su presencia, con su ayuda material, …
    “Amor propio” es cuidar de mí mismo. Es no dañarme ni por negligencia, ni por exceso de piedad al vecino. Es considerar mi necesidad, satisfaciéndola, y mi capacidad, no excediéndome, y tomar mis decisiones con esa conciencia.
    El egoísta sólo tiene una conciencia: la de la responsabilidad que tienen todos los que lo rodean en cuanto a él. Es un contenedor que jamás dice: “Ya me llené.” Es alguien que sólo tiene derechos y ninguna responsabilidad, razón para nunca agradecer nada de lo que se hace por él, pues es nuestro deber. Es una persona con una lista interminable de necesidades que deben ser satisfechas por los que le rodean, pues es su derecho demandarlo.
    El egoísta es una persona muy difícil de soportar. Cuando está satisfecha es arrogante e hiriente. Cuando está insatisfecha es irritable, violenta y peligrosa.
    El egoísta sólo cumple por lograr sus intereses personales y es impredecible de no lograr lo que quería.
    Sólo personas muy llenas de amor tienen la capacidad de manejarlos, dándoles suficiente para que algún día entiendan que una semilla de amor fue sembrada en ellos, y sabiendo cuándo detenerse para impedir que éstos los devoren.

    Entre tanto temor debido a las enfermedades, rumores, desastres naturales, etc. debemos cuidarnos de lo que no se teme: de ese virus que no es detectado por el microscopio, y de cuyas consecuencias ningún doctor va a ser capaz de ver en una tomografía: el egoísmo.
    El antídoto para el egoísmo, así como la vacuna, es el amor: ser afectuoso, alegre, agradecido, dadivoso, maestro, fiel, humilde, honesto, íntegro, paciente, perdonador, presente, servicial.

    [FONT=&quot]¡Qué el amor abunde y sobreabunde entre nosotros, para evitar el egoísmo y contrarrestar con fuerza el daño que causa!!!!
    [FONT=&quot]
    [FONT=&quot] ​
     
    #1

Comparte esta página